María Blanchard (Santander 1881- París 1932) fue una de esas víctimas de un mundo dominado por los hombres. Unas de las grandes referencias de las vanguardias pictóricas del siglo XX que militó con luz propia en el cubismo, tras abandonar España para instalarse en París y descubrir en el país galo la libertad creativa junto a Picasso o Juan Gris. De tú a tú, a pesar de su deformidad física, Blanchard brilló con luz propia en un mundo en el que las mujeres solamente pintaban por pasar el tiempo libre que les quedaba libre después de dedicarse a sus labores.
La santanderina fue pintora a tiempo completo y sin ella no se puede entender el movimiento pictórico al que ella estuvo vinculada desde 1913 hasta 1919. Le aportó al cubismo su maestría con el color e inspiró a literatos como Ramón Gómez de la Serna, Gerardo Diego o Federico García Lorca.
“Te he llamado jorobada constantemente y no he dicho nada de tus hermosos ojos, que se llenaban de lágrimas, con el mismo ritmo que sube el mercurio por el termómetro, ni he hablado de tus manos magistrales”, dijo de ella Lorca en el Ateneo de Madrid en 1932, durante un acto homenaje tras la muerte de Blanchard que reunió a la intelectualidad de Madrid, ciudad a la que llegó a formarse como pintora, procedente de Santander, y de donde huyó a París a romper con la tradición y a introducirse, de la mano de Anglada Camarasa, en el expresionismo, simbolismo y en el uso del color que sería su gran sello pictórico.
Con un baile de líneas geométricas, la bailaora Laura Santamaría ha brillado con luz propia este fin de semana en la Bienal de Flamenco de Sevilla. En Viento Sur Teatro, una sala independiente de 100 butacas situada en Triana, en el límite de la ciudad con la SE-30, en la periferia de todo, la bailaora ha proyectado la pintura cubista de Blanchard a través de una soleá, una seguiriya, una rondeña y un zorongo en una soledad y un círculo cerrado que la aíslan de la escena, como la deformidad y el machismo intentaron aislar a Blanchard de las vanguardias pictóricas y del camino artístico que la sitúan en el mismo nivel que los pintores Juan Gris o Pablo Picasso. Gris, uno de los maestros del cubismo, como la propia Blanchard, se atrevió a borrar la firma de la pintora de sus cuadros para estampar la suya propia y robar la autoría de la gran obra de la santanderina. Hasta este nivel de crueldad llegó el mundo a tratar a las mujeres que brillaron con más intensidad que los hombres.
Laura Santamaría en escena. FOTO: JUANJO PALACIOS.
Del flamenco cubista de Laura Santamaría, dirigida en la escena por el dramaturgo Jorge Cuadrelli, renace una artista que está informando al mundo de que ninguna mujer artista se esconderá más ni tampoco se dejará tapar por el monstruoso mundo de hombres que llegó a ser capaz de borrar el nombre de los cuadros de María Blanchard para negarle la categoría de maestra cubista del color.
La propuesta de Laura Santamaría, que cedió el baile de los tangos a Álvaro Paños, reformula lo tradicional, lo aprendido en los tablaos donde baila la artista andaluza desde que tiene 15 años, dándole color a través del movimiento geométrico y mostrando la pintura de Blanchard en una proyección audiovisual, elaborado por la artista disciplinar Chica Fábrica, que hace olvidar la muerte durante la hora que dura el espectáculo.
‘Tras el abanico’ forma parte de la programación de la Bienal de Flamenco de Sevilla, pero sólo en el programa de mano. Ni cuenta con el apoyo económico ni con la promoción de las propuestas centrales del Teatro de la Maestranza, el Teatro Central y los enclaves prestigiados de la cita bianual de la capital andaluza con el flamenco. Viento Sur Teatro es un teatro artesano que aún sigue creyendo en la dramaturgia y en el respeto al público, pero es también un teatro comprometido con el tiempo que vivimos, una sala que se llena de gente sencilla que no pueden abonar los 25 euros que cuesta una butaca en los grandes teatros de referencia de la Bienal y que este año, por primera vez, ha querido ofrecer una propuesta que no tiene nada que envidiarle a los grandes nombres y presupuestos de la centralidad del programa de mano de la Bienal.


