Sanitarios de la Sierra de Cádiz pagan de su bolsillo sus propios equipos de protección

José Toro, delegado de UGT en el Centro de Salud de Olvera, ha hecho viral un video-denuncia: "Somos el hermano pobre en todo esto"

José Toro a las puertas del Centro de Salud de Olvera

La semana pasada se hacía viral el vídeo de un sanitario contando cómo los propios profesionales de la salud tenían que pagar de su bolsillo el material para protegerse durante la pandemia. El protagonista es José Toro, delegado sindical de UGT en el Centro de Salud de Olvera, que cuenta a lavozdelsur.es varias de las quejas que desde su sindicato y CCOO han llevado a cabo desde el inicio de la crisis del coronavirus. Toro insiste en que el Covid-19 no ha hecho sino acentuar el empeoramiento de la atención primaria que comenzó con la fusión del área de la Sierra con el de Jerez. “La Sierra es el hermano pobre en todo esto, somos una pequeña gotita de agua para la administradora, que se encuentra en Jerez”. Y resalta que en asuntos como puedan ser los uniformes o las vacunas, reciben la mitad que otras zonas.

La Sierra, olvidada

Según Toro, con la llegada del coronavirus esa desigualdad en el abastecimiento ha sido mucho más palpable. Y pone el ejemplo de que habilitaron ambulancias especiales para la ocasión y, mientras a la Bahía le correspondieron dos y a Jerez tres, a la Sierra no le llegó ninguna. En plena pandemia, aquí seguíamos con la misma ambulancia para atender un aviso de infarto que alguien con síntomas respiratorios propios del Covid-19”. Aunque reconoce haber contado con el apoyo de Comisiones Obreras, lamenta que no haya sucedido lo mismo con el resto de sindicatos, como el Csif, y denuncia que se reparten los cargos públicos con personas llegadas de este sindicato, de ahí su sospechoso silencio ante la precaria situación de los trabajadores sanitarios.

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Los coordinadores y la política

Pero Toro extiende su protesta a los coordinadores del SAS, a los cuales considera que han sido nombrados antes por PSOE y ahora por el PP con el mero fin de hacer el trabajo sucio. “Es gente muy bien pagada por decir que un EPI es algo que en realidad no lo es, su labor es ocultar y ahorrar dinero a la administración”. Y pone de manifiesto la actuación del Gobierno regional: “Lo curioso es que el PP en la oposición hablaba de chiringuitos, pero ahora son ellos quienes los mantienen, simplemente han cambiado a los responsables”. Menciona que el sistema lo mató el PSOE pero que el nuevo ejecutivo andaluz está llevando a cabo las mismas prácticas.

Equipos de protección

La principal batalla de Toro y UGT se ha centrado en todo momento en la falta de equipos de protección adecuados. “Con los EPI que nos facilitaron al inicio de la pandemia era como enviar a matar a los profesionales de la salud”. Y relata que solo se veían provistos de batas transparentes que llegaban a las rodillas y se cerraban por detrás con esparadrapos y mascarillas con seis o siete años que fueron facilitadas en su día para protegerse de la gripe aviar. Y cuenta cuál fue el detonante para que la administración rectificara en este asunto: “recularon cuando la UME entró en la residencia de Alcalá del Valle”.

El delegado agradece las múltiples donaciones de empresas como la Cooperativa Nuestra Señora de los Remedios o Quimiolvera, al igual que otras de Villamartín y su ayuntamiento. Valora que en estos momentos sí pueden enfrentarse a un potencial caso de coronavirus con cierta protección, pero no por el material aportado por el SAS, sino por el de las donaciones o el que han comprado los propios sanitarios con su dinero. “Hace unos días llegué a una guardia al centro de salud y vi una escena muy elocuente: había llegado un pedido y mis compañeros estaban poniendo el dinero de lo que había adquirido cada uno para pagárselo”.

Y eso tan solo es una parte, porque cuenta cómo hasta los botes de gel hidroalcohólico no se pueden tirar debido a que se vuelven a rellenar por parte del celador, que guarda bajo llave las existencias del mismo. Solicita que se cuente con ellos para los estudios desde la atención primaria, y pone el acento en las cifras de sanitarios infectados. “Existe una gran descoordinación, los protocolos no se llevan a cabo del mismo modo en unos lugares y en otros”. Y detalla que a algunos avisos deben acudir en sus coches particulares, por lo que también ponen en peligro a sus familias. Por último, asegura que tanto él como sus compañeros han sido sometidos a un test rápido, aunque no los considera del todo fiables.

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Marco Herrera

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