La plaza de toros de Córdoba, acogera una becerrada en homenaje a la afición cordobesa que tendrá lugar este sábado, 2 de abril, organizada por el Círculo Taurino de Córdoba con la colaboración de la empresa Lances de Futuro, gestora del Coso de los Califas. Esta será llevada a cabo por jóvenes alumnos aprendices e inexpertos de diferentes escuelas taurinas, entre otros.
El Partido Animalista PACMA sostiene que las becerradas son un acto de violencia extrema contra los animales. La Asociación de Veterinarios Abolicionista de la Tauromaquia y el Maltrato Animal, AVATMA, avalada por 500 profesionales, dispone de un exhaustivo informe sobre el sufrimiento experimentado por estas crías durante el desarrollo de estos eventos.
"Podemos afirmar categóricamente que las situaciones a las que son sometidos los becerros en estos espectáculos son dañinas y les causan un gran sufrimiento psíquico. Son animales gregarios, que necesitan estar al amparo de su grupo o manada para sentirse seguros. Tienen propensión a sobresaltarse ante movimientos súbitos, debido a que sus músculos oculares son relativamente débiles y su capacidad de enfocar rápidamente la vista en elementos muy cercanos, escasa", explican desde la asociación.
El informe de AVATMA es muy contundente al respecto: "Durante los primeros minutos de la becerrada, a los animales les clavan un par de banderillas de 70 cm de longitud, que llevan en su punta un arpón de acero cortante y punzante de 4 cm de largo. El lugar de inserción de las mismas debería ser la zona dorsal del cuello (área muscular llamada morrillo), y su finalidad es provocar dolor para desencadenar la cólera del animal de cara a que embista durante la faena de la lidia, además de lesionar músculos y provocar hemorragias". Los becerros, de la ganadería El Capricho, son crías de poco más de un año. Según explica PACMA, "serán torturados hasta la muerte por jóvenes inexpertos de varias escuelas taurinas, que aprovechan el evento como una clase práctica".
El Partido Animalista denuncia que "el dinero público jamás debería ser destinado a fomentar e incitar a un acto de violencia extrema hacia los animales en el que, además, puedan participar y ser espectadores los menores de edad». Algo que contraría, de lleno, lo recomendado por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que avala la necesidad de mantener a los más pequeños lejos de la tauromaquia por su explícita violencia, previniendo así la desensibilización ante el dolor ajeno.
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