La Alameda del Banco de Jerez se sitúa intramuros y junto a lo que fue la judería, siendo actualmente uno de los espacios con más encanto del centro histórico de la ciudad. Su nombre se debe a que en esta plaza tuvo sede el Banco de España y que posteriormente, cuando la institución cerró, se trasladó a ese magnífico edificio la biblioteca que se ubicaba en el cabildo antiguo.
Tuvo otros nombres como plaza de la Revolución, la del dramaturgo Luis Martínez Eguilaz, general Primo de Rivera hasta que en 1980 pasó a llamarse como se la conocía popularmente, la Alameda del Banco.
¿Qué importancia tiene ese edificio más allá de la construcción en sí misma? El historiador José Manuel Moreno Arana, que abre un ciclo de conferencias con motivo de cumplir 150 años la Biblioteca Municipal con una ponencia dedicada a esta construcción, comenta a lavozdelsur.es que “este edificio para mí es una de las construcciones más interesantes de la época contemporánea en Jerez y además representa una época también de bonanza económica para la ciudad, ya que cuando se hace a principios del siglo 20, la ciudad estaba entre las más poderosas económicamente dentro de lo que es la España de aquella época”.
Precisamente el hecho de que el Banco de España se decidiera abrir una delegación en la ciudad es un signo evidente de que la ciudad generaba un movimiento económico mas que interesante: “A principios del siglo 20 empieza a resurgir otra vez de nuevo económicamente la ciudad y es una muestra clara de que el Banco de España construye una sucursal de gran entidad arquitectónica”. De hecho, entre finales del siglo XIX y principios del XX, Jerez acumula el 20% aproximadamente de las exportaciones gracias al floreciente negocio del sherry, especialmente rumbo a las islas británicas.
La construcción del inmueble se inicia en 1904 y se inaugura en 1910. En el año 80, siete décadas más tarde, se convierte en biblioteca. Pero la materia en torno al edificio sobre la que ha investigado Moreno Arana es para despejar “la controversia que ha habido en torno a la autoría de su traza arquitectónica”. Según los resultados de sus indagaciones no fue Hernández Rubio, "fue el arquitecto oficial del Banco de España, el madrileño José de Astiz, que de hecho es el autor de diferentes sucursales a lo largo de todo el territorio español”.
El historiador achaca la confusión en la autoría de este edificio “porque justamente en la puerta principal está la firma del propio arquitecto Francisco Hernández Rubio que no fue el autor del diseño. De hecho, el propio proyecto está firmado por Astiz, sin embargo Hernández Rubio tuvo a cargo de la obra en Jerez y dejó su impronta en la puerta principal”.
Su diseño lo hace excepcional dentro de la arquitectura civil contemporánea de la ciudad: “Es un edificio que muestra una tipología de construcción que está muy ligada a las grandes ciudades. De hecho, es un edificio de un estilo un poco ecléctico, pero entre modernismo, racionalismo y está dentro de lo mejor de la arquitectura jerezana de ese momento”.
Yendo más atrás en el tiempo, el espacio que ahora ocupa el edificio y la propia alameda era un convento, el de las monjas del Santi Espíritu o más popularmente conocidas como las de la calle San Cristóbal, “una orden no muy conocida y que ocupaba todo lo que era la plaza del Banco”.
La alameda se crea en 1868, con la Revolución La Gloriosa, una sublevación militar que tuvo lugar en España en septiembre de ese año que supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático.
En ese contexto, comenta Moreno Arana, “también se decide derribar una serie de conventos, el de la Vera Cruz, por ejemplo, que es donde se encuentra actualmente el Villamarta, el de la Concepción, que es donde está actualmente la Plaza del Progreso; el Convento de la Victoria, que es donde está ahora la actual Plaza de Allende”. De forma paralela en la Alameda del Banco "no solo se derriba el cenobio sino que también se hace una apertura de la muralla para dar acceso a la calle Larga”.
En cuanto al contenido del edificio, la Biblioteca Municipal celebra 150 años de su creación en 1873. Es de las más antiguas de España y su importancia está mas que contrastada. A este respecto, el historiador explica que en su nacimiento confluyen dos historias "con motivo del sexenio liberal, la revolución la Gloriosa, la primera República y el reinado de Amadeo de Saboya se localizan iniciativas controvertidas como el derribo de los conventos, pero también otras muy positivas, como la fundación de una biblioteca pública municipal en 1873”.
“Es una efemérides digna de celebrarse porque estamos ante una iniciativa municipal, de las mejores llevadas a cabo en Jerez en el siglo 19, que nos habla de una ciudad que estaba a la vanguardia de la España del momento”, concluye José Manuel Moreno Arana.
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