El joven, de 18 años y a quien todos los indicios apuntaban desde un primer momento, es el presunto autor material del crimen perpetrado el pasado lunes.
El pasado lunes, en Sanlúcar de Barrameda, A.N.R., de 43 años, aparecía muerto en su domicilio con signos de violencia y en medio de un charco de sangre. Estaba casado y con tres hijos. Precisamente fue uno de ellos, A.N.C., de 18 años, quien alertó a la Policía para dar la voz de alarma asegurando que se lo había encontrado tendido en el suelo. Según explica La Voz de Cádiz, cuando los agentes se desplazaron al lugar de los hechos encontró el cadáver en la entrada de la vivienda, boca abajo y con más de diez puñaladas en la espalda, cuello y pecho.
Desde el principio, la actitud del joven llamó la atención de los investigadores, y el hecho de que acudiera a la Comisaría en lugar de avisar por teléfono a la ambulancia o a la propia Policía ya les resultó sospechoso. Además, y según el periódico gaditano, volvió a Comisaría a las pocas horas de haberse marchado, cuando su casa ya había sido acordonada y se había prohibido la entrada a cualquier persona para que la Policía judicial recabara pruebas.
El detenido habría dado diferentes versiones de lo ocurrido. Cuando fue a denunciar la situación llevaba la ropa manchada de sangre, pero no ha sido encontrada. Tampoco el arma blanca, que aún se busca. En cualquier caso, y con los indicios apuntando hacia él, ha sido detenido como sospechoso de haber matado a su padre. Pasará a disposición judicial este jueves.


