El Consejo de Ministros ha dado luz verde este martes al Real Decreto que regula una ayuda directa de 100 euros destinada a la compra de gafas y lentillas para menores de 16 años. La medida, impulsada por el Ministerio de Sanidad, y que se ha transformado después de que Adelante Andalucía abriera el debate, forma parte del Plan Veo, una iniciativa de carácter universal y extraordinario que busca mejorar el acceso a los sistemas de ayuda visual y reforzar la salud ocular infantil.
El programa, dotado con 47,77 millones de euros, cubrirá las adquisiciones realizadas hasta el 31 de diciembre de 2026, con posibilidad de tramitar los pagos de las compras efectuadas en diciembre durante el ejercicio de 2027. En total, se prevé beneficiar a miles de familias y garantizar que ningún menor quede sin corrección visual por motivos económicos.
Cómo solicitar la ayuda
La subvención se concederá de forma directa y se gestionará a través de ópticas adheridas al programa. Los padres, madres o tutores legales podrán solicitarla acudiendo directamente a uno de estos establecimientos, donde se aplicará el descuento en el momento de la compra de los productos ópticos cubiertos: monturas básicas con lentes graduadas orgánicas antirreflejantes, lentes de contacto y soluciones de mantenimiento durante un año.
Será el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) quien coordine la red de ópticas participantes, verifique la documentación, supervise los requisitos y gestione los reembolsos a los establecimientos. Además, este organismo se encargará de garantizar la trazabilidad de los fondos públicos y el control de calidad de la prestación.
El importe máximo será de 100 euros por persona beneficiaria, con el objetivo de reducir las barreras económicas que dificultan el acceso a la atención visual. La ayuda no se concederá directamente al ciudadano, sino que se descontará al realizar la compra, siendo la óptica la encargada de tramitar la compensación correspondiente.
Una medida para frenar la desigualdad visual infantil
Según datos del Ministerio, los defectos de refracción —como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo— afectan a entre el 10% y el 30% de la población escolar, un porcentaje que sigue creciendo por el uso intensivo de pantallas y la vida en interiores. Sin la corrección adecuada, estos problemas pueden perjudicar tanto el rendimiento académico como el desarrollo emocional y la calidad de vida de los menores.
El Gobierno subraya que esta ayuda no solo responde a una cuestión sanitaria, sino también de equidad social. “Se trata de garantizar que todos los niños y niñas, independientemente de su situación económica, tengan derecho a una visión adecuada”, señalan desde el Ministerio de Sanidad.



