Un niño de cuatro años ha fallecido este jueves tras sufrir una parada cardiorrespiratoria mientras se encontraba en la piscina de un hotel en el municipio de San Miguel de Abona, al sur de Tenerife. El menor fue rescatado del agua por un socorrista, quien inició de inmediato las maniobras de reanimación, tras percatarse de la gravedad de la situación.
El aviso fue recibido en la sala operativa del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112, desde donde una enfermera del Servicio de Urgencias Canario (SUC), mediante teleasistencia, comenzó a dar instrucciones precisas a los presentes. Según indicaron fuentes del operativo, la profesional pidió que localizaran un desfibrilador en el hotel y que se aplicaran maniobras de reanimación básica mientras llegaban los servicios sanitarios.
Sin respuesta pese a los medios desplegados
A las labores de auxilio se sumaron varias personas que se identificaron como médicos y que se encontraban en ese momento en el hotel. Minutos más tarde, llegaron dos ambulancias de soporte vital avanzado del SUC, junto a un helicóptero medicalizado, desde donde continuaron aplicando técnicas de reanimación cardiopulmonar avanzada durante varios minutos.
A pesar del intenso trabajo realizado en el lugar, los sanitarios solo pudieron confirmar el fallecimiento del menor. "Se activaron todos los recursos disponibles, pero no fue posible revertir la situación", señalaron desde el dispositivo de emergencias desplegado en la zona.
La Policía Local colaboró en el operativo y facilitó el acceso a los equipos médicos, mientras que la Guardia Civil se hizo cargo de las diligencias correspondientes para esclarecer lo ocurrido. Las primeras informaciones apuntan a un accidente en el entorno de la piscina, sin que hasta el momento se hayan comunicado más detalles sobre las circunstancias concretas del suceso.
El fallecimiento ha causado consternación entre los huéspedes y el personal del establecimiento turístico, que presenciaron los intentos por salvar al niño. Las autoridades han reiterado la importancia de mantener medidas extremas de vigilancia en entornos acuáticos, especialmente cuando se trata de menores de edad.