Es lunes y las puertas del cementerio municipal de Trebujena, tal y como reza el horario del recinto, están cerradas. Sin embargo, bordeando el camposanto vía camino de La Cañá, encontramos una apertura inesperada. En la parte trasera del cementerio, un muro abierto da acceso al lugar donde reposan aproximadamente un centenar de vecinos de la localidad, que fueron fusilados tras el golpe sublevado del 18 de julio de 1936.
Es la tercera edición de las jornadas de puertas abiertas a la fosa común de Trebujena. El Ayuntamiento de la localidad, con el respaldo de la Mesa de la Recuperación de la Memoria Histórica, la abrió al público tan solo unos días después de comenzar la exhumación de los restos.
El trasiego de visitantes es constante. "Es increíble lo que ha avanzado", comenta una de las vecinas que se asoma a preguntar por el progreso de los trabajos que lidera el arqueólogo y antropólogo forense Andrés Fernández. "Acabamos de abrir otra fosa pero solo había un cuerpo cuando había espacio para más. Lo que estimamos es que hay alrededor de unas 100 personas", explica el arqueólogo, acompañado de un equipo técnico formado por Cristóbal Alcántara, la antropóloga forense María de la Rubia y la doctora en Historia y antropológa María Isabel Brenes.
Hace tan solo unos días, el equipo exhumó al primer reprresaliado, que ya está totalmente recogido y cuyos restos están a la espera del análisis genético de la Universidad de Granada. La recogida de muestras de ADN de los vecinos de la localidad que tienen familiares represaliados también está en manos de la institución universitaria, que cotejará en los próximos meses los datos.
"Es un proceso largo, deseamos que no tarde tanto. En unas semanas esperamos exhumar 20 restos más y enviar las muestras", añade Fernández, que advierte de la complejidad de este tipo de trabajos. "Hay represaliados que no tienen descendientes directos. Los nietos tienen un 25% de los abuelos, por lo que no es fácil de identificar. La medida estándar para los genetistas es del 97%", explica.
Mientras las visitas, de cinco en cinco, se desarrollan, el equipo continúa trabajando brocha en mano. Junto a varios cadáveres, que yacen con los brazos cruzados y el cuerpo levemente inclinado —signo de haber sido asesinados y luego depositados en las fosas—, encuentran numerosos enseres personales. Entre botones, vasos y otro tipo de menaje, también hay pequeños restos que no llegan a identificar. "¿Es una lupa?", se preguntan sobre un objeto de color ámbar, que poco a poco van limpiando, sin discernir de qué se trata.
"Cuando empezamos encontramos ollas y otros instrumentos de cocina. Iban con ellos", explica Alcántara, que dice que la cal ha preservado mejor los restos. En aquel momento, la apariencia del lugar era totalmente distinta. La zona, ajardinada con césped y un monumento en memoria de las víctimas donde se hacía un acto de recuerdo cada 14 de abril, es ya irreconocible. La cata arqueológica dio como resultado que al menos un metro y medio debajo de aquel arriate, se encontraban movimientos de tierra. El material que ha sido sustraído contiene todo tipo de objetos, también cerámica y cubertería. Según el arqueólogo "se volcó el camión de la basura" al tirar los cuerpos de los represaliados.
Según Luis Caro Romero, historiador, miembro de la Mesa de la Memoria de Trebujena y autor del libro Trebujena 1936. Historias de una represión, hay unos 110 represaliados en la localidad, aunque probablemente no todos estén en este emplazamiento, donde también puede haber restos de vecinos de otras localidades.
Centros escolares de Trebujena y Sanlúcar visitarán la fosa
Al término de las jornadas de puertas abiertas, los responsables políticos de la localidad acompañados de la parlamentaria andaluza Ana Naranjo, visitan los trabajos en el cementerio municipal. "Veo que está bastante avanzado", comenta la diputada de Unidas Podemos por Andalucía, también portavoz de Memoria de dicha formación política.
Con la compañía del alcalde de Trebujena, Jorge David Rodríguez Pérez, y la delegada de Memoria Democrática de la localidad, Ana Luisa Robredo, Naranjo denuncia la "falta de financiación" e inacción de la administración autonómica, a quien corresponde este tipo de trabajos. "Los derechos humanos no pueden depender de quien gobierne. Trebujena está asumiendo, con dinero de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), algo que no es de su competencia, cuando es la Junta quien debería hacerse cargo de financiar las exhumaciones", lamenta. El municipio ha podido costear estos trabajos gracias a una subvención de 18.000 euros de dicho órgano, comprometiéndose a aportar fondos propios si los trabajos quedaran incompletos.
Esta circunstancia refleja para la responsable política de Unidas Podemos por Andalucía una falta de "responsabilidad" por parte de Patricia del Pozo, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, que sostiene ha quitado el derecho de los andaluces "a la verdad, a la justicia y a la reparación".
El regidor de la localidad considera que debe haber una "colaboración" entre todas las administraciones y ha reiterado el compromiso del Ayuntamiento de Trebujena en la recuperación, identificación y devolución de los restos de los represaliados del Franquismo con objeto de darles una "sepultura digna". De la misma forma, llama a la "unión" de todos los municipios con objeto de colaborar en trabajos similares. "Seguro que en otros municipios habrá trebujeneros represaliados. Nos ponemos a disposición para trabajar en común", comenta.
Por su parte, la delegada de Memoria Democrática de Trebujena, Ana Luisa Robredo, se congratula del éxito de las jornadas de puertas abiertas: “La idea es hacer partícipe al pueblo de cómo se están realizando los trabajos”. En esa misma línea, adelanta que en los próximos días varios centros educativos de Trebujena y de otras localidades como Sanlúcar de Barrameda, visitarán el cementerio municipal para conocer de primera mano las exhumaciones. Así, Robredo asegura que contará con la presencia de institutos para hacer la Ruta de la Memoria, con objeto de "denunciar y entender lo que sucedió tras el golpe militar”.
En plena exhumación, el equipo que coordina Fernández prevé que los trabajos concluyan a finales de este año. Mientras tanto, los familiares de los represaliados esperan impacientes encontrar los restos de sus familiares, algo para lo que se estima un poco más de tiempo. La intención del Ayuntamiento de Trebujena es buscar la fórmula para que estos trabajos se den con la mayor celeridad posible y que la fosa común se convierta en un lugar de referencia. "No queremos que esto se tape, que sea un lugar más. Debemos recordar lo que sucedió aquí", sostiene durante su visita el alcalde de la localidad. El fin no es otro que dar sepultura digna a los represaliados y abrir algo más que una fosa: una puerta a la memoria.
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