Una mirada atrás para conocer los orígenes de esta plaza ahora que se ha proyectado su semipeatonalización.
Hace relativamente poco tiempo se ha hecho efectiva la noticia de la peatonalización parcial de la plaza de las Angustias. Esta bella plaza del centro histórico de Jerez no solo alberga unos edificios muy singulares con un valor arquitectónico e histórico-artístico importantes como sus casas palaciegas, la Iglesia de la Trinidad o la capilla neogótica de la residencia de las Siervas de María, sino que es (y sobre todo ha sido) uno de los puntos neurálgicos de la ciudad durante los dos últimos siglos. Pero, ¿de qué época data la plaza de las Angustias?
Situada en extramuros, sobre este emplazamiento había una antigua cruz de humilladero dedicada a la virgen de Nuestra Señora de las Angustias. Esa cruz evolucionó en ermita en el siglo XVI, siendo uno de los puntos desde los que se iba a la Puerta Real vía Corredera, una de las entradas a la ciudad amurallada. En aquellos momentos su nombre era el Llano de las Angustias. No fue sin embargo hasta principios del siglo XVIII cuando la plaza empezó a ser urbanizada dentro del proceso de expansión natural del arrabal de San Miguel. En esa época eventos populosos como las corridas de toros, que se solían hacer en la plaza del Arenal, empezaron también a realizarse en la plaza de las Angustias, que ya tomó ese nombre, siendo acomodada para este tipo de eventos.
Si finalmente la plaza es recuperada para los vecinos y viandantes, con ese proyecto para integrarla, el éxito de su peatonalización está garantizado. Sería un plus más (más allá del monumento a Durán González, del Plus Ultra, que preside esta histórica plaza), para un mayor disfrute de los jerezanos de una plaza denostada durante los últimos años. O dicho de otra forma, la recuperación de la... ¿Alameda de las Angustias?
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