La radio flamenca, memoria de un tiempo

Ildefonso Vergara Camacho publica 'Cien años de flamenco y radio' recorre la historia de la radiodifusión en España, pero también cómo el arte jondo se cuela en las ondas

Pepe Marín y Fosforito, en una imagen de archivo.
Pepe Marín y Fosforito, en una imagen de archivo.
06 de mayo de 2025 a las 17:20h

La radio, pese al empuje de la televisión y posteriormente internet sigue teniendo una fuerte presencia en nuestras vidas, ha sabido sobreponerse a esos dos grandes hitos de la comunicación sin convertir a sus usuarios en parte integral de sus mecanismos narrativos, originariamente desarrollada con fines militares pronto se convirtió en instrumento educativo y de entretenimiento en la que el público se veía obligado a hacer un ejercicio de abstracción continua, imaginando quien había detrás de aquellas sugestivas voces, que esporádicamente se suplía con la asistencia en directo a los auditorios que muchas estaciones de radio tenían, la presencia en este tipo de eventos en directo determinaba un complejo mundo de relación proxémica social  en el que jugaba un papel importante distintos procesos simbólicos: el público podía interactuar con sus ídolos  y vivía una nueva experiencia más allá de la construcción de su propio imaginario, sin embargo esto solo se daba en algunas emisoras.

Este libro que si bien tiene por nombre Cien años de flamenco y radio, editado por la Universidad de Sevilla con la colaboración de la Fundación Cajasol, es en parte una historia de la radio; que gravita en torno al flamenco, cuyo germen se halla en la tesis doctoral que su autor, Ildefonso Vergara Camacho, defendió en 2015. Por regla general los trabajos bibliográficos que proceden de este tipo de propuestas académicas suelen densos, con gran profusión de datos, con objetivos y metodología muy marcados, prueba de ello son las más de 1.000 páginas que este volumen tiene y unas muy relevantes conclusiones.

El texto recorre los primeros momentos en los que la radio se implanta en España y como ésta pronto se convierte en un instrumento codiciado por los interesespolíticos en varios momentos de la historia española, especialmente en la guerra civil, donde según el autor la radio desempeñó un papel fundamental en la construcción de imaginarios contrapuestos. Llegó a cambiar el paradigma de entretenimiento, en este caso produciendo una ruptura de la próxemica, es decir, para escuchar lo que se estaba haciendo en la radio no hacía falta estar presencialmente en la misma, pudiendo hacerse de manera colectiva. 

Pero la radio fue en principio un artefacto elitista, había que estar en posesión de un aparato que se hallaba regulado y por el que en principio había que pagar un canon, en su devenir las estaciones de radio buscaron distintas formulas de financiación, desde estrategias publicitarias  a suscripciones de diversa índole, con ella se democratiza la música gracias a la convergencia con el gramófono concediendo una nueva mirada a los artistas  quienes se debían esforzar en renovarse continuamente debido a la exigencias de los públicos en los teatros que exigían que no se cantaran las coplas de la radio.

Se puede decir que hay un antes y un después de la guerra civil en las maneras de hacer radio, si bien la profesionalización llegó antes del golpe de estado, no es hasta la llegada del estadounidense Robert Kieves en 1946 cuando la radio española sufre un importante proceso de transformación que influye en las grandes figuras del momento. En esa década aparece la grabación magnetofónica y se comienza a manipular los contenidos, la radio se convierte en  un medio de masas fuertemente controlado por la censura y el estado. No es hasta la década de los sesenta cuando se incorporan nuevas cadenas de emisoras al mismo tiempo que importante cambios se van percibiendo en la sociedad española. Con el advenimiento de la democracia surge otro modelo de radiodifusión que en estos cincuenta años ha pasado por diversas transformaciones en sus propuestas, consecuencia del cambio de gusto y hábitos  experimentado por los españoles.

El flamenco como género radiofónico 

Desde sus inicios el flamenco ha tenido una destacable presencia en las parrillas radiofónicas, especialmente en la España más meridional, aunque una atenta mirada a la documentación que se aporta en este volumen  se puede comprobar que incluso en otras áreas de la península también había algo de programación flamenca aunque fuera testimonial, ya que los discos de flamenco tanto en pizarra como en vinilo tenían un ingente catálogo que, además, se veía apoyado por la aparición  de los propios artistas en los estudios de la radio.

El momento que el flamenco prospera como género radiofónico coincide con el declive de la canción española al que fue cediendo terreno paulatino, es el momento de los monográficos de flamenco que van al rebufo de las nuevas corrientes en la producción, circulación y consumo, eclosionan nuevos modelos de concebir los estudios flamencos y con ellos nuevos actores que proyectan su magisterio a través de nuevos supuestos, elaborando un poderoso canon estético que aún hoy colea. 

La flamencología le debe una consideración a los personajes de la radio, señala el autor de este interesante  libro, y no le faltan razones, el edificio que ha albergado a la flamencología ha estado soportado por grandes profesionales de la radio, sin ellos el proceso de construcción del imaginario flamenco que dominó varias décadas no hubiese sido posible por su papel dinamizador, aunque sus propuestas académicas no eran precisamente epistemológicas contribuyeron en gran medida a hacer del flamenco un objeto de estudio. 

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Portada del libro.

Es, por tanto, un texto que propone una lectura atenta y sosegada, por cuanto lo bien documentado que se halla, ya que se ha hecho un profundo vaciado de hemerotecas, de consultas en programaciones de radio, de búsquedas de fotografías y testimonios insertos en entrevistas grabadas, así como una excelente labor de campo con algunos de los actores que vivieron en primera persona ese momento del mundo de la radio. Cabe señalar lo completo que resulta ya que hace un profuso y detallado catálogo de programas de flamenco y sus protagonistas, allá donde los hubiere, incluido los transnacionales, por otra parte merece especial atención el capítulo dedicado a la radio en Sevilla en el que se detiene  en la figura de Antonio Mairena, quien durante catorce años ejerció su magisterio desde una tribuna con la que llegó a influir en la manera de socializar el flamenco.

Por lo que toca a Jerez, están presentes  en esta memoria de la radio flamenca grandes voces que acompañaron a varias generaciones: Juan de la Plata, Manuel Fernández Peña, Antonio Núñez, Pepe Marín, Diego Alba y José María Castaño, entre otros, sin olvidar la excelente labor de la radio comunitaria Frontera Radio.

En suma, este libro tiene entre otras virtudes que revuelve la memoria del flamenco y la de sus aficionados, especialmente en aquellos que accedimos al flamenco por primera vez a través de un programa radiofónico, de una manera u otra cada lector que se asome al mismo tendrá una particular mirada, la de su propia experiencia, fruto de usos, practicas y costumbres.

Sobre el autor

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Manuel Naranjo Loreto

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