Una avería en los sistemas de señalización a la altura de la localidad cordobesa de Almodóvar del Río está provocando retrasos de aproximadamente media hora en los trenes de alta velocidad con origen o destino en Sevilla. Así lo ha comunicado este lunes el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que ha señalado que su personal trabaja para resolver la incidencia con la mayor celeridad posible.
El contratiempo se produce en un contexto de recuperación progresiva del servicio ferroviario en la línea de alta velocidad entre Madrid y Andalucía. Este trayecto se vio afectado durante la jornada del domingo por el robo de un tramo de cable esencial para la circulación, lo que obligó a interrumpir varios servicios. Adif prevé que la operativa pueda restablecerse completamente entre las 14.00 y las 16.00 horas de este lunes.
Según ha informado el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, en estos momentos ya se ha recuperado más del 70% de los trenes afectados. Para paliar las consecuencias del incidente, los pasajeros están siendo reubicados en convoyes programados en doble composición, lo que permite duplicar la capacidad de transporte y agilizar los desplazamientos.
El sabotaje
A primera hora de la mañana de este lunes, concretamente a las 9:40, salió desde Madrid-Atocha el primer tren especial con destino a Málaga. También se ha restablecido la circulación entre Madrid y Toledo, operativa desde las 9:00 horas. Tanto Adif como Renfe han trabajado en condiciones que el Ministerio califica de “muy complejas” para poder garantizar el restablecimiento del servicio.
La investigación sobre el robo del cable continúa en marcha, con participación de la Guardia Civil y patrullas de Adif. Los primeros indicios apuntan a una acción coordinada y premeditada, con cortes realizados en cinco puntos distintos de la red ferroviaria, todos ellos localizados en un radio de diez kilómetros.
El motivo detrás de esta acción todavía no ha sido esclarecido. Las autoridades señalan que el valor del cable sustraído ronda los 300 euros, una cifra muy inferior a los daños ocasionados al sistema ferroviario, lo que plantea dudas sobre la verdadera intención de los responsables. Las investigaciones se centran ahora en esclarecer el objetivo de los autores y el alcance del perjuicio causado.







