Habría que mirar 25 años atrás, cuando la moda de los estupefacientes de diseño, las drogas sintéticas, arrasaban en demasiadas noches de demasiadas personas jóvenes en la provincia de Cádiz durante los últimos años del siglo XX, los primeros del XXI.
Eran los tiempos de las pirulas o las pastillas -derivados anfetamínicos- que se sumaban a los clásicos opiáceos en el catálogo de venenos consumidos de forma multitudinaria en determinados grupos, generalmente jóvenes, de distintas zonas de Andalucía y la provincia.
Esa etapa llegó a tener incluso su propia estética y su propia música asociadas. La severa crisis económica iniciada 2008, algo bueno debía de tener, le sirvió de testamento.
Antes, casi 50 años atrás, hubo una epidemia de tóxicos aún más dañina, la del caballo. La heroína acabó con la quinta parte de una generación entera, especialmente entre 1975 y 1985.

Bien por sobredosis, bien por el posterior sida, el número de bajas fue incontable. Aún está pendiente un recuento exacto entre jóvenes gaditanos entre poco más de 15 años y menos de 40.
Decenas de películas y documentales de entonces -el llamado cine quinqui- y de ahora -con hijos de víctimas como Alba Flores o Carla Simón- dan testimonio artístico e histórico del tamaño de aquella herida social a escala nacional.
En dimensiones provinciales y sin llegar a esas trágicas cifras ni de lejos, diversos colectivos de trabajadores públicos coinciden en los últimos días de este 2025 en señalar que la provincia de Cádiz se arriesga a otra epidemia de drogadicción.
Fentanilo en la provincia de Cádiz
La alarma, por ahora preventiva, está formada por la suma de avisos. Hablan de la aparición del fentanilo, la expansión del rebujito (mezcla de cocaína y heroína) o el crecimiento imparable del paso de cocaína por la provincia.
La producción de cocaína es la mayor conocida nunca y su precio, el más bajo. En 2025 se han intervenido en la provincia tres toneladas más
La voz de aviso no es nueva. La memoria anual de la Fiscalía Antidroga ya hablaba cuando empezaba el otoño de un "alarmante incremento" del paso de coca por la provincia.
"Por esta zona está entrando mucha cocaína. El consumo aumenta. España es uno de los países que más consume y también uno de los países por los que más cocaína transita".
"Ahora también se está introduciendo por narcolanchas cuando hace un tiempo era menos frecuente", afirma la responsable del ministerio público en Andalucía, Ana Villagómez.
"Hay una sobreproducción de cocaína en origen, ha bajado muchísimo el precio, la demanda sigue alta, así que todo se suma y hay un mayor peligro para la salud pública".
'Rebujito', mezcla de heroína y cocaína
La creciente presencia en los puertos y las costas de la provincia, junto al perenne paso de hachís, tomaba nueva forma, y concreta, durante este pasado martes.
El responsable de la Guardia Civil en Cádiz, Luis Martín Velasco, fijaba en tres toneladas más (3.000 kilos añadidos) la cantidad de esta droga intervenida este 2025 en suelo gaditano.
Del crecimiento de las incautaciones se deduce, de forma inevitable, una notable subida de la presencia, del paso, de esta droga.
Este primer indicio da paso al segundo. El máximo representante de la Benemérita asegura que esta inundación de coca provoca un efecto hasta ahora menos frecuente: la aparición del rebujito.
Así se denomina la combinación de cocaína y heroína, "cada vez con mayor pureza" y sin embargo más asequible. Tiene terribles efectos físicos y psicológicos, pero es de acceso fácil. "Los chavales la consiguen con facilidad, algunas dosis se venden a cinco euros en la calle".
Eso propicia que las personas más jóvenes, incluso menores, "puedan engancharse desde edades muy tempranas". Cuando esa situación se produce, afirma Velasco, "ya ahí no hay vuelta atrás" en las vidas de los afectados y sus entornos familiares.
La Guardia Civil alerta de la dificultad de luchar contra un mercado negro tan atomizado y extendido, que se mueve con transacciones mínimas en cualquier rincón: "Es muy complicado luchar contra ese menudeo, hay que ponerle cara".
También hay que ponerle sitio, ubicación. Las fuerzas de seguridad alertan de que la situación es especialmente preocupante en pequeños municipios de la Sierra de Cádiz aunque estos fenómenos siempre se asocien con territorios costeros.
"50 veces más dañino"
El último pincho del tridente mortífero lo pone el fentanilo. Este lunes, 15 de diciembre, la administración de Estados Unidos marcaba esa droga como "arma de destrucción masiva" y fijaba el número de víctimas en más de 200.000 en los últimos años.
Al otro lado del Atlántico, en esas mismas fechas, un grupo de trabajadores públicos de la provincia de Cádiz alertaba de la presencia de ese "veneno" en las cárceles de la provincia.
Cádiz es uno de los territorios españoles con más recintos penitenciarios de toda España, tres de grandes dimensiones en Algeciras y El Puerto de Santa María. Es una de las provincias españolas con mayor número de población reclusa de forma permanente.
En ese colectivo empieza a extenderse un producto de laboratorio -opioide sintético- que potencia los efectos de los opiáceos que lo forman hasta condensar en una simple pastilla un producto "que puede ser 50 veces más potente y dañino" que la droga convencional. Es el temido fentanilo.
Francisco Mena, presidente de la Coordinadora antidroga del Campo de Gibraltar, daba la voz de alarma tras asegurar que algunas muertes dentro de las cárceles gaditanas este año tienen ese rastro. Asegura que "el fentanilo entra incluso impregnado en la correspondencia".
"En las cárceles recuerda a los años 80"
Mena, que lleva toda la vida en la zona luchando contra los efectos de la droga en la comarca, advierte contra "su potente capacidad de adicción, lo que lleva a la marginalidad muy rápidamente" y también recuerda cómo "en los años 80 la heroína causó miles de muertes en las prisiones".
La sección sindical del colectivo Tu Abandono Me Puede Matar (Tampm) en la prisión Puerto III denunciaba este 15 de diciembre los "gravísimos hechos acontecidos el módulo 4 que "se han saldado con varios funcionarios agredidos y amenazados de muerte".
Para explicar este episodio, los representantes laborales aseguran que "los hechos no son aislados, sino consecuencia de una situación insostenible. El día anterior, cuatro internos tuvieron que ser trasladados de urgencia a la enfermería bajo los efectos de sustancias tóxicas".
La droga que estaría "presuntamente impregnada en papeles, es fentanilo". Apenas unas horas después, "gracias a la profesionalidad de los funcionarios" se incautaban de otros 12 trozos de papel impregnados. Este ambiente de drogadicción es el caldo de cultivo de las agresiones".



