La primera saetera conocida nació en Cádiz. Su nombre, Carolina Camerino, quedó recogido en las páginas de Diario de Cádiz allá por el año 1896 cuando entonó sus letras frente al Nazareno. Este Jueves Santo una vecina recuerda a esta mujer que le dedicó su arte al Señor de Santamaría cuando procesionó por delante de su casa, el número 11 de la plaza de San Juan de Dios.
Ella, esposa de Antonio Ortega ‘El Marinero’, fue la primera. Abrió la veda a una género flamenco que se siente en cada hermandad. Aunque el origen de la saeta se ha fijado en Jerez o en Sevilla. En el siglo XX se fija en la Tacita de Plata.
"Posiblemente después de diversos intentos de cantarse en varios palos del flamenco, fueron los presos de la Cárcel Real los que las cantaron por martinetes (sin guitarra), llamándose carceleras, siendo exportadas muy pronto a otras ciudades andaluzas", explica la vecina.
Según recoge, hay datos de que en Sevilla no gustó entonces y no sería hasta la llegada de Manuel Torre y Manuel Centeno en el primer cuarto del siglo XX, cuando triunfó. Diversos artistas sevillanos y jerezanos como Centeno, Chacón o Niño Gloria la engrandecieron, con melismas y “ayyeos” prodigiosos.
En Jerez, la primera persona que cantó una saeta fue Antonio Chacón, en 1909, pero no fue en Semana Santa sino en una fiesta en la finca de un torero, tal y como explica el diario gaditano.
Comentarios