La salud del Papa Francisco, de 88 años de edad, tiene en alerta a todo el Vaticano y a medio mundo. El Pontífice argentino lleva hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma desde el pasado viernes debido a una bronquitis que se le complicó.
El Papa llevaba un par de semanas sin encontrarse bien, con dificultades para respirar. A pesar de eso, siguió adelante con su agenda, aunque tuvo que interrumpir sus lecturas en varias ocasiones por los problemas respiratorios. El carácter de Francisco le llevó a descuidar la atención médica y ahora su situación ha empeorado.
Según los últimos partes médicos, Bergoglio presenta un "cuadro clínico complejo" y tendrá que seguir ingresado en el hospital. Las últimas pruebas a las que ha sido sometido han diagnosticado que padece una infección polibacteriana de las vías respiratorias. Esto ha llevado a los médicos a añadirle otra medicación al tratamiento que llevaba.
Aunque el Vaticano afirma que la salud del Pontífice no se ha visto agravada, hay una gran preocupación por su estado de salud. En este sentido, no hay que olvidar la avanzada edad que tiene el Papa Francisco. “Es una situación de riesgo para una persona de esa edad”, ha manifestado el neumólogo Juan Pablo de Torres en Espejo Público.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha intentado transmitir cierta tranquilidad indicando que el Papa no ha sufrido un retroceso en su evolución y que se encuentra con buen sentido del humor. Mientras que millones de personas rezan en todo el mundo por su mejoría, el Papa ha dado las gracias por los numerosos mensajes de cariño y cercanía que está recibiendo. El Pontífice también ha expresado su agradecimiento a aquellas personas que se encuentran hospitalizadas y que les han trasladado su cariño, amor y buenos deseos.
