Desde hace unos días, las máquinas han derribado una finca del centro de El Puerto. Concretamente, la esquina de la calle Jesús Cautivo con Descalzos, a la espalda del Ayuntamiento de la ciudad. El inmueble, donde han crecido tres generaciones de una familia portuense, fue vendido el año pasado a unos compradores que han decidido demolerlo. Según confirma el Consistorio, se construirán nuevas viviendas en esta esquina que, a la vista de los vecinos, ya se encontraba en un estado de deterioro notable.

Justo en la fachada se encontraba un histórico azulejo que desapareció la semana pasada. Su ausencia despertó preocupación al tratarse de una pieza única. Su hueco en la pared incluso llevó a pensar a la población que se trataba de un acto de vandalismo.

Sin embargo, según traslada la asociación defensora del patrimonio Betilo a lavozdelsur.es, el azulejo está a salvo. Uno de los residentes de este inmueble se puso en contacto con ellos para que el azulejo con el nombre de la calle fuese retirado antes del derribo. El objetivo era su conservación al considerar que la pieza presenta un gran valor patrimonial y sentimental. Su petición fue trasladada a la delegación de Urbanismo y, así, se ha cumplido.

Azulejo de la calle Jesús Cautivo.
Azulejo de la calle Jesús Cautivo.

Por esta razón, se ha podido ver durante unos días a esta calle sin su emblemático azulejo. Betilo explica que, una vez que finalicen las obras, el azulejo será devuelto a su ubicación original.

¿Qué tiene de especial este azulejo?

Curiosamente, la calle Jesús Cautivo es la única, al menos del centro, que cuenta con un azulejo colorido con una imagen de un cristo. El resto presenta la misma tipografía sin ningún tipo de símbolo.

En este singular letrero se puede leer “Calle Jesús Cautivo, milagrosa efigie que se venera en la iglesia de San Pablo de Málaga”. Y lleva colocado en este callejón desde hace más de medio siglo.

Según recoge el portal Gente del Puerto, fue inaugurado el 28 de febrero de 1972, tras ser realizado en los talleres malagueños de J. Ruiz de Luna. Fue el alcalde de entonces, Juan Melgarejo Osborne, quien descubrió el azulejo acompañado de la Junta de Gobierno de la hermandad malagueña y una representación municipal del ayuntamiento. 

Con el paso del tiempo, se ha convertido en un elemento emblemático del entramado urbano y una seña de identidad de este callejón céntrico. 

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Patricia Merello

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