En Jerez, la Navidad no se entiende sin Zambombas. Y en medio de esta tradición, el grupo Esenzia se ha convertido en un referente para quienes buscan preservar la esencia de los villancicos y la participación comunitaria. Formado por siete integrantes, cuatro mujeres y tres hombres, su misión es clara: que los villancicos no se queden en el recuerdo, sino que se vivan en cada patio, plaza o hermandad.
El grupo nació hace casi nueve años, cuando los primeros tres miembros decidieron que era necesario recoger y conservar la tradición oral de la Zambomba. "Nace de una necesidad o de entender que tenemos que arrimar el hombro en esto de mantener vivos los villancicos", explica uno de los fundadores, Antonio Jesús a lavozdelsur.es. Con el tiempo, Esenzia incorporó a otras voces femeninas de su círculo cercano, consolidando un grupo equilibrado y con un repertorio cada vez más amplio.
La Zambomba tradicional, según Esenzia
Para Antonio Jesús, la Zambomba no es solo música: es convivencia y participación activa. "La Zambomba tradicional básicamente para mí es la reunión donde se comparte no solamente viandas, sino también toda esa tradición oral", afirma. Y subraya lo que para ellos es esencial: que todos los presentes formen parte de la fiesta, cantando, bailando y tocando palmas.
"No me gusta decir actuación, porque una actuación es que te pagan y te subes a un escenario. Nosotros participamos, y nuestro objetivo es que los demás también lo hagan", añade. Esta visión conecta directamente con el espíritu de la Zambomba jerezana, que históricamente surgía como un encuentro de vecinos y familiares, y que ahora Esenzia busca mantener viva en espacios modernos y colectivos culturales.
Historia y consolidación del grupo
Esenzia ahora suma siete miembros, combinando voces masculinas y femeninas para enriquecer el repertorio. La entrada de las mujeres surgió de la amistad y la experiencia previa en otras agrupaciones: “Entraron porque son de nuestro círculo de amistades, con independencia de que puntualmente estuvieran en la comparsa”, explica Antonio Jesús.
A lo largo de los años, el grupo ha acompañado en pregones navideños y conferencias sobre villancicos, siempre con la idea de que la música sea un espacio de convivencia y de transmisión de la tradición oral. "Fui pregonero de la Navidad en 2022 y Esenzia me acompañó. Siempre entendemos que nuestro papel es recoger toda esa tradición y que no se pierda", recuerda.
Villancicos y repertorio
Este año, Esenzia trabaja con 85 villancicos, entre los que destacan piezas propias como El corazón distinto, homenaje a Manuel Parrilla, y otros romances tradicionales como Los peregrinos o los villancicos más famosos como el de Calle de San Francisco y Los caminos se hicieron.
Uno de los villancicos más participativos que interpretan, como explican desde el grupo, es El Jardín de Venus, en el que se divide al público entre hombres y mujeres para cantar de manera interactiva. "Que la gente participe bien, que participe buscando esa esencia, porque si no nos estamos cargando las Zambombas", explica Antonio Jesús.
La clave para el grupo es que todos los asistentes se involucren, respetando la tradición sin convertir la Zambomba en un espectáculo pasivo o en un botellón. Además, el grupo valora la renovación sin perder la esencia. "Si vienen villancicos nuevos, bienvenidos son, porque la zambomba tiene que nutrirse de lo nuevo, pero sin olvidar la esencia", añade, mencionando la influencia de compositores contemporáneos como Antonio Gallardo, que aportan frescura sin perder la conexión con lo tradicional.
Normativa municipal y tradición
La filosofía de Esenzia encuentra eco en el Bando municipal de Zambombas publicado recientemente, que establece normas para la celebración de estas fiestas entre el 21 de noviembre y el 24 de diciembre. Entre las medidas, se destaca que las celebraciones en bares, peñas o terrazas deben ser participativas, sin escenario ni amplificación, reforzando la idea de que la Zambomba es un encuentro comunitario más que un espectáculo.
El Bando también introduce un Concurso de Zambombas, que premia el respeto a las formas tradicionales y la ambientación navideña. "Coincide con nuestra visión: la Zambomba no es solo cantar bien, es que todos vivan la fiesta y se mantenga la tradición", comenta Antonio Jesús.
Un llamamiento a la participación
El mensaje de Esenzia es claro: la Zambomba es de todos. La tradición solo sobrevivirá si hay participación activa, con villancicos cantados, palmas y bailes compartidos. "La Zambomba no es un botellón ni un espectáculo pagado. Es tradición, memoria y alegría compartida que se remonta a los patios de vecinos", concluye Antonio Jesús.
Con su trabajo, Esenzia recuerda que la esencia de la Zambomba jerezana está en la convivencia, la transmisión de conocimiento y la alegría colectiva, asegurando que cada villancico siga siendo un momento participativo y memorable para la ciudad, pero sin caer en ser una feria alejada de la celebración de la Navidad.
