Francisco Domouso (Cáritas): "Se sigue pensando en la economía y a las personas se las descarta"

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El director de Cáritas Diocesana de Jerez cree que "desde el momento en el que existen los niveles de desempleo que hay aquí, hay emergencia social" en la ciudad y defiende la rigurosidad de los datos aportados por los informes realizados por la institución: "Damos estadísticas muy fiables, porque somos los más próximos a la realidad"

Tras sortear varias estancias, pasar por el patio central del Obispado y subir a la primera planta de Cáritas, el director de la institución en Jerez, Francisco Domouso, abre la puerta de su pequeño pero acogedor despacho, donde se realiza la entrevista. Una foto del obispo José Mazuelos, otra del Papa Francisco y una cruz constituyen la escasa decoración del habitáculo. Domouso, hombre de Iglesia y prejubilado de banca, no es persona de andarse con rodeos y responde con claridad, y sobre todo buen humor.

El jueves concluyó la VII Semana de la Pobreza, ¿qué conclusiones saca de esta edición?

En primer lugar, esta actividad surge como una de las que se organizan en torno al 25 aniversario de la creación de Cáritas Diocesana y lo que se pretende es hablar de pobreza. Se habla mucho de pobres, se habla mucho de pobreza, ¿pero qué es la pobreza? La pobreza  la conoce muy bien quien la está viviendo, pero no todo el mundo está en el mismo nivel de pobreza. Hay pobres y pobres, los últimos, y hay personas que han estado viviendo bien y ahora mismo están en pobreza. Pero nosotros lo que queremos es destacar las condiciones que hacen posible esa pobreza. Este año estamos diciendo que aquí hay una cuestión ideológica: la crisis y el descarte que puede haber con la crisis tiene su razón ideológica. Y la salida tiene que estar centrada en la persona, no en la ideología. ¿Cómo estamos descartando a los inmigrantes? Pues se dice que nos pueden invadir, los están criminalizando… y eso te va creando una manera de pensar.

En una de las primeras ponencias, Ana Abril (directora de Desarrollo Social de Cáritas Española) apuntó que "lejos de una cultura del descarte, hay que poner a las personas en el centro". Esa puede ser una de las consignas de Cáritas

El Papa es el que está poniendo un poco de moda la palabra descarte. Es que es importante, porque la importancia en la recuperación de la crisis es la economía, el mercado, las empresas, el dinero... ¿y dónde está la persona? La crisis económica tiene un planteamiento ideológico. Esto pasó ya en su época en EEUU… se considera que una parte de la población está perdida, que no puede ser atendida. Se sigue pensando en la economía y a las personas se las descarta. Y nosotros decimos: lo importante no es la economía, lo importante es la persona. Y en época de bonanza había una cifra suficientemente alta de pobreza extrema, en torno al 6%. Esos son los datos que dan constantemente Cáritas. Y Cáritas se dirige a esas personas que en época de bonanza también estaban en exclusión severa.

¿Ha cambiado el perfil del demandante de ayudas desde que comenzó la crisis?

Los inmigrantes en esta zona cada vez son menos. El inmigrante que atendemos ahora, la mayoría ya son vecinos nuestros. El perfil ha cambiado y se han incorporado muchas familias que están viviendo de pensiones o que el sustentador principal se ha quedado sin trabajo. Si en familias numerosas están todos sus miembros en paro, y al final están comiendo de una pensión, pues tiran para adelante con las pequeñas ayudas que les damos nosotros y las pequeñas ayudas que da el Ayuntamiento, que bonifica el agua o da vales de comida. El problema es que esto se perpetúe. Yo no critico lo que se está haciendo, lo que me preocupa es que nos acostumbremos a esto. A las personas hay que rescatarlas y a las personas hay que dignificarlas.

¿Está Cáritas desbordada por la demanda?

Sí, es más aquí en Jerez ahora estoy esperando a dos directores de Cáritas de pueblo. En los pueblos además es muy curioso, son muy solidarios, son muy inclusivos, ellos se buscan la vida, pero hay poblaciones a las que no se llega. Tienen una estructura social muy débil, entonces tenemos que estar ayudando.

Y la situación empeorará cuando se lleve la reforma de la administración local...

Sobre todo por la centralización de los servicios para ahorrar costes. Date cuenta que la diócesis nuestra, si coges la pirámide invertida que es la provincia de Cádiz, está el Guadalete que divide la provincia en dos, pues del Guadalete hacia el norte es la diócesis de Jerez y hacia abajo es la de Cádiz. Si una persona de Torrealháquime, que es de los pueblos más lejanos, se tiene que desplazar para cualquier cosa a Cádiz porque se le ha quitado las atribuciones que tenía su Ayuntamiento, si esa persona no tiene recursos, ¿cómo va a llegar allí? ¿Al final dónde va? A Cáritas. Es lógico decir que vamos a centralizar para ahorrar costes porque no tenemos dinero, ¿pero a cambio de qué? De que los últimos, los que menos tienen, sean los perjudicados.

¿Cree usted que ya hemos tocado fondo?

El problema es: ¿Dónde está el fondo? Si supiera yo donde está el fondo... Creo que sí, vamos a tener esperanza y vamos a ser positivos. El problema es que no creo que el fondo esté mucho más profundo. Si desgraciadamente hubiera un fondo mucho más profundo tendríamos problemas sociales fuertes, pero con lo que tenemos estamos bien despachados.

La delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes, aseguró en enero que en Jerez "no hay situación de emergencia social". ¿Cree usted que la hay?

Sí, aunque no se quiera reconocer. De hecho nosotros de las cosas que no hacemos es exhibir las colas que existen en las Cáritas, por respeto a las personas. Pero es que siguen acudiendo gente a Cáritas y es algo que es muy gráfico: desde el momento en el que existen los niveles de desempleo que hay aquí, hay emergencia social. A lo mejor ella lo que quiso decir es que lo que no hay es una emergencia de que la gente se esté muriendo de hambre, pero eso hay que explicarlo. Hoy en día se dan las condiciones para que la gente no pase hambre. ¿Qué ocurre? Que hay mucha gente que no quiere ir a comedores sociales, y de hecho se atienden a los pobres vergonzosos, personas que han vivido normalizadas y ahora por diversas circunstancias no tienen ingresos. Desde el momento en que tenemos estos niveles de desempleo y de pobreza, estamos en emergencia social.

En la ciudad ha traído bastante polémica la aplicación del decreto contra la exclusión social de la Junta, ¿cree usted en la utilidad de este tipo de medidas? 

No. No solamente creemos que no solucionan nada sino que además, demostramos por muchos motivos nuestra disconformidad a la Junta. El decreto se ha hecho sin consultar a las personas que sabemos de qué va esta historia. Lo sacaron los políticos, pero lo sacaron los políticos en un plis plas. Y algo que sale de un Gobierno de izquierdas que ha criticado durante mucho tiempo a la Iglesia porque decía que es asistencialista, resulta que se mete en todo el charco del asistencialismo, desde el desconocimiento. Y no solamente eso, sino que se lanzó sin planificación, sin dinero y ahora mismo no está funcionando. De lo que se tienen que preocupar es de que las personas vivan dignamente. Todos los partidos en sus programas incluyen la renta mínima de inserción, pero no la llevan a cabo, son 600 y pico de euros que a una familia la pueden ayudar mucho. Al final se gastan el dinero en chorradas.

¿Qué le parecieron las palabras del ministro Montoro cuando dijo que los informes de Cáritas sobre la pobreza "no se corresponden a la realidad"?

Es que le dolió. Esos datos están contrastados, Cáritas Europa tiene sus propios equipos de estudio. No vale decir que nosotros no tenemos que crear un debate, no vale decir que mentimos y no vale decir que da la sensación de que nos estamos sacando de la manga la situación real de este país. Damos estadísticas muy fiables, porque somos los más próximos a la realidad. A mí cuando me preguntan muchas veces como está la cosa digo: Mira a tu alrededor. El otro día leí una columna de Ignacio Camacho, de ABC, que me gustó mucho y que decía algo así como: "señor ministro, sáqueme el dinero, pero a Cáritas ni me la toque".

Con la presentación de este informe también se dio un dato esclarecedor: Con la mitad de lo que costará salvar las autopistas, se rescataría a los 700.000 hogares sin ingresos del país

Eso está muy bien estudiado. Poner en marcha las medidas que se han quitado en Sanidad y poner la renta mínima de inserción está calculado que costaría unos 5.000 millones. Se te llena la boca al decir estas cifras, pero el rescate de CatalunyaCaixa ha costado 12.000 millones. Esta medida originaría riqueza, porque si a ti te dan 700 euros tú los gastas, en el comercio de tu barrio por ejemplo, ya el comercio va mejorando… va generando riqueza. Es ideológico todo. Es lo que nos manda el FMI (Fondo Monetario Internacional). Hace unos años el FMI y la pobreza de África y Latinoamérica iban siempre de la mano. Ahora el FMI nos está manejando a nosotros. El FMI, con Obama, le dio un toquecito a Zapatero y cambiamos hasta la Constitución, en un día, y cambió totalmente la política.

¿Cree usted que los políticos, a tenor de algunas de sus declaraciones, están alejados de la situación real de la calle?

Los políticos están en su política. Esa es la pena. Cada vez se está imponiendo más esa manera de pensar. Esto no es una democracia, es una partitocracia, porque la democracia, que es el poder del pueblo, al final es el poder de los partidos. Es muy duro decirlo así, pero es la impresión que se está trasladando y desgraciadamente, la impresión que está tomando la sociedad. Nosotros pensamos que los políticos están preocupados, pero tienen que cambiar esa visión que están dando, de pelearse entre ellos, de que lo importante es el partido. Nosotros sabemos que los políticos no están alejados del pueblo, pero sí dan esa ilusión. Se centran sobre todo en el y tú más, que es lo más triste. Los datos macroeconómicos están saliendo mucho más favorables. ¿Pero como vamos a salir nosotras las personas? El problema es que no estamos aprendiendo de los errores. ¿Vamos a salir de la crisis habiendo aprendido por qué entramos en crisis? Ese es el problema.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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