Las dificultades para respirar que lleva arrastrando desde hace unos días han llevado al Papa Francisco a la hospitalización en el policlínico Agostino Gemelli.
El Pontífice argentino ha sido sometido a varios análisis médicos tras el empeoramiento de la bronquitis que está padeciendo. Los primeros exámenes médicos han reflejado que tiene una infección en las vías respiratorias.
De momento, el estado clínico de Bergoglio está dentro de los parámetros regulares. Con unas décimas de fiebre, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha manifestado a última hora de este viernes que el Papa está "sereno, de buen humor y ha leído algunos periódicos".
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El Papa Francisco, de 88 años de edad, está recibiendo tratamiento farmacológico. Como mínimo, la convalecencia será de unos cinco días, según han afirmado fuentes cercanas al argentino.
Su estado de salud, añadido a su avanzada edad, han abierto el debate sobre si el Pontífice presentará su renuncia, como hiciera en su día Benedicto XVI, o seguirá hasta el fin de sus días al frente de la Iglesia católica, tal y como Juan Pablo II a pesar de sus numerosos problemas de salud.
"Es un papa temerario porque no es un buen paciente, no se deja someter a lo que le dicen los médicos. Él impone su propio calendario con una temeridad absoluta. Arrastraba una bronquitis desde hace tiempo y el pasado domingo estuvo más de dos horas a la intemperie y esta misma mañana estaba recibiendo audiencias", ha destacado Antonio Pelayo, periodista especializado en asuntos vaticanos.
Este experto en cuestiones religiosas ha manifestado en el programa Y ahora Sonsoles que "tengo con él una relación de cercanía y mi impresión es que no piensa dimitir, que esa idea no se le ha pasado por la cabeza, salvo algo imposible de aceptar como un ictus o un infarto".





