El auto dictado por el juez titular del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid ve indicios suficientes para acusar a Rafael Amargo, su mujer y otros dos investigados de un delito contra la salud pública y pertenencia a un grupo criminal.
El bailarín y coreógrafo ha sido acusado de ser el cabecilla de la organización, distribuyendo la mercancía a través de Uber y utilizando incluso a mulas. El magistrado recoge que los investigados en la causa "actuaban de común acuerdo en la recepción, preparación y distribución de sustancias estupefacientes". Principalmente, repartían metanfetamina y desarrollaban la actividad en la vivienda de Rafael Amargo y Luciana D.M.B., su pareja sentimental.
Los compradores accedían en muchos casos a la compra de la mercancía tras llamar por el portero automático de la casa del bailarín o mediante una llamada telefónica. "Tras breves minutos en el domicilio, salían del inmueble portando la sustancia adquirida, que por la cantidad intervenida en los supuestos en que fueron interceptados, excedía de la que puede considerarse para autoconsumo".
Este 1 de diciembre se cumplirá un año de la detención de Amargo por su implicación en una trama de tráfico de drogas. Ahora, tras la conclusión del juez, los implicados podrán presentar los recursos al auto del juez antes de que el mismo sea enviado a la Audiencia Provincial de Madrid para su enjuiciamiento.
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