El Centro de Negocios San Agustín iba a convertirse, en palabras de su promotor, Zona Franca de Cádiz, en el "núcleo empresarial de referencia del centro histórico", pero tres años después de echar a andar —en diferentes fases, pues se precipitó parte de su inauguración para que coincidiera con la precampaña de las municipales de 2015— estas instalaciones siguen semivacías. Tampoco ha habido hasta ahora mayor actividad en su patio y claustro principal, que hasta la fecha solo ha albergado un evento público: la reciente presentación a cargo de Mariano Rajoy de los 44 candidatos del Partido Popular a las alcaldías de la provincia en las municipales del año que viene.
"Menos mal que no llovió ese día porque el proyecto incluía una montera de cristal para el patio que misteriosamente desapareció más tarde", comentan a este medio fuentes de la Delegación de Urbanismo, encargada hace más de cinco años de redactar una iniciativa que rehabilitaba el núcleo principal del antiguo convento de San Agustín, construido en el siglo XVII y de gran valor histórico y arquitectónico. Adquirido en los 90 del siglo pasado por el Ayuntamiento tras dejar de ser comandancia y casa cuartel de la Guardia Civil, recuperar para el uso este edificio supuso una inversión pública de seis millones de euros —en un primer momento se habló de 7,5 millones— procedentes de fondos Feder de la UE. Nada hace que pensar que dicha inversión se esté amortizando. Como ha podido confirmar este medio, el edificio principal de oficinas se encuentra con una ocupación de superficie alquilada del 50%, mientras que en el Edificio Caballerizas (aledaño al antiguo convento) la ocupación es del "0%".
Recreación virtual del claustro central de San Agustín, montera incluida.
Las prisas por inaugurarlo antes de las últimas municipales y el choque entre administraciones tras el cambio de gobierno, han llevado a que la situación administrativa del Centro de Negocios sea un caos. De hecho, el Ayuntamiento hizo la cesión del inmueble al consorcio estatal ZFC (en manos del PP), pero, en cambio, "nadie llevó posteriormente a elevar dicha cesión al registro de la propiedad. Nadie va a ser capaz de hacerlo ahora", confirman las mismas fuentes.
Todo bajo el control de la Zona Franca, la otra parte del convenio, la reurbanización de la calle Puerto, nunca se ha recepcionado por parte del Ayuntamiento como consecuencia de la cantidad de defectos de ejecución que tienen los trabajos. "Solo hay que dar una vuelta con la cámara y ver, por ejemplo, cómo está la soleria de la esquina de Agustinos con Puerto, una fuente en la rotonda que hicieron que nunca ha funcionado, y un jardín vertical completamente seco".
Vista general del patio de San Agustín, durante el reciente acto de presentación de alcaldables en la provincia. FOTO: @popularesjerez
"Hemos venido a Jerez para quedarnos", aseguraba en abril de 2015 el entonces delegado del consorcio estatal, el popular Jorge Ramos. En este contexto, reconocía que, con San Agustín, la Zona Franca estaba "saldando una deuda que tenía con Jerez, haciendo acto de presencia en esta ciudad y participando con proyectos como éste y otros muchos en su papel de institución del Estado cuyo objetivo social es dinamizar la economía en los municipios". La realidad tres años después es que el Centro de Negocios apenas despega y, pese a los intentos del Ayuntamiento por darle otro tipo de utilidad social a sus estancias, hasta ahora solo ha servido para un acto de partido del PP.
El centro de negocios, conformado por el edificio San Agustín y el edificio anexo Las Caballerizas, y que pone a disposición del tejido empresarial jerezano 55 despachos con superficies entre 15 y 94 metros cuadrados, se erige alrededor del reformado claustro de lo que era la antigua iglesia. Edificada en 1624 y derribada en 1919, San Agustín posteriormente pasó a ser cuartel de infantería y luego de la Guardia Civil hasta su abandono, de ahí el lamentable estado que presentaba y la importancia de unos trabajos que han obligado a construir 17 nuevos arcos y restaurar otros nueve con piedra traída de la cantera de la sierra de San Cristóbal, así como la reconstrucción de 16 bóvedas y la rehabilitación de 14, entre otros trabajos.
Aparte del fallido proyecto de remodelación de la plaza Esteve, que incluía el derribo del antiguo edificio del IARA y una inversión por encima del millón y medio de euros, Zona Franca dejó tirada en Jerez la obra de reordenación urbanística del polígono industrial El Portal. El consorcio estatal, el PP y la UTE OHL-Ucop, que se adjudicó las obras por 3,8 millones y exigía un millón más por fallos en el proyecto de Urbanismo, acusaron al Ayuntamiento de "negligencia y dejación". Éste, sin embargo, decidió investigar cómo se licitó y adjudicó una inversión cuyo diseño era esencial conocer antes del concurso. Del mismo modo, ZFC tampoco avanzó en nada en la puesta en marcha de un recinto fiscal en las inmediaciones del Aeropuerto, para complementar el nodo logístico que conforma la Ciudad del Transporte.
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