De la fábrica de botellas a salir adelante como empresarios del vidrio

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Jose Ángel Carazo y su hermana Inma dirigen desde hace un año Vidripack que, desde Jerez, comercializa todo tipo de envases de cristal y plástico para más de 140 productores de la provincia de Cádiz.

Entró en el año 1992 como auxiliar polivalente, algo así como chico de los recados, y acabó pasando por hasta 15 departamentos para terminar como jefe de fabricación y de talleres de la centenaria fábrica de botellas de Jerez, cerrada definitivamente en 2016. José Ángel Carazo, 45 años, tuvo que reinventarse, pasar de un empleo estable y un buen sueldo a una aventura empresarial de futuro incierto —como prácticamente todas, por otra parte— pero en el que la ilusión prima sobre todas las cosas.

La historia de Vidripack empieza a gestarse en 2014. Con la fábrica jerezana convertida desde 2009 en un mero almacén y en un taller de moldes, los escasos trabajadores que todavía trabajan en sus instalaciones se acogen a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante cuatro meses, tiempo que aprovecha José Ángel, junto a otro compañero, para formarse. Ambos se apuntan a un plan de formación de autoempleo de la Escuela de Negocios de Jerez, y en un principio piensan como posible vía de negocio algo relacionado con la reparación de moldes, a la postre, el sector en el que tenían más experiencia. Pronto vieron que sería inviable por los altos costes.

Fue entonces cuando, casi por casualidad, de fin de semana en la Sierra, José Ángel conoce que los artesanos dedicados al queso, al aceite, al vino o a la miel tenían que echar mano de suministradores de envases de Córdoba y Sevilla para sus productos. Se le ilumina la bombilla y su plan de negocio cambia por completo. “Curiosamente, yo que los fabricaba, nunca había pensado cómo se vendían y distribuían los envases. Me di cuenta que si bien los grandes productores no tenían problemas, otra cosa diferente eran los pequeños productores”.El 1 de julio de 2016 cesa finalmente la actividad en la fábrica de botellas. Veralia ofrece a sus empleados el traslado a otras de sus plantas en España, pero para José Ángel, que ya le había estado dando vueltas a la cabeza a su proyecto, su decisión fue firme, aunque difícil de tomar en un principio. “O me iba de mi tierra, teniendo mi mujer que dejar además su empleo, aunque fuera a tener un salario asegurado, o me quedaba en Jerez emprendiendo. Haciendo números te das cuenta que fuera podía ganar más o menos, pero lo que no puedes medir es tu tierra, tu familia, tus amigos… Y aunque la situación económica en Cádiz es complicada, y más en una empresa dedicada a la alimentación, apostamos por esto”.

Tras buscar una nave en el verano de 2016, decantándose por una del polígono empresarial Las Bodegas, en enero de 2017 empiezan a sondear proveedores, productos y clientes. José Ángel se da cuenta pronto de lo diferente que es trabajar en una planta industrial a estar en la calle trabajando de comercial, pero a día de hoy, no la echa de menos, a pesar de los 24 años que pasó en la de la avenida de Los alunizados. “He pasado de trabajar en un ambiente de fábrica, con calor, peligros, a trabajar de cara al público, con productores que tienen pasión por su producto y por lo que hacen. Es un trato más humano y simpatizas pronto con ellos, porque al fin y al cabo son también unos luchadores. En ese sentido, visitar clientes me resulta gratificante”.Actualmente, Vidripack cuenta con más de 140 clientes, mayoritariamente de la provincia de Cádiz, aunque también han trabajado con otros de provincias tan lejanas como Huesca o Toledo, así como también han tanteado el mercado portugués. La empresa ofrece todo tipo de envases, tanto en vidrio como en plástico, desde botellas para vinos, cervezas y aceites, hasta tarros para sectores como el de la miel, el queso o el de las conservas, entre otros. Vidripack trabaja con varios proveedores y directamente con los fabricantes, dado que los márgenes de beneficios, a estos niveles, son muy pequeños.

Ahora, a punto de cumplir un año desde que se embarcó en la aventura de ser emprendedor y de abandonar las listas del paro, tal y como en este pasado mes de julio lo han hecho 57 personas en Jerez para dejar la cifra total en 27.690, afirma estar “contento” con la decisión que tomó. “En la fábrica me sentía realizado, pero cuando trabajas para ti, el sufrimiento es tan grande, que la satisfacción, a efecto moral, es mucho mayor. Aquí no me pesa echar diez horas de trabajo”.

Junto a su hermana Inma, que también proviene de la empresa privada y que aporta sus conocimientos empresariales, espera cerrar el año cubriendo gastos, para afrontar 2018 con renovadas expectativas. 

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Jorge Miró

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