Un repaso histórico a una de las arterias del barrio de San Miguel.

Pasear por el barrio de San Miguel es pasear por uno de los tesoros vivos de la ciudad. Pese a la vorágine urbanística de las décadas pasadas, el barrio de San Miguel sigue conservando una chispa que es majestuosa y noble en sus palacios y auténticamente popular en sus casas de vecinos. La pérdida de centralidad urbana de los barrios históricos es un hecho pero San Miguel se resistió de mejor forma que otros barrios históricos de Jerez. La calle Caballeros se delata por sí sola. Señorial, como imaginamos que siempre ha sido su condición y su propio nombre indica, acompaña a sus vecinas —Corredera, Pedro Alonso...—, en esa nobleza intrínseca que conmueve a quien recibe salvando los avatares del destino.

Pero Caballeros no siempre se llamó así, aunque su nombre actual derive de su nombre original: Cal de Caualleros. Fue en el siglo XIX cuando se le puso el nombre de Ángel Mayo, en honor al ingeniero jerezano, que conservó durante muchos años. Sin embargo, durante siglos fue conocida como Cal de Caualleros. Cal de Caualleros era la salida desde el Arenal y la puerta Real -o de Marmolejo - de la ciudad hacia nuestro olvidado río, hacia El Portal. Y en ella se ubicaron, creemos, casas y propiedades de nobles caballeros de la ciudad, probablemente desde la creación del arrabal de San Miguel, en torno al siglo XIV.

Hoy, Caballeros sigue siendo una de las vías más transitadas de un señero barrio que es patrimonio —material e inmaterial— de todos los jerezanos.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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