Puerto Real, zona cero: "Se ha quemado todo, hay pinos de 100 años. La única solución es repoblar"

Bomberos del Infoca y vecinos de la localidad explican la magnitud del incendio de Las Canteras, una pérdida que trasciende más allá de su importante valor ecológico: "Esto ha sido nuestra zona de recreo toda la vida. Hacíamos paellas, todo Puerto Real venía aquí y nunca ha pasado nada"

Un bombero del Plan Infoca observa el horizonte del parque de Las Canteras, foco principal del incendio de Puerto Real el pasado verano.
Un bombero del Plan Infoca observa el horizonte del parque de Las Canteras, foco principal del incendio de Puerto Real el pasado verano. MANU GARCÍA

El paisaje es desolador. Sí, ha amanecido en Puerto Real, pero va a costar volver a recuperar la normalidad. La resaca emocional que sufre esta localidad de la Bahía de Cádiz afecta a todos los vecinos del pueblo, los que estuvieron durante varias horas este fatídico domingo llevando cubos de agua para contener las llamas en una cadena humana, y los que no pudieron hacerlo. Todos sienten rabia e impotencia. El mayor problema es no saber —ni poder— a quién señalar como responsables. Algunos tampoco están seguros de si eso sirve para algo.

"Esto no tiene vigilancia, está dejado, pero se nota que ha sido la mano de... vamos a decirlo suave: un hijo de puta", comenta sin pelos en la lengua Diego, un vecino de Puerto Real que vive algunas calles más lejos del recinto ferial —a los pies del incendio y donde la Junta de Andalucía estableció el puesto de mando—, pero que siente este paraje natural como suyo. Él está seguro de que ha sido intencionado, por los siete focos activos que ponían en jaque a la Bahía a partir de las tres de la tarde. No obstante, las condiciones para que el fuego se propagara eran idóneas: un fuerte viento de levante y una situación del paraje natural sin mantenimiento ni prevención.

Diego, vecino de Puerto Real, señala a Las Canteras mientras conversa con lavozdelsur.es
Diego, vecino de Puerto Real, señala a Las Canteras mientras conversa con lavozdelsur.es.     MANU GARCÍA

"No estamos hablando de un problema de ahora, ni del gobierno actual ni del anterior. No ha habido vigilancia, pero no aquí solo, sino también en Los Toruños. El dominguero que va, se bebe la botella y la tira", lamenta este vecino, que ha sido trabajador municipal y desempeñó tareas en la brigada de limpieza. "Era un ecosistema muy grande. Fíjate en los camaleones. Hace un rato estuve en la zona del cementerio, y me encontré erizos muertos, conejos y ardillas", añade.

Por su parte, Raquel, que vive desde hace años en El Puerto de Santa María, pero se ha criado en Las Canteras, dice saber perfectamente lo que había allí dentro. "Botellas de litros de cerveza, restos de cosas de todo tipo, eso estaba muy sucio y se ha cuidado muy poco", explica con tristeza. De su adolescencia y su paso por el instituto Virgen del Carmen, recuerda "muchas horas" en el parque. Entre las anécdotas, los niños y niñas tirándose por el famoso Monte de la Risa, el Patio Negro o el Patio del Pozo, lugares del paraje que tenían un nombre popular. "Ha sido la zona de recreo de la gente de Puerto Real de toda la vida, antes había mucha más vegetación y estaba mejor", comenta mientras hace memoria.

Dos jóvenes de Puerto Real contemplan impactados el día después del incendio
Dos jóvenes de Puerto Real contemplan impactados el día después del incendio.    MANU GARCÍA

Diego asiente, recordando algunos episodios del pasado, como los columpios que "alguien" hacía entre los árboles y otros niños y adolescentes utilizaban o "perderse entre el laberinto" que suponían las raíces de los pinos piñoneros. "Para los niños de aquí, Las Canteras era algo así como el salón de su casa... están acostumbrados. Luego, hay gente que lleva años sin pasear por Las Canteras, pero pasa lo mismo que si fuera el trastero de tu casa: no se trata de que no vayas tanto, sino que es tuyo y lo sientes así", explica dolido. 

Raquel, que cree que los tiempos han cambiado, recuerda cuando las familias acudían a comer frutos secos y luego hacían las paellas, como las del Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre. "Todo Puerto Real venía aquí y nunca ha pasado nada. Lo que pasa es que antes era la única forma que teníamos de divertirnos: ir a La Cachucha —la playa de Puerto Real— o a Las Canteras", cuenta mientras señala a una de las zonas laterales al perímetro del paraje: "Ahí había una casa grande de un marqués que la abandonó: la Casa Roja, donde se metían los yonquis en los años 80". Muy cerca, recuerda una venta "muy famosa" que frecuentaban los puertorrealeños hasta hace unos años: El Inesperado. 

El incendio de Puerto Real, el día después.    MANU GARCÍA

Mención aparte merece la gruta, que afortunadamente parece haberse salvado del incendio. "La peregrinación de la Virgen de Lourdes sigue haciéndose. Hace años recuerdo que hubo un proyecto para poner una boca contraincendios al lado de la gruta, pero como todas las cosas que se dicen si cuestan mucho dinero después no se hacen", se queja. En uno de los accesos al paraje, hablan de fuente donde han bebido durante años, rodeada de vegetación y ramas calcinadas. Detrás, se pueden divisar algunos de los rincones en los que puertorrealeños, como Raquel y Diego, se escondían. 

"Está achicharrado, refrescamos pero es un para nada"

Más allá del perímetro que la Policía ha acordonado, los Bomberos del Consorcio de la Provincia de Cádiz y los efectivos del Plan Infoca están vigilantes. Manuel, del Centro de Defensa Forestal de Alcalá de los Gazules, el CEDEFO, atiende a lavozdelsur.es con desazón.

Dos bomberos del Plan Infoca posan para lavozdelsur.es con Las Canteras de fondo.
Dos bomberos del Plan Infoca posan para lavozdelsur.es con Las Canteras de fondo.     MANU GARCÍA

"Se ha quemado todo, no soy un experto pero creo que aquí hay pinos de más de 100 años", dice tajantemente. El bombero forestal, que ejerce como conductor, explica que la unidad está refrescando el perímetro con objeto de que "lo poco que ha quedado" no se vuelva a reavivar. "Las Canteras se ha achicharrado entera, se habrá salvado la esquinita esta, pero poco más", señala en el móvil, donde muestra una imagen aérea de la zona desde la app Google Maps. 

El escenario que da este trabajador del Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Andalucía no es nada halagüeño. "Todos los técnicos y compañeros me lo están diciendo. Esto es meterle un limpiadito, talar todo y repoblar. No hay otra solución", dice "bajo título personal". La situación le duele y a pesar de la más que probable intencionalidad del fuego hace responsable a las administraciones. "Lo que no se puede es tener el monte abandonado. Antes del Infoca, he trabajado en el corcho en Alcalá de los Gazules. Mi padre es de campo y lo sé perfectamente: el campo no puede estar abandonado. ¿Por qué hay menos incendios en Los Alcornocales? Porque el corcho da dinero y las fincas se limpian. Luego, hay ganado, como las cabras que se lo comen todo. Es un ejemplo", explica indignado.

Un columpio, en la entrada de Las Canteras.
Un columpio, en la entrada de Las Canteras.     MANU GARCÍA

No es para menos. A tan solo unos metros, un pino se cae delante de nosotros. "Es muy peligroso, caen cada dos por tres: no pases". Justo delante, observamos un acebuche, que casi llega en altura a la copa del pino. "Esto está abandonado, si estuviera limpio no estaría así. Cada cuatro años, el lentisco puede coger esa altura, por lo que hay que revisarlo. El incendio puede darse por debajo, pero no llegaría a los árboles", dice. El principal problema: la falta de prevención y "las políticas de ahora", sobre las que no entra en detalle, pero resume en el incumplimiento de la siguiente máxima. "El monte, en verano y en invierno. No se hace".

Los bomberos de esta unidad estuvieron ayer en Jerez, donde tuvieron que acudir ante un foco que se reactivó en la pedanía de La Ina. Poco antes, estuvieron en otro paraje natural, Bonares, donde el fuego ha hecho numerosos estragos. La situación de Puerto Real la ven distinta: "No sabemos quién lo ha hecho ni qué buscaba y qué es lo que gana con esto, pero si aquí se hubiera metido a gente para trabajar en invierno, no hubiera pasado lo mismo. No es un parque tan grande, si cada año divides el cuadrado, en cinco años lo tienes. No va a llegar a esta altura, y cada vez es más rápido porque el suelo es más fino pero bueno... los políticos son los que entienden", espeta con sarcasmo.

El suelo está muy caliente, y el humo sigue saliendo de la tierra. El olor a pino quemado se queda en la ropa y es difícil respirar en un lugar donde hace tan solo unos días hacerlo era un placer. Las Canteras era el pulmón verde de Puerto Real y de la Bahía de Cádiz, lugar donde acudían vecinos de todas las localidades del entorno. Es complicado imaginar a esta localidad gaditana sin este parque, pero no hay otra alternativa que pensar en el día de mañana para que no se vuelva a repetir la historia.

Un bombero refresca la zona incendiada este domingo.
Un bombero refresca la zona incendiada este lunes.     MANU GARCÍA

Formado por un bosque mediterráneo artificial, que se repobló con especies autóctonas, está lleno de acebuches, lentiscos y pinos piñoneros: la joya de la corona. El nombre de Las Canteras responde a que en este lugar había una cantera donde se extraía piedra ostionera, base de muchos edificios de Cádiz. El pinar centenario fue adquirido por el Ayuntamiento del municipio en 1909, pagando 25.000 pesetas a un tal don Pedro Ignacio de Paúl. Con la adquisición, el pueblo atendía a la demanda de sus vecinos de esta zona verde, pero también frenaba la posibilidad de que fuera destruida ante el riesgo de que fuera vendido y talado, tal y como se anunció en la prensa de la época. 

Las últimas noticias, al cierre de este periódico, lunes 7 de agosto a las 21:30 horas, indican que el Infoca da definitivamente por controlado el incendio con un total de ochenta hectáreas afectadas —Las Canteras tiene una superficie de veinticinco—. En lenguaje popular, se traduce en aproximadamente unos doscientos campos de fútbol. El fuego, que ya ha cesado, ha sido controlado por medios terretres ante la imposibilidad de que los helicópteros operaran por el levante que azota Cádiz. Más de 260 efectivos desplegados han luchado contra el fuego de una u otra forma.

Al lado de bomberos, policías y sanitarios, este domingo miles de vecinos de Puerto Real que se echaron a defender sus casas y su parque, el emblema de la localidad, ante un fantasma que nadie sabe quién es ni cómo se ha desatado. Mañana será otro día, y el pueblo volverá a despertarse sin poder olvidar su historia, una memoria que debe ser la garra a la que aferrarse para poder recuperar, en la medida de lo posible y con los años que sean necesarios, este pinar centenario. Nunca digas que todo está perdido. 

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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