Este dato de partida es significativo: una garrafa de 25 litros de aceite de girasol cuesta hoy 80 euros, 32 euros más que en 2019. Con el aumento que registra el aceite, elemento fundamental para los fritos y la restauración en general de la caseta, la progresión en la subida de la carta es proporcional, alcanzando una media de un 25 por ciento más que lo que pagamos en aquellas ferias ya tan lejanas de antes de que irrumpiera la pandemia. Algunos caseteros consultados por lavozdelsur.es coinciden en que es inevitable la subida, de tal forma que los platos más tradicionales sufrirán una gran variación. Se avecina gran clavazo y muchos ya se temen lo peor en las grandes celebraciones andaluzas de la primavera.
También la bebida subirá: una media botella rondará una horquilla que va de los 8 a los 10 euros, la cerveza 1,50 o 2 euros y una jarra de rebujito llegará a los 11 o 15 euros. La tanqueta de refresco cuesta 38 euros, unos 9 euros más. Un barril de cerveza se sitúa en los 126 euros cuando estaba antes a 90. Los combinados oscilarán entre los 7 y los 9 euros. Hagámonos el cuerpo y las carteras a que comer en la Feria saldrá mucho más caro que en 2019. Aquellos precios son historia. Hoy pedir un plato de pimientos fritos puede rondar los 8, pero también superar los 10 euro, un precio este ultimo que se ha cobrado en la primera feria andaluza de cierto nivel, la celebrada hace una semana en Mainera (Sevilla).
"Es imposible bajar los precios y eso que la Feria la trabajamos nosotros"
Como señala un casetero, en el pescado y las verduras el aumento “es un disparate”. Extrañamente, la carne, por ahora, experimenta una leve subida. Ante esta coyuntura del mercado, “es imposible mantener precios más bajos; nos vemos obligados a subir los precios en un 20 a un 25 por ciento y eso que tiramos a la baja por no tener costes de personal”, si son los propios caseteros los que la trabajan, como es el caso de las casetas hermandades y ONG. En caso contrario, las cifras pueden ir al alza por los sueldos de los empleados más el margen de beneficio del catering o negocio hostelero que explota la instalación.
Una orientación en cuanto a lo que nos pueden cobrar por comer y beber en la Feria, sin entrar en grandes alardes culinarios o exquisiteces diversas, una carta puede ser la siguiente: fritos de pescado entre 8 y 11 euros, una tortilla casera (no congelada) entre 7 y 9 euros, cifra en la que se repercute el aumento del precio del huevo a causa del coste del pienso de las gallinas. Tortillas de camarones, 6 unidades, 8 o 9 euros; un montadito de filete de 3 a 4 euros, unos 3,50 euros los socorridos serranitos y si optamos por un plato algo ‘especial’ como unos huevos estrellados con patatas, jamón ibérico y pimientos, entre 11 y 15 euros.
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