Unas cuantas búsquedas en portales inmobiliarios muy conocidos o por páginas con anuncios de compraventa de segunda mano revelan una parte de la magnitud del problema: hay mucha oferta. Muchísima. Y a precios muy atractivos si se comparan con los del núcleo urbano de Jerez.
Una parcela de 1.000 metros por 200.000 euros en Los Garciagos, con piscina y "completamente cercada con valla de dos metros de altura". Parcelas no hipotecables por 50.000 euros en la Colonia de Caulina, "con luz, agua y fibra de Movistar". 5.000 metros en Las Pachecas a cambio de 99.000 euros, "ideal para disfrutar del campo y la vida al aire libre". Son solo algunos ejemplos, pero el fenómeno de las construcciones residenciales irregulares no deja de crecer en el sexto municipio más grande de España.
Las estadísticas son muy preocupantes. En menos de una década el Jerez rural va camino de casi haber duplicado las llamadas edificaciones irregulares de uso residencial. Los folletos comerciales de reparcelaciones ilegales se reparten con total impunidad.
De 3.813 edificaciones de este tipo detectadas por el Ayuntamiento en 2016 se ha pasado a las 5.549 construcciones ilegales que se contabilizan en la actualidad. Un aumento de más de un 30% en menos de diez años. Y subiendo. De hecho, extraoficialmente se contabilizan ya alrededor de 8.000 de estas construcciones. Hace décadas eran campitos de recreo, ahora son también otro tipo de viviendas que forman parte, en ocasiones, de un entramado criminal. Casi el doble de viviendas y el doble o el triple de problemas para una situación extremadamente compleja ante la que la Delegación Municipal de Urbanismo no oculta su impotencia.
Hay casos muy llamativos, como Las Aguilillas nordeste, junto a la ELA de Estella. Un suelo rústico de regadío con parcelaciones ilegales, según los datos del Ayuntamiento. Allí se ha pasado de 0 edificaciones irregulares en 2016 a las 66 que se cuentan en la actualidad. En el aeropuerto sudeste, junto al aeródromo jerezano, también se ha pasado de 0 edificaciones ilegales a un centenar. Es muy raro el hábitat rural diseminado, la vía pecuaria o el terreno rústico que no haya aumentado en el número de construcciones irregulares de uso residencial, según los datos a los que ha tenido acceso lavozdelsur.es.
"El infractor está muy protegido"
Tanto la responsable municipal de Urbanismo, Belén de la Cuadra, como la delegada de Medio Rural, Susana Sánchez Toro, no ocultan la alarmante situación que se vive por todos los núcleos rurales y diseminados del municipio, y lo difícil que es combatir el empuje de las construcciones ilegales y las reparcelaciones. "Estamos actuando. De forma muy lenta. La Junta está llevando un papel muy importante y estamos en contacto directo. En todo caso, el infractor está muy protegido. Los procedimientos son muy lentos. Se tarda mucho. Es bueno, porque así no se puede hacer actuaciones unilaterales como si fuera una especie de dictadura, pero tiene sus desventajas. Y tenemos que jugar con las herramientas que tenemos", manifestaba a este periódico recientemente De la Cuadra.
Mientras trabaja en el Plan de Ordenación Urbana (POU) de Cuartillos, pedanía de Jerez, que será pionero en Andalucía, Sánchez Toro hablaba de un empeño del actual equipo de gobierno municipal por "regularizar lo histórico", pero también por "frenar también ese repunte que estamos teniendo de construcciones ilegales. Donde se permita el crecimiento la idea es fomentar las cooperativas, como se ha hecho toda la vida, y que el vecino nacido en La Guareña, en La Corta, o en Albarizones, pueda poder vivir, si quiere, donde se ha criado".
Especialistas consultados por lavozdelsur.es hablan de una dimensión del problema más honda y grave. No es ya solo el problema de casas sin papeles, sin seguridad jurídica, sin posibilidad de abastecimiento o de tener acceso a servicios públicos. El imparable auge de las edificaciones irregulares oculta otra realidad: "El narco está detrás de gran parte de este problema".
"No son Pablo Escobar, son simples petaqueros, o mandos del negocio que tienen que blanquear"
Vecinos y vecinas de asentamientos rurales históricos como La Guareña o Magallanes hablan de que es habitual ya ver todoterrenos de lujo, "de 90.000 euros", circulando a toda velocidad por sus carriles polvorientos. "Es una cosa que está pasando a nivel provincial, en muchos puntos de la provincia, pero en el Jerez rural es brutal", aseguran estas fuentes, que advierten de "lo complicado de controlar. Lo saben y por eso estos crecimientos; solo hace falta ver Google Earth".
"Aquí hay más dinero que en Sotogrande", expresaba un residente cuando lavozdelsur.es visitaba Puente de La Guareña en noviembre de 2020. Lejos de frenarse, la lacra de las viviendas ilegales y el temor asociado por las narcourbanizaciones tipo villa narco en La Línea ha ido a más en estos años. “Nadie dice nada, la gente está asustada, mientras el narco campa por sus respetos”, señalan fuentes conocedoras de la proliferación de viviendas en la zona, que se ha llenado de nuevas construcciones durante la última década.
Y aquí también hay que tener en cuenta, advierten estas mismas fuentes consultadas, "que no hay que pensar en el narco como grandes jefes de clanes o un Pablo Escobar. Hablamos de simples petaqueros y mandos intermedios del negocio que tienen que tener guarderías y, además, blanquear mucho dinero de la droga con construcciones, piscinas, cochazos y teles de 100 pulgadas...".
Todo lo anterior, añaden, junto a "la falta de concienciación social sobre lo perjudicial para todos que es hacerse una casa cómo y dónde a uno le da la gana, hacen un cóctel mortal. Hay zonas de Jerez estranguladas, sin posibilidad de crecimiento reglado, sin posibilidad de que vayan a llegar inversores a sitios donde hay parcelaciones y 160 casas ilegales. Es como querer vender o alquilar con okupas".
