Un caso más de un problema que no es la primera vez que ocurre ni, por desgracia, será la última. Pero esta vez ha tenido unas consecuencias que han causado más que molestias a niños de un colegio en Jerez.
Los alumnos del colegio de Lomopardo, en el Jerez rural, venían sufriendo una acumulación de aguas fecales a la entrada del centro. Charcos que generaban un muy desagradable olor.
Un agua sucia procedente de una arqueta frente al CEIP Lomopardo, con 18 niños de infantil, 52 de primaria y 20 del primer ciclo de la ESO. Pequeños cuyas familias al recogerles tenían que evitar pasar por este punto negro intransitable, foco además de posibles infecciones por razones evidentes.
Pero el Ayuntamiento de Jerez ha actuado y ha encontrado la solución al problema. El porqué de este caso es indignante: una falta de civismo y absoluta de algunos vecinos.
Y es que el subsuelo, la red de saneamiento, estaba atascada por las famosas toallitas del WC. Al hacer uso de ellas, hay quien las tira por el váter, a pesar de que salvo algunas marcas concretas, en el propio envoltorio del producto se explica que deben tirarse a una bolsa para llevarla al contenedor de basura.
Pero, por comodidad, mucha gente en lugar de tener papelera en el baño lanza todo al váter y al cabo del tiempo provocan unos monumentales atascos, porque no se disuelven y acaban encontrando un punto de acumulación que a media que se usa se hace más difícil de arreglar.
Con un camión, se ha hecho una limpieza importante de la acometida y se han retirado kilos y kilos de toallitas de WC. Por fin, los niños de Lomopardo podrán respirar tranquilos, y nunca mejor dicho, ya que se evitan así los olores y otros riesgos para la salud que puede llegar a suponer la exposición directa a aguas fecales.