El reconocido chef Ángel León, galardonado con tres estrellas Michelin, ha regresado esta tarde a La Salle Buen Pastor de Jerez, el colegio donde estudió durante su infancia, para ofrecer la lección inaugural del curso 2025-2026. Bajo el título El sabor de la perseverancia: encontrar la vocación más allá del miedo al fracaso, el cocinero jerezano ha compartido una charla inspiradora sobre su trayectoria vital y profesional ante alumnos, docentes y familias de la comunidad lasaliana.
Durante su intervención, León ha destacado la emoción de volver al lugar donde creció y ha recordado con sinceridad sus años de estudiante. “Todos los que estáis aquí tendréis una historia después de haber pasado una etapa en el colegio. Yo digo siempre que todo lo que vayáis a escuchar hoy no lo toméis en cuenta. Yo soy cocinero, pero antes de ser cocinero no sabía qué hacer en la vida, la verdad”, ha confesado.
De la incertidumbre al descubrimiento del mar
El conocido como el chef del mar, ha relatado cómo su infancia estuvo marcada por la incertidumbre vocacional y la búsqueda de un propósito. “No me gustaba nada. Era un niño que cuando me preguntaban, ¿tú qué quieres ser?, no sabía qué contestar porque no me gustaba nada. Mal estudiante, hiperactivo y con un problema terrible que era que no tenía capacidad para poder estudiar, sentarme, muy nervioso. Con unos padres muy preocupados por mi futuro en aquella época”, ha recordado.
León ha explicado que creció en un entorno social donde el éxito parecía reservado solo para quienes seguían caminos tradicionales. “En una etapa donde parecía que si no eras doctor o arquitecto o abogado, parecía que en la vida no ibas a hacer nada”. Sus palabras han resonado entre los asistentes, especialmente entre los jóvenes, a quienes ha animado encontrar su pasión y seguirla sin miedo.
El cocinero ha querido transmitir un mensaje de esperanza y autenticidad: “Os voy a contar mi historia. La vida al final te lleva hacia lo más importante que es enamorarte de algo que te guste, que le guste a los demás, a la sociedad e incluso diría que a nuestros padres. Vais a ser vosotros mismos los que vais a coger vuestro camino”. Con esta reflexión, ha insistido en la importancia de conocerse a uno mismo y de mantener la curiosidad como motor de aprendizaje.
León ha cerrado su intervención evocando sus primeros pasos en la cocina, donde el mar y la imaginación fueron sus grandes maestros. “Yo empecé en esto de la gastronomía porque a mi padre le gustaba el mar de pequeño. Yo salía a navegar y me imaginaba lo que pasaba debajo del mar. Tenía una cosa maravillosa que se llamaba fantasía, que sigue formando parte de mi vida”, ha explicado.
Ha relatado también cómo aquellas experiencias tempranas marcaron su destino: “Cuando venía de pescar con mi padre, cogía los pescados, les abría la barriga y hacía como biopsias, veía si a uno le gustaban las conchas, si comía algas o los berberechos. Tampoco quería estudiar biología marina. Al final empecé a tontear con la cocina, harinando pescado y haciendo cosas sencillas. A partir de ahí empieza mi relación con la gastronomía. Después de casi ocho años formándome, estuve en los mejores restaurantes de Francia, donde pasé casi once años de mi vida”.
Su charla, cargada de honestidad, emoción y cercanía, ha dejado una profunda huella entre los asistentes, que han despedido al chef con una ovación. Su mensaje sobre la perseverancia, la creatividad y la búsqueda de la vocación ha sido una intervención de lo más inspiradora.