AEROPUERTO
No nos gustaban
los sermones del domingo.
Renunciamos a dioses,
santos y vírgenes.
Nos construimos
nuestro propio paraíso
en la habitación de un hotel.
Lo que sí nos gustaban
eran las noches en la ciudad.
Por la ventana veíamos
todas las luces de la urbe.
Desde nuestro Edén
inventábamos mundos
a millones de años luz.
También solíamos ir al aeropuerto
con nuestras maletas
cargadas de lluvia recién caída.
Entonces, hubiésemos
embarcado en cualquier avión
con destino a cualquier parte.
Hoy, ya no hay maletas, ni aeropuertos…
LA HORA DE EMERGER
Cuando los tenebrosos ojos
de una noche vencida
te miran de frente,
cuando el abismo cae
sobre tu cabeza
como una tormenta
y una música satánica
atraviesa los tímpanos,
uno empieza a comprender
que es la hora de emerger
del pozo ciego y putrefacto
que a veces es la vida.
Hemos conversado con Miguel Ángel, sobre el libro y sobre su concepción de la poesía: ¿De qué habla este libro? El libro refleja, en verso libre, mi manera de entender el mundo que me rodea, por lo tanto, habla de los temas que más me interesan; el amor, el erotismo, el paso del tiempo, la muerte, etcétera. En este libro he intentado trazar una serie de planes de fuga para escapar de la rutina, del tedio y de la mediocridad de estos tiempos inciertos en los que nos ha tocado vivir. ¿Por qué tiene dos partes? ¿Quizás la segunda es más pesimista? En la portada del poemario, la ilustradora jerezana Sandra Rubio da algunas pistas de lo que el lector se puede encontrar en el interior del libro y ha representado esas dos partes perfectamente: la primera, la más ‘agradable’, la del amor, el sexo, el erotismo, las relaciones personales… está simbolizada por una nube de mariposas; y la segunda parte, más oscura quizás, en la cual se trata otro tipo de temática, está personificada por la imagen de un cuervo. Cuando fui recopilando estos poemas ya tenía en mente separarlos en dos partes. Utiliza versos cortos, ¿para dar ritmo porque se ajusta mejor a lo que usted expresa? Lo de los versos cortos quizá se deba a mi afición por el haiku. Los escribo desde hace muchos años, y no sólo haikus, sino también tankas y senryus. Obviamente estas composiciones breves dan ritmo y frescura al libro. ¿El amor lo es todo? ¿Es la esencia de los días? Sin amor no hay nada. El amor es lo que hace que el mundo siga girando. Parafraseando a Pablo Neruda: ‘Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida’. Además del amor, veo la ciudad como protagonista, como fondo… Las ciudades tienen algo que me atrapa, será por eso que con la poesía urbana me siento muy a gusto. Sin embargo, las imágenes urbanas que puedan tener mis poemas no son premeditadas, salen así, sin darme cuenta; el protagonista de un poema, de repente, está mirando las luces de la ciudad desde la ventana de un hotel. ¿Por qué escribe? ¿Cómo surgen los poemas? Escribo porque es algo que me sale de dentro, del corazón y de los intestinos. Creo que mi vida no sería la misma si no pudiera escribir sobre lo que siento, lo que me inquieta, lo que creo injusto… En cuanto a cómo surgen los poemas, pueden surgir de diferentes maneras, en cualquier momento, en cualquier situación, cuando menos lo esperas, aparece el arranque de un poema, un par de versos quizás, y a raíz de ahí, se pone en marcha la maquinaria. ¿Cuándo empezó? ¿Cuántos libros ha escrito? Empecé escribiendo letras para canciones. A mediados de los noventa fundé un grupo musical, junto a dos amigos, y me tocó hacer las letras. Poco a poco me di cuenta de que escribía mejor que tocaba el bajo, así que empecé a leer mucha poesía y a escribir casi a diario. De todas formas nunca he dejado la música, es algo que siempre me ha acompañado. En el 2003 salió mi primer libro, que fue una recopilación de poemas adolescentes, desde entonces he escrito seis poemarios y he participado en varias antologías. ¿Qué función tiene la poesía? Estética, transformadora, ninguna… Creo que la principal función de la poesía es dotar de valores a mujeres y hombres, hacerlos más humanos, más conscientes y más sabios. La poesía nos ayuda a transformarnos en mejores personas. ¿Cuáles son sus maestros, modelos? Veo que cita a Pedro Sevilla… Pedro Sevilla es uno de los grandes, y yo tengo la suerte de tenerlo cerca. He aprendido mucho leyendo su poesía. Es un enorme poeta lleno de humildad y sencillez. He leído mucho a Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Neruda, Benedetti, Julio Mariscal, Gloria Fuertes, Javier Salvago, Roger Wolfe, Antonio Orihuela, y tantos otros que, sin duda, me han marcado positivamente. ¿Cómo ve el panorama literario de nuestro entorno? Hay muy buenos poetas en nuestra tierra, mucha gente está escribiendo muy bien. He leído a varios y doy fe de la calidad que desprenden sus trabajos. Puede que falte el apoyo editorial, ya sea público o privado, para que sus obras puedan ver la luz. En general creo que el panorama literario goza de buena salud. Ojalá el público se vaya acercando cada vez más a la poesía de los poetas vivos. ¿Qué proyectos literarios tiene? Lo más inmediato es presentar el nuevo libro allá por dónde pueda -y me dejen-. Para ello cuento con personas que siempre están dispuestas a echar una mano en la organización de este tipo de actos. No es fácil, porque esto es algo que se hace por amor al arte, nunca mejor dicho. La primera presentación será en Prado del Rey, el pueblo donde resido, y luego, más adelante, estaré en Arcos, Jerez, Puerto Real, Cádiz, Ronda, Granada, etcétera. Descríbame su utopía… Mi utopía -espero que alguna vez deje de serlo- es que la Humanidad pueda construir un mundo habitable; cultural, política y socialmente. ¿Es mucho pedir?
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