Hace ya unos días de la última aparición pública de Felipe González. Fue en Sevilla, compartiendo escenario con el presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP, Juanma Moreno. Un hecho que, cuanto menos, es simbólico después de que el ex presidente del Gobierno mostrara públicamente su descontento con la estrategia de su partido para que Pedro Sánchez sea investido.
En la Plaza de San Francisco lo esperaba un grupo de veteranos militantes del PSOE. Uno de ellos era Pepe Romero, un miembro histórico de UGT. Romero no dudó en decirle a Felipe González, después de preguntarle si se acordaba de él, que a la militancia socialista "nos duele lo que dices", en relación a las intervenciones recientes contra la amnistía y contra el propio Pedro Sánchez. Allí sostenían una pancarta con el lema "Antes Felipe, ahora Pedro Sánchez. Siempre PSOE".
González, además de responderle personalmente señalando que lo que él decía iba a estar en las resoluciones del partido, fue bastante tajante en su intervención al recoger el V Premio Iberoamericano Torre del Oro. Presumió de ser controvertido porque quien no es controvertido "es que traga con todo". Y el que fuera líder del Partido Socialista no es uno de esos. También dejó caer que le gustaría decir más cosas en público. Sin embargo se definió como alguien que "piensa lo que dice", algo que no evita que diga lo que piensa.
Este acto no sólo ha entrado en filas socialistas. También en el Partido Popular. Juanma Moreno se ha deshecho en halagos hacia Felipe González. Unos gestos que no reciben el apoyo de todo su partido, como bien demostró en sus redes sociales Virgina Pérez, la ex presidenta del PP en Sevilla, al señalar que para ella no era un referente.
Una vez superado el fin de semana, ha sido Isabel Díaz Ayuso la que ha mencionado al que fuera presidente del Gobierno entre 1982 y 1996 reconociéndole sus manifestaciones como un "acto de valentía". No ha sido la única persona que este lunes se ha referido a su figura. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, con una posición opuesta, ha señalado que las opiniones de Felipe González y Alfonso Guerra "son cada vez menos representativas de lo que quiere la mayoría de votantes progresistas".
Obviamente, el debate sobre las posiciones que Felipe González muestra en público también existen dentro del propio PSOE. La corriente crítica la lidera Rafael Escuredo, el primer presidente de la Junta de Andalucía en el periodo autonómico. A través de sus redes no se ha mordido la lengua en las últimas semanas. "Cuando alguien en lugar de defender al PSOE busca sin pudor los continuos aplausos de la derecha, podrá decir lo que quiera, pero algo anida en su interior que le lleva a buscar el aplauso, para seguir alimentando su ego", escribió por última vez.
Gracias Luis Yáñez-Barnuevo. Tú si nos representas. 🌹 pic.twitter.com/9Gppsd8dmY
— Amparo Rubiales (@AmparoRubiales) September 16, 2023
Otra de las grandes conocidas de la militancia socialista, Amparo Rubiales, también ha usado sus redes en los últimos días para compartir y difundir mensajes y artículos de socialistas y personajes vinculados a la izquierda en los que se arremetía de forma dura contra el ex presidente del Gobierno.
La realidad es que la militancia socialista se encuentra dividida en sus opiniones sobre las apariciones de Felipe González y su poca amabilidad con el actual presidente del Gobierno. Sin embargo, coinciden en no prestar demasiada atención a un tema que creen que pertenece más a un debate periodístico que interno de la organización.
Una histórica militante socialista de Sevilla señala a lavozdelsur.es que existe "respeto por Felipe González, al que España y el PSOE le deben muchísimo". Sin embargo, rechaza cualquier tipo de coincidencia con los populares. "La militancia del PSOE está muy lejos de un acercamiento al PP para ayudarles a gobernar. Apoyamos de forma masiva a Pedro Sánchez".
Otro militante consultado por este medio es más duro con la situación. "Es molesto ver a Felipe dejándose agasajar por un presidente de derechas que está arrasando con los cimientos del Estado de bienestar construido en Andalucía por los socialistas", comenta. No obstante, reconoce que dentro de la formación inquieta la posible amnista. Sin embargo, "no puede justificar abarazar a la derecha".
Este socialista lamenta que "el legado de Felipe González y la imagen que puede quedar sea la de un hombre que pasó sus últimos años más preocupado de agradar a la derecha que de dar la cara por su partido". Una de las razones que sostienen esta opinión es la ausencia de González y Alfonso Guerra durante la campaña electoral.
No obstante, dentro del PSOE también hay quien piensa diferente y resta importancia a lo que está sucediendo. Otra militante del PSOE cree que la cuestión "no tiene interés", salvo para "los votantes de derechas" y los militantes socialistas más afines a Pedro Sánchez. "Es más una batalla más mediática que interna", finaliza.
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