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Mientras Occidente corre en los albores de su propio desguace y las eminentes muestras de expresión cultural reafirman la condición de su volatizada identidad, los productos culturales comienzan a discernir la catástrofe en el génesis apocalíptico que nos ha tocado vivir. Imagínense una recopilación del mejor rock de un año cualquiera. Un derroche voluptuoso sin línea argumental que alcanzó su cénit en los años 90. Una colección de lo más sobresaliente de la élite cultural, conformada por los más afortunados y genuinos músicos que pueden vivir (y vaya que sí) de sus éxitos y tonadas. Una suerte de revolución cultural que enfatiza el logro, la venta y la fama sobre una sociedad dispuesta a consumir lo que subjetivamente y sin lugar a dudas, ha sido lo más destacable de la pasada temporada primavera-verano. Una moda pasajera que termina por venderse al peso en el mercadillo de cada sábado. Una expresión de la capitalización de la industria musical, que trata de influir en un mercado artificial, no sólo por la promoción de discos y artistas, sino también por un conjunto de acciones especulativas que interfieren sobre el valor "real" del producto. Sin embargo, y puesto que las casas productoras suelen poner cierto empeño en garantizar la promoción de su particular "gazpacho", a menudo, conforman la única ventana por la que mirar la cultura de países tan lejanos como China, Indonesia o la India. A este último país nos referimos este sábado. Ha llegado a nuestro conocimiento el Simla beat 70. Un pequeño fotograma de una joven India que comenzaba a aferrarse al tren de la modernidad. Aunque dada las monumentales dimensiones de ese país-continente, será más adecuado referir que la obra responde a una selecta minoría india que, con mayor o menor fortuna, llegó a tantear con la importación de música rock occidental. A pesar de no encontrar en la recopilación ni rastro de música autóctona, la lengua hindi, la indumentaria Dhoti o cualquier otro baluarte de una cultura única en el mundo, el producto termina siendo una interesante reflejo de la globalización de la música y la comunión de los géneros bajo el apetito occidental. Sin más presentamos Simla Beat 70.

Simla Beat 70 fue una recopilación de un conjunto de bandas del este de la India con un estilo que oscila entre el beat rock y el garage. Fue realizado a petición de una compañía de tabaco (Simla) que, en su intento de explorar el mercado juvenil, ya había patrocinado un sinfín de actuaciones a bandas noveles suplicantes de un espacio en la élite cultural del país. Viendo el éxito del rock en todos los países occidentales, la industria tabacalera india no debía perder ese tren que suponía la masificación de los contextos sociales dónde el ocio y el tabaco podrían ser tan buenos aliados. El formato de promoción resultó ser un concurso llamado All-India dónde un jurado selecto (del que a día de hoy no se tiene constancia) seleccionó a las mejores bandas de rock activas durante aquel 1970. Los criterios de selección parecen estar bastante claros, cuanto más sonase occidental mayores oportunidades tendría para formar parte de esa colección de hits que posteriormente se promocionaría a través de una tirada nacional. El álbum no fue grabado en directo sobre el escenario, sino en un estudio improvisado bastante primitivo usando muy poco overdubbing o refuerzo de sonido. Aunque se grabó a principios de los años setenta, la música tiene un extraño parecido al  garaje y sonidos psicodélicos más típicos de 1966 y 1967  de occidente, sin embargo, dada las exigencias y demandas del proyecto, el resultado no deja de ser una copia made-in-plastic y sin alma de la los sonidos machacados de una Europa que miraba a Asia en busca de su propia salvación intelectual.  El LP comienza con Voice From The Inner Soul de The Confusions de Madras. Seguidos por The Dinosaurs, de Bangalore, con una enérgica versión de The Troggs You Can't Beat It y de nuevo con Sinister Purpose. The Eruptions, desde Cuttack, versionan la canción You Can't Judge a Book by the Cover. The Fentones, de Shillong, fueron los ganadores del concurso y por lo tanto, premiados con la oportunidad de componer una canción que acunara por entero al particular movimento: Simala Beat Theme, además incluyen una balada Beatle, Until The Dawn. Otras bandas que se incluyen en la recopilación son: The Innerlight, Purple Flower, de Ahmedabad, y Hypnotic Eye. Un collage de chicos pijos que querían jugar a una distorsionada Europa.  Continente, que sin embargo, buscaba en unos minutos de Sitar mitigar la dolencia etnocentrista. Dos caras de una misma moneda.

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Carlos Domínguez Rico

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