Los mayores incrementos se dieron de 2003 a 2004, con el PP en la Alcaldía, al aumentar casi 180 millones en un ejercicio, y también de 2008 a 2009, con el PSOE en el gobierno local, cuando sufrió una subida de 106 millones.
Jerez tiene una deuda que equivale al presupuesto anual de la red de carreteras del Estado, a la inversión en I+D+i, a las ayudas anuales al estudio que concede la Junta de Andalucía, al presupuesto del Servicio Andaluz de Empleo o al doble del gasto anual en Policía y Guardia Civil. Un volumen de deuda “desproporcionado” y que según el responsable del área económica del Ayuntamiento, Marcos de la Calle, es de 893 millones de euros –y no los más de 1.000 que se atribuían hasta ahora– a final de 2014. O lo que es lo mismo: El Ayuntamiento debe 4.210 euros por cada jerezano.
Una deuda de este calibre no se puede devolver. Lo asegura De la Calle, en el marco de una jornada sobre auditoría ciudadana de la deuda, organizada por la comisión de Auditoría y Transparencia que preside Ganemos. “La dinámica presupuestaria imposibilita la devolución de la deuda”, recoge el responsable económico del Consistorio durante su exposición, en la que reconoce que la legislatura de las coaliciones –entre PP y PSA y entre PSOE y PSA– fue especialmente crítica y, el resultado, “devastador”.
De 227,6 a 407,3 millones pasó la deuda de 2003 a 2004 –con María José García-Pelayo como alcaldesa tras el acuerdo con Pacheco–, la mayor subida de los últimos 15 años: casi 180 millones de euros más en apenas un ejercicio. Entre 2008 y 2009, con la socialista Pilar Sánchez en la Alcaldía, pasó de 527 millones a más de 633 millones, 106 millones de incremento.
Lo que sí ha cambiado los últimos años, cuando no ha parado de aumentar la deuda, es la naturaleza de los acreedores, es decir, se ha pasado de deberle en su mayoría a empresas a hacerlo a los bancos. Más de 520 de esos 893 millones de deuda es financiera. A otras administraciones se les tiene pendiente de pago otros 195 millones, 120 de ellos a la Seguridad Social.
Con estos datos como punto de partida, la comisión de Auditoría y Transparencia, que está empezando a andar, tendrá una ardua tarea para poner en orden las cuentas de los últimos doce años, que se publicarán en el Portal de Transparencia, y que analizarán pormenorizadamente. Es hora, en palabras de Santiago Sánchez, portavoz de Ganemos y presidente de la comisión, de “hacer autocrítica”. Sánchez, durante el debate entre representantes de los cinco grupos políticos presentes en la Corporación municipal, critica que “los bancos cobran pero la ciudadanía no”.
En el encuentro, en el que estuvieron concejales de Ganemos (Santiago Sánchez), IU (Raúl Ruiz-Berdejo) y PP (Lidia Menacho), y dos representantes de PSOE (Juan Carlos Camas) y Ciudadanos (Javier Álvarez), todos estuvieron de acuerdo en que el Ayuntamiento debe ir hacia “un nuevo modelo de financiación” y de ciudad, y cambiar el actual, que alguno de los presentes definió como “capitalismo de amiguetes”.
Jerez es “una ciudad cara en la prestación de servicios”, apunta la popular Lidia Menacho, que se pregunta: “¿Hasta dónde estamos dispuestos a recortar gastos?”, ya que el Ayuntamiento jerezano presta servicios que no le corresponden. Para Camas, el representante socialista, “el problema de la deuda no obedece a casos de corrupción política” y añade que “el revanchismo no debe ser una opción de esta comisión”.
El brutal incremento de la deuda durante la última década tiene distinto origen según el prisma (político) con que se mire. El “pan y circo” que un asistente apunta que ha habido en la ciudad pone de acuerdo a PSOE y PP, que lo niegan, y hace que IU saque las uñas afirmando que sí lo ha habido.
La sesión vespertina de la jornada se dedica a las intervenciones de Enric Pons, miembro del Observatorio Ciudadano Municipal (OCM) de Barcelona, y Yago Álvarez, de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda de Madrid, que aportan su experiencia, de la que espera aprender la recién creada comisión jerezana. “El 100% de las administraciones públicas no cumplen la ley de transparencia actual”, señala Pons, que anima a “trabajar la transparencia desde fuera de los ayuntamientos”.
Los procedimientos puestos en marcha en el Ayuntamiento de Barcelona han conseguido, según Pons, que mejore el nivel de transparencia del Consistorio, que se responda más rápidamente las consultas ciudadanas e incluso que se anulen contratos otorgados sin todos los parabienes legales. “Cuanto más te observo mejor te comportas”. La frase, del filósofo inglés Jeremy Bentham, corona la intervención de Enric Pons, que señala que buscan “tener incidencia política” y que se conozcan las cuentas municipales: “Fiscalizamos más al presidente de la escalera que a nuestro alcalde”, censura.
“Éramos los frikis de la deuda y ahora nos llaman los ayuntamientos”, comienza Yago Álvarez, que vuelve a repetir –ya lo hizo durante su visita a Jerez en noviembre– que “el proceso de auditoría no es el fin, es la herramienta”. Con la transparencia como base, Álvarez anima a empezar a auditar contratos realizados por el Ayuntamiento, a vigilar cómo se han ejecutado los últimos presupuestos y a detectar los posibles elefantes blancos –grandes inversiones susceptibles de irregularidades–. Para muestra un botón: “En un pequeño pueblo había un baño público, un meadero de cemento, que costó 100.000 euros”.
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