La tronchante anécdota de un gaditano sobre Robe Iniesta, con vasos 'voladores', una brecha y un final apoteósico en la Viña

Un comentario en redes sociales se viraliza por lo inverosímil de la escena descrita con quien fuera cantante de Extremoduro, recientemente fallecido

Robe Iniesta, en un concierto en el Bahía Sound de San Fernando.
Robe Iniesta, en un concierto en el Bahía Sound de San Fernando. JUAN CARLOS TORO
12 de diciembre de 2025 a las 18:58h

"La primera vez que vi Extremoduro en directo fue en Cádiz, en la sala Anfiteatro, hoy Momart, el 12 de febrero de 1994, sábado de carnaval. En lo musical, una estafa de concierto que medio salvaron Fito, Uoho y los Platero; aunque la verdad es que muchos fuimos esperando ver lo que vimos", empieza contando el usuario Javier BM en redes sociales.

La extensa publicación se ha viralizado en redes sociales por lo que cuenta sobre el mítico integrante de Extremoduro, y poeta y trovador contemporáneo Robe Iniesta, recientemente fallecido. 

"Ese año mis amigos y un servidor sacábamos una chirigota aún más lamentable que el des-concierto que acabábamos de presenciar: Humol amalillo se llamaba. De jugadores del Cádiz chinos que tlopesando y fallando goles a puelta vacía selvían de cachondeo. No había por donde cogerla", sigue contando.

El concierto, según su relato, avanzó entre cubatas voladores, temas sin terminar y un Robe que desaparecía del escenario “para meterse padentro”. Hasta que Iñaki ‘Uoho’ intentó desviar la atención del público lanzando una camiseta de Extremoduro.

"Conseguí atrapar la camiseta del Uoho justo antes de caer entre el tumulto alcanzado por un cubito certero que me hizo una brecha. En la caída me partí el labio contra la rodilla de uno que pretendía quitarme el trofeo. Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, un vaso de tubo a media carga le alcanzó en to la frente haciéndolo caer también", prosigue el relato.

Del concierto a la Viña

Ensangrentados pero enteros, se marcharon a La Viña, donde entonces —"Cádiz tenía 30.000 jóvenes más", dice— parecía concentrarse toda la ciudad. Allí, a las tres de la mañana, en la entrada de Trinidad, ocurrió lo inesperado: apareció Robe, "sostenido por dos pibones que parecían más altas solo porque él venía encorvado".

“Dale caña al bombo”, pidió una de las mujeres. "En Cádiz no tenéis ni puta idea de tocar", asegura que soltó Robe. "Pues anda que tú, con el concierto de mierda que has dado…", le respondieron. "Ese bombo lo toco yo con la polla", añadió supuestamente el entonces cantante de Extremoduro, que se bajó los pantalones y lo intentó. 

 

"Para mí el mito, lejos de caerse, se hizo más grande. Ese tío era así de verdad, no era pose. Lo que nadie que fuera a aquel concierto o presenciase aquella sórdida escena en Corralón con Trinidad podía imaginar es que aquel rockero transgresivo y autodestructivo, aquel bajundá, sobreviviría a sí mismo y acabaría haciendo bailar, pensar y disfrutar con sus canciones a varias generaciones", dice Javier BM para rematar su anécdota.

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J. A. Armario

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