Hace justo un año que Paqui López Candón echó el cierre en el quiosco de Plateros. El establecimiento, que empezó con un carrito en la plaza hace 74 años, es testigo de la vida cotidiana de este emplazamiento histórico de la ciudad desde la posguerra. Su padre, Miguel, o Miguelito, tal y como lo llamaban en el barrio, fue quien lo puso en marcha.
De los regaliz Zara a las pistolitas y trompetitas de juguete, los tiempos han cambiado radicalmente. Su dueña decidió poner fin a su longevo negocio para jubilarse, tal y como explicó en una entrevista con lavozdelsur.es: "Mis padres lucharon mucho. Yo no quiero trabajar hasta el último día", dijo.
Uno de los atractivos más conocidos, habitual escapada para niñas y niños del centro de la ciudad y de aquellos que venían de peseo, era el populular caballito. Ahora, Jaime Jiménez y Luz Saldaña, propietarios del Tabanco Plateros y de la cervecería La Frontera de Jerez, en la calle Angostillo de San Dionisio, se han hecho con la atracción.
"Gracias a Paqui por confiar en nosotros para seguir haciendo felices a los más pequeños". La segunda vida del caballito de Plateros, que pasará de cabalgar entre gominolas para hacerlo entre cervezas especiales y artesanas.
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