La historia de Guinea Ecuatorial, última colonia española en África, permanece envuelta en sombras y silencios casi absolutos. Ocho años de ardua investigación han sido necesarios para que el documental Negro Limbo, dirigido por el periodista y cineasta Lorenzo Benítez, desvele un capítulo desconocido y doloroso sobre la descolonización y la represión política en el territorio.
“Todo comenzó casi hace ocho años con una conversación entre amigos,” relata Lorenzo. “Món Fernández Dans, uno de los protagonistas y coguionista, me contó que su familia vivió catorce años en la antigua Guinea española porque su padre fue Fiscal General de la colonia. Sin embargo, ese tema era incómodo, evitaban hablarlo.” Esta revelación fue el punto de partida para indagar en un pasado lleno de secretos.

La figura central del documental es Acacio Mañe, líder independentista desaparecido tras su detención en 1959, en medio de un conflicto con el gobernador militar de la colonia, Faustino Ruiz, mano derecha de Carrero Blanco. “Descubrimos que Mañe no solo era un líder local, sino que formaba parte de un movimiento de liberación nacional que tenía conexiones con otros grupos en Camerún e incluso buscaba la mediación de Naciones Unidas,” explica Benítez, que se ha sorprendido al descubrir que "todavía hay secretos de Estado en España que están sujetos a la ley del 68 de Franco que impiden que accedamos a documentos relativos a la descolonización".
Un personaje que sale a la luz en el documental es Faustino Ruiz González, almirante de la Armada, natural de San Fernando, amigo íntimo del subsecretario de Presidencia del gobierno franquista, luego presidente Carrero Blanco. Fue gobernador de la antigua Guinea española y máximo responsable de la detención, crimen y desaparición de Acacio Mañe. "Ruiz González sigue siendo Hijo Predilecto de San Fernando y tiene una céntrica calle en su honor en este municipio. El Museo Naval también le rinde honores, con la exhibición de un busto, su chaqué y condecoraciones", explica el periodista.

El proceso de documentación fue complejo y enriquecido con hallazgos inesperados. “Una de las sorpresas más valiosas fue encontrar material fílmico familiar, aportado por coleccionistas de Jerez y descendientes de colonos,” señala el director. Además, la filmación en Guinea requirió permisos especiales y la colaboración de la Agencia Española de Cooperación, dada la dificultad de moverse con cámaras en zonas remotas.
Benítez subraya que Negro Limbo no es un documental histórico convencional: “Quise que la película tuviera varias capas, que fuera entendible para un público amplio, pero con ritmo y emoción. No es solo contar hechos, sino abrir espacios para la reflexión. El título juega con la idea del ‘limbo’ como esa oscuridad y olvido que pesa sobre la descolonización española" También se juega en el título con con la ceguera de David Morello, que es el investigador principal, que se va quedando ciego por una enfermedad.
La película, que ya se ha proyectado en Barcelona, Nueva York y Madrid, y en festivales como el de Cine Africano de Tarifa, tendrá una proyección especial este viernes en San Fernando, en colaboración con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Democrática, Política y Social.
Una película con mucho recorrido
Sobre la difusión futura, Benítez adelanta que esperan incluirla en plataformas digitales, buscando ampliar el alcance del documental para seguir desvelando “ese limbo que la historia oficial no quiere mostrar”. En otoño y hasta final de año tiene previsto hacer un circuito con presentaciones y coloquios. "Hay más festivales que están valorando la película y hay varios colectivos de Memoria Histórica nos están contactando para poder proyectarla".
Actualmente, Lorenzo compagina su labor en Canal Sur Radio con este tipo de proyectos cinematográficos, que considera una forma creativa de narrar historias que el periodismo tradicional no siempre puede abarcar: “El documental me permite usar herramientas narrativas y estéticas diferentes, aunque siempre con una base rigurosa de investigación.”
Negro Limbo recupera un capítulo silenciado de la historia colonial española, donde la memoria se construye entre sombras, silencios y testimonios que buscan justicia histórica y verdad.



