Ronda Muleros, una de las principales arterias de tráfico en la primera corona del centro histórico de Jerez, lleva medio año cortada a la circulación. Este vial, reurbanizado al completo hace ahora unos quince años, permanece restringido a los vehículos motorizados por las obras de renovación de redes de abastecimiento y saneamiento en Plaza del Carbón, entorno de San Miguel y en la propia Ronda de Muleros.
Todo empezó con el tremendo socavón en la plaza del Carbón y, una vez que Aquajerez se puso manos a las obras para devolver la normalidad a este acceso al centro y la tranquilidad a los vecinos afectados por importantes grietas en sus casas, en enero pasado se anunció el cierre de Ronda Muleros al tráfico rodado.

En este tiempo, solo residentes y comerciantes de la zona —con una bajada importante del paso de potenciales clientes— han podido acceder a una ronda de alrededor de un kilómetro y medio de recorrido.
Un parking improvisado
Curiosamente, en estos seis meses, la otrora arteria principal para conectar el acceso sur de la ciudad con el centro, y las zonas norte y este, se ha convertido en un improvisado y enorme aparcamiento público en línea. Como quiera que los carriles están cerrados al tráfico en uno y otro sentido, muchos residentes han ocupado el lateral pegado a las aceras como puntos de estacionamiento fuera de toda regulación.

Según se anuncia en la web del Ayuntamiento de Jerez, la última fase de los trabajos debió concluir el pasado 24 de junio y, con esta ejecución total, la reapertura al tráfico, al fin, de la Ronda Muleros y la propia plaza del Carbón. Sin embargo, en mayo pasado se anunció que las obras sufrían un revés y los tiempos de recepción por parte del Ayuntamiento se ampliaban.
Continuos contratiempos este año
Desde inicios de año, las obras han sufrido varias circunstancias que han ido postergando su normal desarrollo. En primer lugar, la cada vez más prolongada programación navideña en el centro de la ciudad, con las Zambombas como festejo estrella.
Las fuertes y prolongadas lluvias del mes de marzo también supusieron un parón y, más recientemente, por la aparición de una bolsa de agua subterránea de siete metros de profundidad, que ha obligado a la empresa adjudicataria a cambiar la maquinaria para abordar los trabajos.
La previsión, cuentan desde Aquajerez a este periódico, es que las obras terminen a finales del mes de julio, "si no hay mayores contratiempos". Será entonces cuando estos puntos tan sensibles para la vida cotidiana de la ciudad vuelvan a la normalidad absoluta.