Seis horas y media de sesión, en la que se abordan asuntos cercanos y hasta alguno a nivel europeo, en una cita en la que tienen cabida reproches, debates eternos y cuestiones de dudosa importancia.
Asistir a cubrir un pleno del Ayuntamiento de Jerez se está convirtiendo de un tiempo a esta parte en poco menos que en un ejercicio de masoquismo periodístico. Debates eternos –y estériles–, que no llevan a ninguna parte, protagonizan la mayor parte de las sesiones plenarias que mes tras mes se celebran en el salón noble del Consistorio. La vuelta de los cronómetros –ya se usaron en la época de Pilar Sánchez– para controlar los tiempos de intervención de los concejales de poco valen si hay algunas durante las que se ‘olvida’ activarlo o las réplicas son infinitas.
No tiene el récord, pero casi. El de marzo ha durado seis horas y media –los hay que se han aproximado a las ocho horas–. Por poner algunos ejemplos, es una hora menos de lo que se tardaría en ver dos veces Ben-Hur o apenas 60 minutos menos de lo que tardó Malpassi en batir el récord en un Ironman –una disciplina que combina 3,86 kilómetros nadando, 180 en bicicleta y más de 42 corriendo–.
El de marzo no pasará a la historia por ser un pleno especialmente relevante. Destaca el apoyo a colectivos de trabajadores en lucha, como los de Correos, que llevan toda la semana manifestándose por los recortes que vienen sufriendo desde hace unos años. También entró de urgencia el asunto de los de Cemusa, la empresa encargada de la publicidad exterior, que pretende despedir a cuatro de sus siete trabajadores en la ciudad.
Vale, la propuesta conjunta de PSOE y Ganemos para agilizar la concesión de licencias de apertura –hasta un año llegan a tardar en hacerse efectivas en algunos casos– también es una buena noticia que, eso sí, debe materializarse y no quedarse en un brindis al sol. Que se pida que el yacimiento de Mesas de Asta –a petición del PP y secundado por el resto de grupos– se incluya entre los proyectos financiados por la Iniciativa Territorial Integrada (ITI), que según la Junta dejará en Jerez 20 millones de euros en los próximos dos años, también es positivo.
Otros temas locales, como el arreglo del acerado de la calle Guarnidos, que se mejore el mantenimiento de fuentes, que se cuide la imagen de una de las entradas de la ciudad –donde hay un concesionario abandonado desde hace meses–, la colocación de vallas en las vías del tren a su paso por la ciudad o la recurrente pregunta del PP sobre las necesarias obras en la barriada Las Flores –lleva varios plenos haciéndola–, también se abordan en el pleno.
Gestos feos del pleno: Saldaña le "recuerda" a Galván su afición al póker y éste le recomienda que "se interese por las aficiones de la señora que tiene a la derecha (Pelayo)"
Luego llega la política internacional. Los concejales de Ganemos compartieron 'uniforme'. Todos con una camiseta azul con el lema vergUEnza en el pecho y Refugees welcome en la espalda. La idea es que el pleno rechace el acuerdo entre la UE y Turquía para devolver al país otomano a los refugiados que lleguen a Europa. Y sale adelante el punto, con el apoyo de todos los grupos excepto del PP, que se abstiene. De hecho, la intención de este tipo de propuestas no es otra que esa: que se retraten los partidos. Como cuando los populares abanderan una para que la Semana Santa sea considerada como “manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial” –como si no lo fuera ya–. Ahí nadie se queda atrás. E incluso el PSOE añade que se retome el expediente para declararla de Interés Turístico Internacional.
Después hay otros puntos más singulares, como el que pide apoyo para los celíacos o el que pretende exigir a otras administraciones que se prevengan casos de tuberculosis bovina. En seis horas y media da tiempo para muchos reproches. El concejal popular Antonio Saldaña le “recuerda” al teniente de alcaldesa Santiago Galván su afición al póker. “¿Es malo eso? A mí me podría decir que soy ingeniero… Le estoy calificando con la actividad que ha desarrollado”, se justifica, no con poca guasa. Galván se “alegra” de que “lo único que tenga que reprocharme sea eso”, y define a Saldaña como un concejal que “representa al PP, el partido de la corrupción en España”. También lanza dardo envenenado a María José García-Pelayo: “Interésese más por las aficiones de la señora que tiene a la derecha”, le espeta, a lo que Saldaña no tarda en contestar: “Cuando hable de Pelayo beba agua y lávese la boca antes”. Hasta que media Raúl Ruiz-Berdejo (IU) y pide “respeto”.
Pasando los puntos ordinarios del orden del día, en los turnos de interpelaciones y ruegos, el ambiente es más distendido. Normalmente suelen pasar de las dos de la tarde y aquí es común que se le suelte la lengua al teniente de alcaldesa Paco Camas. En esta ocasión le recomienda a Antonio Saldaña (PP) que se dé "un paseo por la estratosfera, por donde se mueve normalmente" y después de que el también popular Javier Durá le diga que es un "terremoto" le responde: "¿Y usted qué es? ¿Agujetas? Con la gracia que tiene..." Unos reproches, de uno y otro bando, que no aportan nada y que alargan las sesiones innecesariamente.
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