El historiador gaditano Juan Antonio Fierro da con la pista de este lienzo del siglo XVII que presidía la Capilla del mismo nombre, ubicada en el conocido Arco de los Blanco.
Su pista se perdió a mediados del siglo XX y tras años de investigación, el histioriador gaditano Juan Antonio Fierro Cubiella ha dado con su paradero. Se trata de un magnífico lienzo del siglo XVII de la Virgen de los Remedios titular de la Capilla de Nuestra Señora de los Remedios que fue demolida en agosto de 1956. Tal como explica Fierro Cubiella, "la capilla estuvo emplazada sobre la única puerta que la muralla medieval de Cádiz tiene que mira a tierra: la puerta del arrabal de Santa María frente a la que está".
A todo este conjunto, puerta y capilla, se le conoció popularmente con el nombre de Arco de los Blanco, en referencia a la familia saboyana que lo patrocinó, construyó y tuvo su morada en él. El historiador gaditano, expertos en temas locales, recuerda que los orígenes de este espacio religioso se remontan al año 1621, cuando el saboyano, Felipe Blanco y su esposa Juana de Sicilia, habían solicitado al Cabildo de la ciudad, poder situar frente a su casa, en aquella puerta de la ciudad un altar público dedicado a Nuestra Señora de los Remedios de la que era devoto. Su propósito además permitía adecentar el lugar que "estaba lleno de basuras e inmundicias y era paso obligado para ir a la Catedral o la Convento de Santa María".
Con el tiempo consiguió, además, "licencia para que le concedieran la facultad de convertirlo en un pequeño oratorio, que debió levantarse entre los años 1645 y 1649". Culmina así "el objetivo de su padre Esteban Blanco de Sicilia, quien articula todo lo relativo al mismo en su testamento de 1688", de manera que en 1689 el oratorio quedó terminado y consagrado, según el anagrama de la Virgen que aún conserva la fachada por el interior de la muralla.
Los Blanco dotaron al santuario mariano "de todo un mecanismo de mayorazgo para asegurar su pervivencia y recursos para su mantenimiento", cuenta el experto. Así, por ejemplo, se sabe que adquirieron candelería, retablos y cuadros. Pero el desapego de la familia fue creciendo. "La propia evolución de su familia, a través de su hijo Esteban Blanco, y el paso de aquel vínculo a su sobrino Felipe Maçon Blanco, y finalmente a la rama americana, provocaron que todas aquellas obligaciones quedaran en el limbo del olvido, pasando a ser gestionado por el deán y cabildo Catedral, como estaba previsto en el mismo testamento".
Durante el siglo XVIII la zona gozó aún de mayor florecimiento."Este frente se configuró a lo largo del siglo XVIII, como de los más notables de Cádiz al establecerse en el castillo medieval con el que tenía muro medianero, la Real Academia de Guardiasmarinas, y posteriormente el primer Observatorio astronómico".
El traslado, sin embargo, de estas instituciones a San Fernando marcó el inicio de su decadencia. "Cuando en el transcurso del siglo XIX, aquellas instituciones abandonaron el lugar, la fortaleza fue demolida, y finalmente se establece en aquel solar el asilo de la infancia, que pervive como guardería municipal". "Por entonces la capilla gana terreno a la calle inmediata y levanta hacia 1855 un pórtico de arcos apuntados neo-ojivales recordando su pasado medieval". Fierro Cubiella estima que hacia 1893, pudo darse alguna obra de mantenimiento, cuando ya era responsable de ella el deán y cabildo Catedral, que era quien nombraba su capellán; "aquel año según la documentación consultada el presbítero era Antonio Silvera, quien mandó que se restaurara el cuadro de la Virgen, haciendo reproducciones del mismo, el fotógrafo Rocafull.
Señala 1936 al año en el que deja de nombrarse a un responsable, "posiblemente motivado por la Guerra Civil", lo que provocó que "la Capilla quedara abandonada, acentuado su deterioro". Sin embargo, "lo que finalmente le llevó a la ruina, tal como apunta Bartolomé Llompart, fueron los efectos de la explosión de Cádiz, aquella nocha del 18 de agosto de 1947. Fue en 1956, cuando ya su estado suponía un peligro para los transeúntes, el Ayuntamiento optó por su demolición dado de que era un paso muy concurrido.
Según los inventarios, tenía tres retablos, con lienzos del Nazareno, San Francisco de Paula y el principal, con la titular de la Capilla, la Virgen de los Remedios. "De ella dice Lampart -cuando se procede a la demolición- que supone se encuentre a buen recaudo y que sería de desear verla pronto en su lugar". Fierro Cubiella recuerda las declaraciones hechas a la prensa por Juan de Dios Molina en 1958 en las que decía que se había recogido y conservaba lo que por el derrumbe se había podido salvar.
A partir de entonces, comenzó el misterio. "Poco sabemos de este patrimonio: ni su lugar de depósito, los detalles o el inventario de aquellos restos salvados". Sin embargo, todo cambió cuando el investigador y amigo de Juan Antonio Fierro, Javier Barea, le alertó de que había visto el cuadro en redes sociales. "Pudimos confirmar que es el auténtico. No hay dudas por las notas que conserva el lienzo, sobre todo, la del presbítero responsable del oratorio, así como la del obispo que ocupaba la sede". Los avatares de la historia lo llevaron primero a Madrid y luego a anticuarios de Valencia hasta que fue adquirido por un coleccionista particular que hoy es su dueño.
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