En la tarde del 5 de agosto de 2017 ocurrió una tragedia. El transformador 29272 de Endesa, situado en la trastienda de la cocina del Hotel 100% Fun de Tarifa estalló provocando la muerte de dos trabajadoras, Sara Ojeda y Mariluz Morillo. También causó heridas graves en seis víctimas que quedaron marcadas con cicatrices para siempre.
Francisco, Esther, Juan Antonio, Francisco José, Daniel, Irene y las dos jóvenes se conocen como los 8 de Tarifa. Hoy se cumplen tres años desde que la vida les diera un golpe duro a estas personas que han protagonizado historias de esfuerzo y superación.
Mariluz Lindes perdió a su hija en esta explosión que conmocionó a todo el municipio gaditano. Su hijo también sufrió quemaduras. Han pasado tres años y las familias afectadas siguen sin tener respuestas sobre las causas del accidente.
Manifestación organizada en 2019 por los afectados del incendio del transformador.
“Lo único que reclamamos es justicia y saber la verdad, llevamos tres años de calvario, cada día se nos hace más difícil toda esta situación”, expresa la madre de Mariluz y Francisco Morillo que todavía le da vueltas a la cabeza pensando por qué “el sistema falló de esa forma tan cruel con los familiares, no nos dieron información ninguna”.
La voz de Mariluz se quebranta al recordar el suceso. Cuando se enteró de los hechos, “recogí el bar, eché a los clientes y me fui para el hospital Virgen del Rocío, allí me dijeron que mi hija no tenía solución, en más de un 90% de su cuerpo presentaba quemaduras de segundo y tercer grado”. En ese momento, Mariluz quiso ver a su hija por última vez. “Estaba vendada entera, era una momia, lo único que reconocí de ella fue un mechón de pelo que le sacaron, había perdido toda la piel”, manifiesta con dolor.
Su hijo Francisco sobrevivió al incendio, pero su vida no ha sido la misma desde aquel verano. Las llamas habían alcanzado todo su cuerpo propiciándole quemaduras. Mariluz recuerda que “le tuvieron que abrir los brazos igual que a una caballa y hoy todavía le quedan operaciones duras donde incluso le tienen que amputar un dedo”.
Al joven le afecta mucho cuando la gente se detiene a mirar sus cicatrices, “pero lo que peor lleva es entrar en su casa y ver que su hermana no está”, lamenta Mariluz, que tuvo que enterrar a su hija mientras que su hijo estaba en coma.
Cicatrices en el brazo de uno de los supervivientes del incendio.
La propietaria del transformador, Endesa, declaró en su momento que el accidente fue excepcional y fortuito. Además, la Junta de Andalucía afirmó que el aparato eléctrico contaba con la documentación en regla. Sin embargo, las incógnitas que envuelven a este caso continúan atormentado a las familias.
“La empresa era muy consciente de que aquello estaba sobrecargado. Ni las instalaciones de la caseta transformadora reunía las condiciones ni tenía la ventilación adecuada”, denuncia Mariluz que explica que ni la compañía ni el hotel colaboran con los abogados para esclarecer el suceso y “no les dan información correcta, le dan datos incompletos o les dicen que la han perdido”.
Para ella, lo peor es el silencio administrativo, “siento que es una falta de respeto hacia las víctimas, con lo fácil que es reconocer que se han equivocado y hacerse responsables del daño que han hecho”. Asimismo, añade que “ellos saben perfectamente lo que ocurrió, pero claro, como está detrás la multinacional Endesa, pues se está alargando todo más, ellos son una montaña muy grande y nosotros somos unos granitos de arena”.
La rabia invade a Mariluz, que opina que en este sistema “es más importante lo económico que lo humano, y es lo que más duele”. Con el corazón encogido la madre relata las duras secuelas que le ha supuesto la deflagración del transformador, un suceso que le ha llevado a la desolación. Hundida, reconoce que ha estado muy mal, “psicológicamente esto será de por vida, yo me siento como un zombie, ya no tengo ilusión por nada”.
Los seis supervivientes del incendio del transformador.
Frente al desamparo al que se ven sometidos, los supervivientes crearon la Asociación de Afectados por el Accidente del Transformador 29272 en Tarifa que cada año sigue reclamando justicia por las víctimas de esta tragedia a través de manifestaciones.
“Cada vez que se acerca esta fecha, recordamos todo el dolor y la desesperación de aquellos días, nosotros no nos cansaremos nunca, seguiremos luchando por los que lo han perdido todo”, exclama Mariluz. La indignación se ha apoderado de ella, aún le quedan fuerzas para seguir adelante porque, aunque no reciben ayuda del Ayuntamiento, cuentan con el “apoyo grandísimo del pueblo”.
Este año, debido a la crisis sanitaria, la protesta se ha trasladado a las redes sociales, que se han llenado de muestras de cariño y de lucha con el hashtag #porlos8detarifa. Las voces de muchas personas solidarias se han alzado en las plataformas digitales para que esta batalla llegue a su fin.
https://twitter.com/montseao/status/1291020431030353921
https://twitter.com/A050817/status/1290999216203075586
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