Habitualmente, cuando acaba la Feria del Caballo se hace una valoración –la frase ‘cada uno cuenta la feria como le ha ido’ no es una casualidad–… y ya. Y ya hasta marzo o abril del año siguiente en que la Feria vuelve a la actualidad con la publicación del plano y sus novedades.
Este año no ha sido exactamente así. Estamos en pleno verano y aún quedan rescoldos de la polémica vivida antes y durante la Feria del Caballo, una edición, la de 2025, marcada por la entrada en vigor de la nueva ordenanza reguladora de la gran fiesta de Jerez y por el cambio de ubicación en el Real de un significativo número de casetas, a su entender, de manera arbitraria por parte del Ayuntamiento. Fruto de todos estos vaivenes ha nacido una nueva asociación de caseteros (y no lo ha hecho, al menos no exactamente, tal y como esperaban algunos interesados… hablaremos más adelante del caso) que representa del orden de unas 70 casetas, una cifra importante que supone más de un tercio de las que por mayo confluyen en el Hontoria.
La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, se aprestó a recibirlos y escucharlos hace escasamente unos días, consciente de que todo el ruido que ha acompañado esta edición –la de la entrada en vigor de la nueva normativa, hay que insistir– no es exactamente lo soñado cuando se acomete una reforma de esta envergadura tras años de inmovilismo. Las dos partes van a mantener una línea de comunicación abierta y la asociación tiene intención de hacer llegar a la alcaldesa y al concejal del gremio, Francisco Zurita, una serie de conclusiones sobre la entrada en vigor de la nueva normativa, funcionando con plazos, digamos, normales, no estacionales, no dejando todo para marzo. En una entrevista reciente a lavozdelsur.es, el presidente de la nueva asociación, el empresario Jesús Viloita, se mostraba dispuesto a que “se trabaje en tiempo” y “no se dejen las cosas para última hora”. Por eso, estos caseteros están realizando ya una evaluación real de lo que ha supuesto la nueva normativa de cara a hacer una serie de propuestas que entienden pueden ser perfectamente atendidas por el Ayuntamiento de cara a próximas ediciones de la Feria, en temas de todo tipo, que van desde cuestiones de fondo, como las adjudicaciones de los espacios, a otras de simple funcionamiento como puede ser el trabajo en ‘la parte de atrás’ de las casetas, o de concepto, como la trampa de los ‘falsos’ día de los socios.
Unos inicios difíciles
Pero convendría detenerse un momento en la génesis y desarrollo de esta nueva asociación. Se puede decir que su momento fundacional fue la plataforma que crearon los afectados por los cambios de ubicación que se anunciaron ya en marzo con el borrador del plano de la Feria. Aquella iniciativa de algo más de veinte casetas no cuajó y, de hecho, fue imposible la unidad: mientras algunas casetas como IU y CCOO decidieron ir a los tribunales, otras buscaron –y, en algunos casos, consiguieron– lo mejor para sus intereses buscando puntos de encuentro con el Ayuntamiento.
Al final, varias de ellas se acercaron a Hostelería Jerez, la asociación que preside Alfredo Carrasco, que alcanzó una serie de compromisos con el Ayuntamiento en cuanto a cierta laxitud de la aplicación de la nueva ordenanza en su año de entrada en vigor. De alguna manera, se daba por hecho que estos caseteros terminarían por confluir bajo el paraguas de Hostelería Jerez, aunque fuera con alguna fórmula tipo asociación autónoma… pero no fue así. En un giro inesperado –visto desde fuera– estos caseteros decidieron tirar adelante en solitario al entender que, debido a su composición heterogénea (casetas de hosteleros… pero también de peñas e incluso de hermandades), la asociación de Carrasco no representaba todos sus perfiles. Y así ocurrió en su reunión fundacional, hasta el punto de que el propio Carrasco se ha desvinculado de esta asociación, algo muy relevante si se tiene en cuenta el papel que ha jugado en toda esta cuestión con un espíritu mediador.
En otoño habrá novedades sobre la Feria del Caballo 2026, seguro…