Alejandra lleva unos días sin ir a su instituto, el IES Francisco Romero Vargas de Jerez, desde que se hizo público el acoso que sufría por parte de compañeros. Que la hostigaron, que la insultaron, que usaron el reciente caso de Sandra Peña, la joven de Sevilla que se quitó la vida, para hacerle daño.
Este martes se ha celebrado una concentración en la plaza del Arenal de Jerez, convocada por la Flampa (Federación local de asociaciones de madres y padres del alumnado), a la que ha acudido en persona. Para ponerse en primera fila. Para sostener una pancarta —"mis inseguridades no se han ido, mis acosadores tampoco"—, y para gritar bien alto que no acude por ella, "sino por aquellas personas que ya no están aquí y no pueden, por quienes no tuvieron la ocasión de haberlo dicho; y también por quien no se atreve a decirlo".
Acude con camisa clara, pantalón vaquero y un pañuelo en la cabeza. Recién operada. Con su pancarta en ristre. Y un rostro serio, compungida, por lo que ha sufrido y por lo que sigue sufriendo en su casa. Porque hace días que no acude al instituto. No lo hará hasta que sus acosadores no tengan el castigo que merecen.

En el instituto se activó el protocolo contra el acoso escolar el pasado 20 de octubre, cuando se detectaron una serie de comentarios ofensivos y amenazas hacia Alejandra. Ese día, aportó nuevas pruebas, entre ellas notas con mensajes crueles y humillantes.
En su caso, critica que se activó el protocolo antiacoso cuando su familia lo pidió, tras amenazar con denunciar el caso en comisaría. "Aun así, el protocolo no me está defendiendo de nada. Lo único que me han dicho es que me cambiara de instituto", agrega.
"No sé en qué consiste ese protocolo antibullying y en qué me van a defender, porque no estoy viendo ningún cambio", dice Alejandra, que no contempla cambiarse de centro educativo para que "se premie al acosador y la víctima tenga un castigo, y se vaya".
Además, cree que aunque ella se fuera, "mañana le va a tocar a otro, porque esa persona ya no tiene su juguete. Va a buscar un juguete nuevo. No van a estarse quietos".
La joven, aun convaleciente de una operación, estudia en casa. "Intento ser fuerte porque, obviamente, tengo apoyo de mucha gente, pero también hay gente con la que me es imposible contar con su apoyo", sostiene, en declaraciones a lavozdelsur.es. Y abunda: "Igual que me llegan comentarios preciosos, me llegan otros horribles".
De momento, se desconoce quién es el autor o los autores de las cartas con mensajes humillantes. De hecho, los presuntos acosadores han sido expulsados por unos audios, no por esta nota, de la que desconoce autoría. "Me parece que una educación muy buena no han recibido, porque reírte del fallecimiento de alguien y utilizarlo para que alguien sufra, me parece horrible", sostiene la adolescente al respecto.
Alejandra dice que intenta "ser fuerte por aquellos que no han podido serlo, y por los que lo están siendo ahora mismo", y alza la voz para que no vuelva a haber casos como el suyo, dice, con una madurez impropia de su edad. Acto seguido, se abraza a su madre, que la acompaña en la concentración.

Flampa: "No se puede permitir, hay que contarlo"
"No se puede permitir, hay que contarlo", sostiene Albert Bitoden, presidente de la Flampa, en conversación con este periódico. "Es un problema global, que ocurre también en nuestra ciudad, por supuesto", agrega. Para Bitoden, actos como el de este martes tienen valor porque "el bullying ya no se queda oculto, ahora se palpa".
El presidente de la Flampa agrega que es importante que "las familias se levanten, que el alumnado lo comente, que los ciudadanos tomen conciencia...", para combatir una lacra que no es "cosa de niños", sino un problema global que hay que atajar desde todos los frentes posibles.
En la protesta, celebrada en el Arenal, Alejandra ha estado arropada por compañeros y compañeras, por comunidades educativas de otros centros, por familias que censuran esta lacra, y por representantes políticos —de la alcaldesa María José García-Pelayo, a miembros del gobierno como Agustín Muñoz, Jaime Espinar, Nela García, ediles socialistas como Jesús Alba, de IU como Violeta Márquez o Ganemos, como Teresa Chamizo—.
Y presidentas de Ampas como Fátima Fernández, de la asociación del IES Asta Regia, vecino del IES Romero Vargas, sostiene que expulsar cinco días a los acosadores "no es una solución", y llama a reflexionar para hacer frente al bullying. "La educación tiene que venir desde casa, como padres debemos ser los primeros responsables de educar a nuestros hijos en empatía, en valentía, en valores, para que cuando seamos testigos no cerremos los ojos, ni miremos hacia otro lado".







