Tras la explosión del 47: "Mientras viva, exigiré perdón, indemnizaciones, documentación y un mausoleo"

El hijo de un fallecido en la explosión de 1947 insiste en pedir reparación y explicación por la tragedia que se conmemora este viernes: "Sé que mi voz caerá en el vacío pero seguiré gritando en el desierto"

Un hombre, sobre las hectáreas de escombros que dejó la explosión del 18 de agosto de 1947.
Un hombre, sobre las hectáreas de escombros que dejó la explosión del 18 de agosto de 1947.

Las grandes catástrofes, las grandes barbaries, tienen forma de números para todos los que las ven de lejos, para los que no las vivieron en la primera persona de sus seres queridos. Así, se llaman 6 de agosto, mitificado por el cine, o 17 de agosto, 11 de marzo, 11 de septiembre... Hasta un centenar.

Van asociadas, las fechas, al número de víctimas. Son 3.000, 300, 30 según el caso. La ciudad de Cádiz tiene, a escala, sus propios números trágicos. Son 18 de agosto, 1947 y 150.

La mayoría de gaditanos, andaluces, con más de cuatro décadas de vida, conocen el relato de memoria. Un almacén de bombas militares, en lo que hoy sería el barrio de San Severiano, el Instituto Hidrográfico, saltó por los aires a última hora de aquella plácida tarde, convertida en infierno en una fracción de segundo. Nadie supo jamás por qué.

Para los que tuvieron la desgracia inasumible de perder a una madre, un hijo, un hermano, a su pareja, no hay cifras. La fecha es una punzada. Otra. Ellos tienen a cambio nombres, rostros y vidas rotas, las que se fueron y las que se quedaron. "El 18 de agosto es una fecha inolvidable para mí. Ese día mi padre murió en la explosión de Cádiz", recuerda Juan Cejudo Caldelas.

Juan Cejudo
Juan Cejudo, en una imagen de archivo durante su etapa como columnista.

Este afectado, anciano vecino del gaditano barrio de Loreto y activo columnista durante años, es de los que apenas necesita números para revivir su dolor. Menciona recuerdos, dudas, negligencias, peticiones y sentimientos. Representa, sin pretenderlo, a todas las víctimas que dejan las grandes tragedias. También la gaditana que se conmemora este viernes.

"Nadie se ha hecho responsable de los hechos hasta ahora, nadie ha pedido perdón. Tampoco a Cádiz se le ha compensado"

Como los que sufrieron el dolor en su familia, tiene preguntas sin responder y peticiones sin arreglar. "El investigador José Antonio Aparicio ha dejado muy claro, en sus tres libros publicados, que la Marina fue la responsable de aquel trágico accidente que costó la vida a 150 personas, provocó cerca de 10.000 heridos y la destrucción de centenares de casas", inicia en su explicación.

El investigador ha insistido durante décadas, según el hijo de la víctima, en que "no se cumplieron los protocolos establecidos para el almacenamiento de ese peligroso material y el informe del comandante Bescós [escrito y presentado en 1943] afirmaba con contundencia que era un gran peligro, que podría ocasionar una gran tragedia (La tragedia anunciada), como así fue".

Imagen aérea con lo que hoy sería el entorno de San Severiano arrasado por la explosión.
Imagen aérea de lo que hoy sería el barrio de San Severiano, arrasado por la explosión.

"Había que retirar con carácter urgente aquel peligroso explosivo almacenado en el centro de la ciudad. No le hicieron caso. Tampoco se tuvo en cuenta dicho informe en las actuaciones judiciales de la tragedia", rememora una vez más. 

Los datos ya confirmados de la barbarie fijan en 1.565 las minas submarinas y en 596 las cargas de profundidad apiladas. En total, 2.161 bombas de la II Guerra Mundial saltaron por los aires al mismo tiempo. Estaban repartidas en dos almacenes. Sin protección especial. Como si fueran troncos inofensivos.

Con esa verdad extraoficial establecida de forma indiscutible, Juan Cejudo llega a las peticiones: "Nadie hasta ahora se ha hecho responsable de esos hechos. Nadie ha pedido perdón a las víctimas y mucho menos se les ha indemnizado. Tampoco a la ciudad de Cádiz se le ha compensado de alguna manera por los daños ocasionados. Silencio, como si no hubiera pasado nada".

"Esto es también memoria histórica que no puede ni debe ser olvidada"

Con la serenidad que dan el tiempo y el dolor, la ausencia de cualquier interés particular o material, fija las peticiones que algunas de las víctimas no se cansarán de solicitar. "Sé que mi voz caerá en el vacío, porque no hay una presión importante por parte de las víctimas, muchas fallecieron y las que quedamos estamos dispersas. Los políticos dedican sus energías a otras cosas que les den más votos. Pero esto es también memoria histórica que no puede ni debe ser olvidada".

Sin saber cuantos le quedan, como todos, afirma que seguirá "cada 18 de agosto, mientras que tenga vida, lanzando mis reivindicaciones en el desierto, aunque nadie me escuche. Pero no me importa porque sé que lo que digo es justo".

Expone sus exigencias con una precisión que impresiona: "Se debe reconocer la culpa por parte de la Marina y, subsidiariamente, por el Estado. Hacer lo que habría que haber hecho desde el primer momento: pedir perdón a las víctimas, indemnizarlas y compensarlas por los daños sufridos".

Cejudo amplía sus exigencias éticas como afectado directo: "La Marina debería ceder a la ciudad parte o todo el actual Instituto Hidrográfico para llevar allí la actual exposición permanente sobre la Explosión que está en el Castillo de Santa Catalina".

Monumento en homenaje a las víctimas de la explosión situado frente al IHM. FOTO: MANU GARCÍA.
Monumento en homenaje a las víctimas de la explosión situado frente al Instituto Hidrográfico.  MANU GARCÍA

Del mismo modo, y en el mismo lugar, "se debe levantar en el actual Instituto Hidrográfico, ya propiedad del Ayuntamiento, un gran mausoleo amplio y digno donde se expongan los nombres y apellidos de las 150 víctimas de la Explosión. No vale solo con leer sus nombres cada 18 de agosto".

Para establecer para siempre lo sucedido, reclama que "deben desclasificarse los documentos que existen en Madrid y San Fernando para que los investigadores puedan esclarecer todo lo relacionado con la tragedia".

Estos logros deben obtenerse, mantiene el gaditano, a través de "las administraciones andaluzas, de Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía. Deben crear una comisión que trabaje conjuntamente para exigir esto a la Marina y al Estado".

Ofrenda y coreografía para otro 18 de agosto

La Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, junto a la asociación Cádiz Ilustrada y el Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD), organiza este viernes 18 de agosto, a las 21 horas, en la plaza de San Severiano (frente al monolito) el acto homenaje a las víctimas de la Explosión de Cádiz en su 76 aniversario.

En el acto, en el que se hará una ofrenda floral, actuará el Centro de Danza El Garaje de Pablo Fornell. Estarán presentes el alcalde de Cádiz, Bruno García; la teniente de alcalde delegada de Cultura, Maite González García Negrotto; el director del Instituto Hidrográfico; y representantes de la asociación Cádiz Ilustrada y de asociaciones de vecinos de la ciudad.

Previamente, a las 19 horas, tendrá lugar una visita guiada a la exposición permanente de la cxplosión situada en el castillo de Santa Catalina y, a las 20 horas, una ruta guiada por los lugares de la explosión, siendo el punto de encuentro la plaza de San Severiano. Actuará como guía el investigador José Antonio Aparicio.

 

Sobre el autor:

Afot

José Landi

Nacido en Cádiz, en 1968. Inicia su trayectoria en 1990. Columnista, editorialista, redactor, colaborador, corresponsal o jefe de área en 'El Periódico de la Bahía de Cádiz', 'Cádiz Información', 'Marca', 'El Mundo' y 'La Voz de Cádiz'. Ha colaborado en magacines o integrado tertulias de Canal Sur Radio, Cadena SER, Canal Sur Televisión, Onda Cero y COPE. Premio Paco Navarro de la Asociación de la Prensa de Cádiz en 1997 y 2012 (a título colectivo). Premio Andalucía 2008 a la mejor labor en internet (colectivo). Ganador del I Premio de Relatos Café de Levante. Autor de la obra de autoficción ("no sabía que existiera ese género", dice) 'Ya vendrán tiempos peores' (Editorial Cazador, 2016). Puso en marcha el proyecto de periodismo gastronómico 'Gurmé Cádiz' y mantuvo durante diez años blog como 'El Obélix de San Félix' y 'L'Obeli'. Forma parte del equipo que realiza el 'podcast' de divagación cinematográfica 'A mitad de sala'.

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