Desde el inicio de la pandemia han sido muchas las hipótesis que se han lanzando con respecto a la incidencia del coronavirus en la población infantil, que suele pasar el virus de forma asintomática o leve. Sin embargo, en la última semana un estudio publicado en la revista especializada Frontiers in Immunology ha afectado a las farmacias.
Según el inmunólogo Pedro Reche, existe "una inmunidad cruzada" entre el coronavirus SARS-CoV-2 y los antígenos presentes en la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP). Esta sería la explicación aparente de que los pequeños se enfrenten a la covid con levedad y sin apenas síntomas. La vacuna triple bacteriana, que se administra a los 2, 4 y 11 meses de edad, es la responsable, según este estudio, de la manera en la que incide el virus en los infantes.
Las investigaciones del inmunólogo ha provocado que la población haya acudido a las farmacias a adquirir estas dosis con el fin de lograr la inmunidad contra el coronavirus. Y al igual que ocurrió con el papel higiénico, los ciudadanos se han lanzado a proveerse de la vacuna del tétanos. Este comportamiento ya se observó en la sociedad en primavera cuando se difundió que un medicamento antimalárico, la hidroxicloroquina, parecía ser la salvación al virus. A causa de ello, las farmacias andaluzas sufren desabastecimiento.
Los bulos corren como la pólvora en mitad de una segunda ola donde late la desesperación. El Colegio de Farmacéuticos de Sevilla se ha pronunciado para aclarar que "ni la vacuna DTP ni la vacuna del tétanos son vacunas contra el Covid-19" y ha llamado a la "cautela", ya que, según afirman, "un artículo teórico sin estudios poblacionales no es ni de lejos evidencia suficiente para que la gente vacunada crea estar protegida". Por su parte, los boticarios piden prudencia y recuerda que estas vacunas necesitan una receta médica para ser dispensadas.
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