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Alejandra tendrá que abandonar España si la burocracia continúa impidiendo que pueda hacerse pareja de hecho con un chef jerezano que trabaja en Noruega.

Donde el amor impera, la burocracia impide su culminación y continuación. Fruto del azar, o no… Lo cierto y seguro es que entre una colombiana estudiando en Sevilla y un jerezano que trabaja en Noruega, con miles de kilómetros de por medio se encendió la llama. Sus destinos se han cruzado y valientes han decidido seguir caminando juntos. El personaje antagonista de esta historia que roza la fantasía es la administración local jerezana que lo impide. Según cuenta la protagonista, Alejandra Rueda, le exigen un documento oficial “que no existe en su país”. Como consecuencia de ello, tendrá que regresar a Colombia, y volver a España se antoja prácticamente imposible.

A finales de septiembre averiguó los requisitos para convertirse en pareja de hecho. Una vez reunida toda la documentación hizo entrega de la misma. En principio obtuvo el visto bueno, pero tres días antes de hacer venir desde Noruega a José Manuel, le comunicaron que no servían. "Ya les he presentado tres documentos nuevos y me dicen que no es lo que me piden, aunque no han cerrado el archivo a pesar de haber superado el plazo de entrega porque no es culpa mía", explica, un poco desesperada.

Le solicitan un certificado de soltería o, en el caso de estar divorciado, certificado de matrimonio con anotación del divorcio o testimonio de la sentencia de divorcio. "Eso en mi país no existe. Cuando naces te dan un certificado de nacimiento que se completa si te casas y el mío está en blanco", argumenta. Alejandra se ha dirigido al consulado de su país en Sevilla donde le han expedido un documento sellado en el cual se deja constancia de su soltería "y me han dicho que eso no sirve, que cualquiera puede firmarlo y sellarlo".

Alejandra Rueda, de 28 años, víctima de conflicto armado que azota a su país, Colombia, estudió Negocios Internacionales en Buacaramanga. Aterrizó sola en España para completar sus estudios realizando un máster en la capital andaluza. La propia joven ríe al reconocer que la relación entre ambos ha sido muy peculiar desde el principio. Gracias a una aplicación móvil comenzó a quedar con chicos y chicas que llenaban el vacío dejado por sus compañeras los fines de semana. Por casualidad, a través del móvil, conoció al que considera el hombre de su vida: un chef jerezano que se encontraba -y se encuentra- trabajando en Noruega, José Manuel Mármol.

Después de dos meses de conversación virtual separados por varios estados y naciones, se conocieron en Semana Santa. Y poco más tarde durante la Feria de Jerez. “En una de las ocasiones salimos a cenar y al dejarme en casa me caí por las escaleras. Debía guardar reposo, así que me llevó con él a Jerez y no me dejó sola”, cuenta con tono tímido. Bendita escalera, bendita caída. Casi sin pensarlo conoció a la familia de él y oficialmente se convirtieron en pareja.

José Manuel viajaba para verla desde el norte de Europa cada dos fines de semana hasta que las clases de ella finalizaron. Alejandra debía elaborar el trabajo de fin de máster durante el curso siguiente, de modo que viajó a Noruega como turista. Convivieron y se plantearon la posibilidad de asentar su vida en común en suelo nórdico. Sueño frustrado. “Averigüé los requisitos y era imposible. Para él es fácil porque es europeo, pero Colombia no tiene convenio con Noruega”. Así que con la cuenta de la vieja, ella debe regresar en el mes de diciembre a su país. “En un principio decidimos aprovechar el tiempo sin pensar en el futuro y viajamos en caravana de Noruega a Ceuta". Más de un mes de carretera, compartiendo cada segundo de cada día.

Lejos de acabar con la relación, de nuevo sin querer se dieron cuenta de que querían construir un futuro juntos. “Te das cuenta de la persona con la que estás y de si puedes o no pasar el resto de la vida con ella”, afirma la colombiana. Por ello, completamente seguros acordaron realizar los trámites necesarios para convertirse en pareja de hecho. Cualquier cosa por intentar evitar el regreso de Alejandra a Colombia, donde el contexto es peligroso.

El caso de Alejandra no es el único. La joven ha pedido la copia o modelo de otra pareja en situación similar y se ha encontrado con que el expediente estaba denegado debido a la falta del mismo documento. El tiempo pasa y mientras permancen separados, él trabajando en Noruega y ella en Jerez intentando solucionar el papeleo. “Quiero casarme bonito, no de forma forzada. Me gustaría que mis padres conocieran a José Manuel”, lamenta, pero ni una cosa ni la otra. Su mayor temor es regresar a su país porque volver a entrar en España con un permiso de trabajo es “prácticamente imposible”.

Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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