El recinto apenas se utiliza, salvo en Feria y San Antón. El Ayuntamiento quiere dotarlo de más actividad durante el resto del año. Un negocio de hostelería pretende ser el punto de partida de su resurrección.
Feria del Caballo, San Antón… y poco más. El parque González Hontoria apenas tiene programación el resto del año. Pasear por los 50.000 metros cuadrados de este recinto vallado supone tener que esquivar cristales rotos, algún socavón y desechos de todo tipo, desde latas o bricks de zumo a revistas o cajas. El ambiente dista mucho del que se vive en su ‘semana grande’. Hay poco movimiento. El parque, la mayoría del año, queda para que los vecinos de la zona saquen a pasear a sus perros y para reuniones esporádicas de jóvenes. “Está totalmente descuidado, lleno de botellas y cristales”, se queja un jerezano que conversa con un amigo en una de las pocas zonas con sombra del recinto. “Han puesto unas cuentas papeleras y saneado un poco, pero está fatal”, señala.
Para el parque, declarado Bien de Interés Cultural, han sonado todo tipo de proyectos: desde la famosa playa que quería hacer el PP, hasta trasladar el rastrillo de la Alameda Vieja, que finalmente se decidió que continuara en su ubicación actual. La pista de hielo que el Ayuntamiento instaló en el recinto, con los populares en la Alcaldía, fue una de las últimas actividades que se realizaron en el Hontoria fuera de la programación “oficial”, es decir, Feria y San Antón. Por el parque, en un intento de dotarlo de más vida, hasta pasa un tramo de carril bici, eso sí, los ciclistas que quieran utilizarlo deberán ceñirse al horario de apertura del recinto, que se cierra por las noches.
Pero algo se mueve en el Hontoria. La esquina de La Rosaleda tiene un nuevo negocio, el Hontoria Garden Bar, que pretende dotar de vida a un parque que tiene muy poca cuando se van las casetas y no hay mascotas de por medio. Esta zona es la que presenta un mejor aspecto, ya que se está mejorando el sistema de riego y adecentando un espacio donde los jóvenes hacen ‘botellón’ durante la Feria del Caballo. El negocio toma el relevo del que abrió en La Rosaleda en los años 60 del siglo pasado, que algunos vecinos todavía recuerdan. “Creíamos que se iba a hacer algo parecido, una terraza donde se podían hacían picnic, algo pequeño, pero han hecho un mastodonte”, señala un residente. Unos 1.000 metros cuadrados ocupa el negocio, que pretende dar empleo a 60 personas.
La Rosaleda está acordonada. En ella sí se está actuando a raíz de la apertura de este nuevo negocio. “Hay un plan de mejora, el Plan Invierte recoge inversiones de 60.000 euros para el sistema riego, que va a tener un cambio drástico”, explica José Antonio Díaz, teniente de alcaldesa responsable de Medio Ambiente. “Va a haber un ahorro en el consumo de agua con un sistema especializado”, señala, e insiste: “Habrá un antes y un después, de tener un parque abandonado vamos a pasar a tener uno modernizado”.
Del mantenimiento del González Hontoria se ocupa la concesionaria de parques y jardines, Elsan, del grupo OHL, que hasta antes de la llegada del gobierno local a la Alcaldía no contemplaba este parque dentro de su circuito de trabajo, por lo que de esta tarea se encargaban empleados municipales. Las actuaciones de mejora del Hontoria, señala el teniente de alcaldesa, incluyen también la resiembra de la vegetación, que en estos momentos campa a sus anchas, salvaje, por el recinto. Las hojas caídas de los árboles se amontonan según dispone el viento y es fácil encontrar cristales en cualquier esquina, hasta en el templete municipal, donde se puede ver un banco roto por la mitad, víctima del vandalismo.
El Hontoria, considerado uno de los pulmones verdes de la ciudad, tiene desde jacarandas, hasta ficus o palmeras canarias. El Ayuntamiento señala que plantará nuevos árboles. Los colectivos ecologistas esperan que no se repitan escenas como las de hace algo más de un lustro, cuando se talaron eucaliptos con más de 100 años de antigüedad. Al parque, concebido a principios del siglo pasado con el alcalde Julio González Hontoria al frente del Ayuntamiento, ya le toca resurgir de sus cenizas.
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