El Centro de Conservación de la Biodiversidad Zoobotánico en Jerez vive un momento de celebración. Esta temporada ha acogido el nacimiento de ocho pollos de espátula común y cuatro flamencos, a los que se suman otros alumbramientos clave como los de quebrantahuesos, alimoche y cigüeña negra. Así lo ha destacado el teniente de alcaldesa de Medio Ambiente, Jaime Espinar, que subraya en una nota la relevancia de estos hitos para la preservación de especies en riesgo.

Espinar ha señalado que “estos nacimientos son muy importantes, ya que todas las especies cuentan con programas de reproducción, por lo que el centro sigue sumando y apostando por la conservación de la biodiversidad”. En sus palabras, “podemos decir con orgullo que la labor que se realiza desde Jerez es encomiable y muy importante en la conservación de las especies en peligro de extinción, uno de los pilares del Centro junto a la investigación y la educación medioambiental”.

En cuanto a las espátulas, dos de los pollos nacieron en julio y los otros dos a principios de este mes. Permanecen en las instalaciones del Centro, compartiendo espacio con otras especies criadas en el mismo lugar. En temporadas anteriores, estos ejemplares fueron liberados en hábitats adecuados según los proyectos en marcha, aunque este año, por el momento, continuarán en el Zoobotánico, con la posibilidad de que en el futuro sean trasladados a un zoológico de Dublín.

Los flamencos son un atractivo para los visitantes

La colonia de flamencos también ha crecido este verano con la llegada de cuatro polluelos que pueden observarse en el estanque de la entrada principal del Centro. Su presencia se ha convertido en un atractivo añadido para los visitantes, que disfrutan viendo cómo evolucionan en sus primeras semanas de vida.

Conviene recordar que los flamencos adultos de esta colonia proceden de centros de recuperación y son ejemplares irrecuperables. Sin embargo, sus crías, una vez están listas, emprenden vuelo hacia distintas lagunas de la zona para iniciar su vida en libertad, manteniendo así el ciclo natural de la especie.

La espátula común es un ave fácilmente reconocible por su peculiar pico en forma de espátula, de color rosado en la juventud y rojo intenso al alcanzar la madurez. Su plumaje es blanco, las patas negras y su dieta se basa en peces, cangrejos, moluscos, insectos y anfibios, que obtiene removiendo el fango con el pico. En sus colonias, los pollos de diferentes nidos suelen mezclarse y ser alimentados indistintamente por los adultos. Tras un mes, abandonan el nido para buscar aguas poco profundas. A pesar de su singularidad, la especie se considera vulnerable, principalmente por la desecación de humedales y la contaminación del agua, aunque amenazas como la caza ilegal o el robo de huevos tienen un impacto menor.

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Patricia Merello

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