La fiesta de la Expectación del Parto de la Virgen María o de la Esperanza pone la mirada en el momento culminante de la historia de la salvación: los días previos al nacimiento de Jesús. La Iglesia contempla a María en estado de esperanza, llevando en su seno al Salvador, como imagen viva de la humanidad que aguarda la llegada del Redentor.
Esta advocación recibe el nombre popular de Virgen de la O por las antiguas antífonas mayores que comienzan a cantarse en estos días y que se inician con la exclamación “Oh…”, expresando el deseo profundo del pueblo creyente por la venida del Señor. La celebración nació en la Iglesia hispana en el siglo VII y se difundió ampliamente como una forma de subrayar la dimensión humana, maternal y confiada de María.
La figura de la Virgen en esta jornada no es pasiva: es una mujer consciente, vigilante, orante, que espera en silencio y fe el cumplimiento de la promesa. Su espera no es ansiedad, sino confianza plena en Dios. Por ello, la Expectación del Parto se convierte en una catequesis viva del Adviento: saber esperar con esperanza activa, con fe firme y con el corazón abierto.
Esta memoria invita a los creyentes a vivir los últimos días antes de Navidad con recogimiento, esperanza y disponibilidad interior, imitando la actitud de María ante el misterio que está a punto de revelarse.
Otros santos y beatos celebrados el 18 de diciembre
San Rufino, mártir: cristiano de los primeros siglos que dio testimonio de su fe en tiempos de persecución.
San Graciano, obispo: pastor antiguo recordado por su dedicación a la comunidad cristiana y su fidelidad doctrinal.
Beata María de los Ángeles, religiosa: consagrada de vida contemplativa, ejemplo de oración, humildad y entrega silenciosa.


