Talleres juveniles en el distrito Sur: "Nosotros hacemos esto en la calle y nos miran mal"

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La Junta, Ceain y Secreatariado Gitano organizan en febrero y marzo un taller de cortometrajes para "crear un espacio de relación con ocio saludable" para chicos de barriadas deprimidas de esta zona de la ciudad.

Un grupo de jóvenes brincan y canturrean mientras cruzan la acera de la calle Beato Diego de Cádiz, dirigiéndose al portón azul del Servicio de Actuación Socioeducativa con Infancia y Adolescencia (Sasia) del distrito Sur. A simple vista, parecen una pequeña clase que va de excursión, son las cinco y media de la tarde y algunos ya esperan sentados en la zona. A escasos metros del punto de concentración, una parte del grupo corre entre gritos de felicidad hasta llegar a los brazos de sus amigos. Todos los miércoles se reúnen a la misma hora. ¿El plan? La temática del encuentro no tiene importancia, el cometido de los talleres a los que asisten es verse las caras, y como dice uno de los participantes, ser ellos mismos.

El programa Creando Espacios Juveniles de la zona Sur, organizado por la Delegación de Políticas Sociales de la Junta, Ceain y Secreatariado Gitano, lleva a cabo en febrero y marzo un taller de cortometrajes para "crear un espacio de relación con ocio saludable", como bien apunta Cristina Saborido, educadora social del distrito. Santo Tomás de Aquino, San Telmo Nuevo y Viejo, Federico Mayo, la Liberación y la Constitución son algunos de los barrios donde residen los doce jóvenes que intervienen, desde hace más de un año y medio, en los diversos talleres que las organizaciones van proponiendo: zumba, arte dramático, expresión corporal, danza, artes plásticas...

"Venimos a todos. Somos como una pequeña familia", manifiesta con una enorme sonrisa una de las adolescentes. Ella, viva y dicharachera, coge el cetro de mando y, como si fuera la anfitriona, presenta a sus compañeros. Detalla en más de una ocasión que para ella son sus hermanos. Grita sus nombres, les coge por el cuello, les da un abrazo con mimo y luego un beso en la mejilla. "Ella está loca, pero la queremos mucho y te hartas de reír", espeta otra más del grupo. Lis Cosgrove, voluntaria de Ceain, permanece de pie junto al grupo, los conoce de talleres anteriores, y acude ahora a la cita de los miércoles "para echar una mano". 

Todos, jóvenes entre 13 y 20 años, conforman un coro de simpatía, risa... Desprenden luz, energía y muchas ganas de aprender. Carlos Natera, de la empresa El Duende Animación, es el encargado de transmitir los conocimientos sobre el arte del cortometraje. Mientras Carlos enciende ordenador, proyector y altavoces, sus alumnos se entretienen haciendo la ola, contando confidencias, soltando lo primero que se les viene a la cabeza o descansando uno encima del otro como si formasen una perfecta línea sobre las sillas. Se levantan y ríen, y vuelven a reír. Crean una fiesta con poco, utilizando sus manos y el cariño. "Nosotros hacemos esto en la calle y nos miran mal. Aquí estamos a gusto, aquí podemos ser nosotros mismos", comparte uno de ellos justo después de soltar varias carcajadas. Comienza la clase. Carlos empieza por la base explicando los diferentes planos, los ángulos... Los jóvenes atienden ensimismados, no le quitan ojo a la pared que hace de pantalla. Están tan atentos que incluso terminan las frases del profesor.

¿Venís...? "¡A pasárnoslo bien!", contesta una de ellas. Han estrechado unos lazos tan fuertes que ya se han vuelto inseparables. El objetivo de estos talleres de la zona Sur es que se relacionen y convivan. Y por lo que parece, el programa da sus frutos. En la actualidad solo son doce, pero el grupo ha llegado a congregar a unos 25. El programa no solo busca conectar a jóvenes de un distrito de la ciudad catalogado como "zona marginal" o en riesgo de exclusión, sino que también tiene como finalidad tansmitir una serie de valores positivos y que aprendan. El profesor del taller proyecta el corto iDiots que muestra la obsolescencia programada (fecha de caducidad) de los aparatos tecnológicos, que hace que el pequeño aulario del Sasia reflexione, sin ayuda de nadie, sobre el "borreguismo"y las modas. Entre risas, los jóvenes piensan.

Sobre el autor:

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Claudia González Romero

Periodista.

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