bonsais
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Jerónimo Campoy, jerezano amante de estos árboles en miniatura, lleva más de 20 años dedicándoles tiempo y entrega: "Para mí es una puerta de salida del ajetreo diario".

Bonsái significa "árbol que crece en bandeja". De origen chino, muchos creen que es japonés, ya que Japón le saca grandes beneficios económicos debido a la akadama, un sustrato vital para que estos árboles en miniatura perduren años. China y La India son los dos países creadores de estas maravillosa, así que todo se queda en el continente asiático. Pero la tradición de cuidar de estas plantas leñosas se va expandiendo poco a poco alrededor del mundo desde hace ya mucho tiempo. El jerezano Jerónimo Campoy Muñoz, gerente de Piscinas Jerez desde 2013, es uno de los mayores aficionados a esta artesanía. Nace en agosto del 53 y dice que el interés por las plantas le viene desde pequeño, ya que en la Barriada España, donde se cría, su madre cultiva un jardín que él trata con especial mimo. Este amante de los bonsáis conoce desde hace 20 años todo lo que debe saber sobre esta especie a través de internet y revistas especializadas. Pero no llega a dedicarse a ello hasta que en 1999 compra una casa con una terraza de 140 metros: “La he destinado prácticamente al bonsái”, indica.

A día de hoy en su tan ansiada terraza poda y cuida con sumo cuidado más de 100 ejemplares de bonsáis, con cerca de 40 tipos diferentes de especies. Para él es una "puerta de salida de la realidad, del ajetreo diario", donde se olvida de todo. Es como si un pintor coge su paleta y empieza a trazar pinceladas de colores en el lienzo. De igual modo, Jerónimo Campoy es un artesano que utiliza unas tijeras especiales para esculpir las copas de sus árboles. "Es una artesanía que nunca se acaba", ya que nunca llegas a ver un producto final. Este arte necesita tiempo, constancia y paciencia. En verano le suele dedicar una media hora a regar todos los bonsáis, indica que en esta época deja que los árboles crezcan con fuerza para luego más adelante empezar la poda. Los bonsáis guardan singularidades. Por ejemplo, un árbol tiene normalmente 2 metros de copa y 6 de raíz, es decir, tiene tres veces más raíces que copa. Pero en un bonsái es al revés, la maceta es un tercio del volumen de la copa. Es la pura condensación en una maceta con los nutrientes necesarios. ¿Cuál es su esperanza de vida entonces? "Puede tener la misma esperanza de vida que un árbol normal, o quizás más", contesta. 

"El bonsái puede tener la misma esperanza de vida que un árbol normal, o quizás más"

De su colección privada destaca una morera con más de 100 años de edad a la que le tiene bastante aprecio. "Hay gente que dice que el fruto jamás se empequeñece, pero es mentira. Al quitar tantas veces tanto la hoja como el fruto, se va reduciendo su tamaño. Todo árbol que sea capaz de empequeñecer la hoja puede convertirse en bonsái", explica, y es que ha conseguido que su morera genere una hoja de 3 centímetros, mientras que el tamaño normal de la hoja de este árbol frutal es de 30. No obstante, cuenta que hay árboles que jamás podrán trasladarse a la bandeja, "como por ejemplo el níspero". Recomienda a los que quieran iniciarse en la tradición del bonsái empezar con árboles autóctonos como la higuera, el acebuche, el olivo, el olmo o todas las especies de ficus. "Todo ese tipo de árboles son muy comunes aquí y son unos bonsáis excelentes que rara vez se mueren", apunta.
Este jerezano comparte todo los conocimientos que adquiere sobre el bonsái en su página de Facebook. Lugar en el que narra la historia completa de estos árboles en miniatura: "Se ha descubierto una piedra de loza en la que se ve la reproducción perfecta de un bonsái con las medidas proporcionales de un árbol, en una maceta específica de cuatro patas —necesita que sea así para que el agua no se estanque—. A esa cerámica se le hizo la prueba del carbono y data que esta tradición tiene más de 6.000 años". Campoy Muñoz continúa con el relato, y señala que estas plantas nacen por las necesidades de la guerra: "Los chinos siempre han sido muy aplicados en el tema de la medicina, y la aplican a base de hierbas y árboles. Cuando emprendían una guerra, esta podía durar tres años, tiempo que se llevaban fuera de su lugar de residencia. Ellos conocían las plantas del sitio donde vivían, pero desconocían lo que había más allá. Necesitaban las plantas para curar a los soldados, tanto en la alimentación como en los remedios médicos. Por lo que optan por llevarse árboles. A estos los alimentaban y los cuidaban para que siguieran echando hojas. Esas las cortaban y al quitarlas, las nuevas iban saliendo más pequeñas. Y así es como surgen estos pequeños árboles".

"Hay gente que dice que el fruto jamás se empequeñece, pero es mentira"

Luego, al finalizar la guerra, cuenta que los generales del ejército deciden regalarle a sus esposas esos bellos ejemplares que utilizaron en la batalla: "Es entonces cuando empieza a ponerse de moda", concluye con un entusiasmo palpable. Los bonsáis comienzan a desarrollarse como una artesanía exclusiva, "de ricos", pero a medida que se populariza a nivel internacional, las herramientas y productos necesarios de esta afición se abaratan rápidamente. Jerónimo Campoy imparte cursos gratuitos en Viveros Rivera de Chipiona, todos los domingos desde las 10:00 hasta las 14:00 horas, todos los primeros domingos de cada mes, a partir del mes de octubre.

Es una de las personas más comprometidas con este arte en la ciudad, y le agradece encarecidamente a José Manuel Salmerón que le introdujera en esta tradición. Ambos se conocen a través de la Asociación Cultural El Pinsapo, entidad que acoge eventos relacionados con estos árboles, pero en su mesa guarda un reconocimiento por parte del conjunto Amigos del Bonsái de Bornos. "Yo soy el que marca la ruta y el que inicia la asociación de Bornos dedicada al bonsái", expone el jardinero paciente. Y confiesa que en Andalucía las comunidades acerca de bonsáis se han relacionado muy mal: "No han sabido comunicarse, se han aislado y cada una hace su exposición sin abrir sus puertas a los demás".  

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Claudia González Romero

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