Pequeños comercios frente a la 'Gran Depresión': "Tengo dos hipotecas, la casa y mi negocio"

La ayuda municipal del Ayuntamiento de Trebujena ‘rescata’ a Ana Mari, peluquera, Enrique, carpintero y a Josema, que con tan solo 24 años abrió hace unos meses su primer negocio: “Tuve que tirar todas las flores a la basura”

Ana María Marín cerrando las puertas de su peluquería. FOTO: MANU GARCÍA.
Ana María Marín cerrando las puertas de su peluquería. FOTO: MANU GARCÍA.

En España hay más de tres millones de trabajadores por cuenta propia. Los autónomos, cuyo volumen económico se estima entre el 15% y el 18% del PIB, suponen el 17% de los 19 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. La Junta de Andalucía ha sido la última administración que ha anunciado una ayuda de 300 euros para que los que cotizan por este régimen. Sin embargo, el Gobierno central ya aprobó el desembolso de 661 euros para cada trabajador mientras que algunas corporaciones locales han hecho lo propio, anticipándose ante un peor escenario. Las ayudas, insuficientes para muchos pequeños empresarios y comerciantes, se han visto complementadas en municipios como Trebujena, donde el consistorio ha destinado 40.000 euros del Presupuesto. 

“Es un esfuerzo muy grande para un ayuntamiento como el de Trebujena”, sostienen fuentes del Gobierno municipal a lavozdelsur.es. Josema Raposo es uno de sus beneficiarios. Con tan solo 24 años, este joven trebujenero decidió emprender su primer negocio, una floristería. “Se me vino el mundo encima, venían las mejores fechas... era la primera vez que lo iba a vivir”, cuenta emocionado. La declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo y la cancelación de todas las fiestas y eventos esperados para la primavera, acabó con la mayor parte de su actividad. "Perdí San José, el Día del Padre, pero también las comuniones, la Semana Santa... todo lo bueno", lamenta. “Tuve que tirar todas las flores a la basura”, recuerda en relación a los primeros días de confinamiento. Afortunadamente, su casero ha entendido la situación del emprendedor y le ha perdonado el alquiler del local. "Al menos tengo para pagar mis impuestos", reconoce.  

Josema posa para lavozdelsur.es en su domicilio, convertido en una pequeña floristería. FOTO: MANU GARCÍA.

Josema es beneficiario de una de las ayudas de 500 euros que el Ayuntamiento de Trebujena ha concedido a 80 autónomos de la localidad. "Menos mal que me la han dado", dice aliviado, aunque nada positivo con el futuro que le espera. "Aunque abriera, el verano para la floristería es lo peor... es como si estuviera cerrado", comenta. El patio de su casa, donde reside con sus padres, es su nueva floristería a la espera de que cambien las cosas. lavozdelsur.es le sorprende al regreso de un reparto a las seis de la tarde: “Me están encargando algunas plantitas para llevar a domicilio”. En su familia hace un par de meses llegaban tres salarios, ahora el de su padre, trabajador de la construcción, apenas alcanza. “Está comenzando a trabajar de nuevo, pero no sabemos qué va a pasar”, aclara. Su madre, que trabaja en el ámbito sanitario es ahora el único sueldo seguro. 

"Aquí la gente abre su corazón, nadie se va a quedar atrás"

Ana María Marín cerró el negocio el viernes 13 por la tarde y ya no volvió a abrir. "Estoy en mi casa, pedí el cese de actividad", declara a este medio por teléfono. A las dos trabajadoras de su peluquería y salón de belleza no les quedaba otra opción que solicitar el ERTE. La peluquera es otra de las beneficiarias de la ayuda municipal de Trebujena, que reconoce le ha venido “genial”. “Es un alivio que el Ayuntamiento esté en estos momentos con nosotros”, dice.  

Esta trabajadora por cuenta propia tiene que afrontar los gastos de dos préstamos: "Tengo dos hipotecas, la casa y mi negocio". En su domicilio ahora solo entra el sueldo de su esposo, que es celador en el centro de salud de la localidad. Sin embargo, tendrá que afrontar los gastos derivados del comercio, sin saber cuándo va a poder reabrir. Sobre la posibilidad de que sea el próximo 10 de mayo se muestra escéptica. "No me lo quiero creer porque lo veo muy precipitado, tenemos que abrir con unas medidas de prevención, guardar las distancias y los tiempos", asegura preocupada. La estilista charla habitualmente con compañeras peluqueras de Sevilla y de El Puerto quienes sí están más confiadas en que se retome la actividad tras esta tercera prórroga del estado de alarma, que concluye el 9 de mayo. "A lo mejor hay gente que no quiere correr el riesgo... quién sabe", se pregunta. 

Enrique Pérez barniza la puerta de su domicilio ante la imposibilidad de desarrollar su actividad como carpintero. FOTO: MANU GARCÍA.

No obstante, Ana Mari reconoce que tiene una cartera de clientas habituales que están deseando volver a verla: "Me hablan por privado, en cuanto abras me lo comunicas me dicen". Con una experiencia de más de 20 años, su centro de belleza es muy popular en la localidad, teniendo ya hasta "una lista de espera". “A lo mejor luego no viene nadie", dice quitándole hierro al asunto. Lo que sí puede con ella es el factor psicológico, el hecho de estar encerrada y no poder ver a sus clientas: “Pasan los días, estás acostumbrada a estar fuera y con mucha gente... así te sientes como en una cárcel”. 

Más escéptico aún se muestra Enrique Pérez. Este joven de 30 años desempeña desde hace doce su actividad como carpintero, tras haber estudiado Ebanistería: “Dejé el arte porque eso es morirse de frío”, bromea. Este trabajador, que tiene el taller en el garaje de su padre, tiene la suerte de no tener una hipoteca que afrontar, pero sin embargo tiene varios pedidos sin cobrar y no sabe cómo va a salir tras la crisis del coronavirus. 

"Vi el percal y me di de baja antes de pagar otros 300 euros, que con esos 300 euros como", dice. Ahora está a la espera de que la mutua le apruebe la prestación por cese de actividad que ha anunciado el Gobierno. "Al final el que te salva es al que tú le ves la cara, el que ves debatiendo por La Sexta no", dice con respecto a la ayuda municipal, que considera de vital importancia. El carpintero ha enviado esta mañana varios mensajes de WhatsApp para solicitar el abono de algunas faenas pendientes. "No voy a ir a buscar a la gente, pero necesitamos también tener liquidez", aclara.  

Enrique se dedica ahora a barnizar su casa ante la imposibilidad de retomar su actividad como carpintero, mientras que ya ha echado los papeles por si entra de personal de mantenimiento en el Hospital de Jerez. Con sus dos hijas, de seis y tres años, sale todas las tardes "a tocar las palmas a la azotea". "En los pueblos pequeños estamos más unidos, nos conocemos. Aquí la gente abre su corazón y nadie se va a quedar atrás", afirma. “Esto es un pueblo que salva”, concluye sobre un sentimiento común entre los vecinos de Trebujena, una localidad que salva vidas y que ahora también busca salvar su tejido comercial con los limitados recursos de los que dispone. 

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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