La lista de la coalición incluye al mismo número de hombres que de mujeres, aunque afirman que prima la preparación. “La política local es muy importante, es el motor para que todo funcione”, dice Ana Fernández, la número 2. La gente que dice que son apolíticos me supera, porque la política es todo”, dice Estrella, la número 12.
Mujeres e inconformistas, valga la redundancia. Han acabado en política como forma de canalizar su indignación, dicen. En la lista de IU, concretamente. Desempleadas, estudiantes, sindicalistas… Los perfiles varían, pero afirman que ninguna es política “profesional”, que los políticos deberían serlo por “vocación”. Ellas afirman que la tienen. Y ganas de ayudar a los demás. Son Ana Fernández (número 2), Maribel Vaca (4), María Román (6), Mar Sánchez (8), Fátima Peña (10), Estrella González (12) y Laura Castilla (14). La cita es en el parque de El Retiro, un día cualquiera. Es sentarse juntas y empezar a hablar casi sin esperar a que les pregunten nada. Tienen ganas de hablar, de que se las escuche. “Si no tuviéramos un acto ahora nos daban aquí las tantas”, dicen nada más terminar.
"Si ahora no te interesa la política es que no te importa tu vida"
Van en una lista cremallera, esto es, que intercala a hombres y mujeres, aunque “siempre con gente preparada”. “Mientras no haya igualdad real tenemos que luchar por conseguir una paridad que no existe, si hay tres mujeres que son tres cracks tienen que ir las tres primeras… eso sería lo ideal. Todavía no ocurre, por lo que tenemos que luchar por ese objetivo”, asegura Ana Fernández, número 2 de IU de cara al 24M. Fernández es licenciada en Filología Hispánica y tiene un máster en gestión cultural. A ella la implicación política le viene de familia. “Hemos estado en todas las luchas por el empleo”, dice. “La política local es muy importante, es el motor para que todo funcione” y en su caso, entró no por elección personal, sino que ve la política como “un compromiso que creas con la ciudadanía”.
“Todas aportamos algo importante”, dice Fátima Peña, número 10 de la lista, auxiliar de ayuda a domicilio y habitual de las luchas de este colectivo. De hecho llegó a ser miembro del comité de empresa y asegura que lo pasó muy mal. “He pasado hambre, he estado seis meses sin cobrar y comiendo pan con manteca por las noches, sin saber a quien pedirle dinero”, aunque le ve el lado positivo a la situación: “Agradezco esa experiencia, me ha hecho ver muchas cosas muy claras”. Fátima afirma que tenía sus “principios sindicalistas” y así acabó en CCOO y luego en el comité. “He luchado y no me han escuchado para nada, me metí en el pleno y me di cuenta de que poco a poco tenía que ir involucrándome si quería hacer algo por mí, tener un poquito más de voz también por mis compañeras”. Durante su lucha para cobrar su salario y el de sus compañeras afirma que sintió “vergüenza ajena” al ver que la alcaldesa “no escuchaba a una mujer reivindicando lo que le pertenece”. Hasta dice que la delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes, les dijo: “No tendríais que estar pasando tanta hambre cuando no se os ve en la cola de El Salvador”.
Al lado de Fátima está sentada Estrella González (número 12). Técnico superior en laboratorio y auxiliar de enfermería, aunque trabaja en el sector del telemarketing. “Era de izquierdas pero nunca había visto la oportunidad de poder entrar en algún partido”, dice, para añadir: “La gente que dice que son apolíticos me supera, porque la política es todo, todo lo mueve. No me parece que todos los políticos sean iguales y si quieres un cambio tiene que empezar por ti”. Piensa igual Mar Sánchez (número 8), que cursa Ciencias Ambientales. “Si ahora no te interesa la política es que no te importa tu vida”, apunta. Su compañera Laura Castilla (14), afirma que siempre ha sido “inconformista”, lo que la ha llevado a recalar en IU, donde “no hay un solo camino para conseguir la igualdad real”.
Procedente de la Asociación de Desempleados de la Zona Noroeste viene Maribel Vaca, la 4 de la lista. “Ellas han entrado en política por decisión personal, pero yo creo que a mí la política me ha buscado”, dice. “Vengo de una etapa de desempleo de tres años y era de las que me quejaba pero no me levantaba del sofá, hasta que llegué al punto de decir: Tengo que salir”. Ella, diplomada en Turismo, asegura que los grandes eventos que acoge la ciudad no le están suponiendo tener más trabajo. “Se está poniendo de moda que cada año tenemos que ser la ciudad de algo… ¿y eso supone Turismo? Porque no lo estamos notando”.
"Me estoy quedando sin amigos porque se van fuera de Jerez”
María Román (6) viene de vivir tres años en Londres. “Me fui a buscarme la vida como pude y cuando volví me horroricé porque me encontré a mi familia mal, yo también estaba mal, y no vi ningún tipo de salida”. Allí, asegura que olvidó a Jerez. “Es necesario para adaptarte a un lugar nuevo”. ¿Qué se traería de allí? “Quizás un poco de civismo”, dice, y el uso del espacio público. “Allí sale el sol y todo el mundo se va al parque con un libro, a comer… Veía pocas papeleras y estaban las calles limpias”. María ahora vive en la Zona Sur y afirma que ve “mucha dejación”. “Es como cuando vivía en La Granja de pequeña, como que vivimos fuera de Jerez… Esa sensación no es sana, la ciudad no está articulada bien”.
En IU hicieron una campaña llamada Para Jerez quiero, en la que instaban a los jerezanos a aportarles ideas para su programa, ¿pero qué quieren ellas para Jerez? “Una ciudad decente”, dice Fátima. “Una reestructuración de los empleados para ver qué excesos se están cometiendo a nivel de sueldos y productividades”, añade Ana Fernández. “No pueden estar robándonos en la cara”, apostilla, ni “que Jerez se caiga a trozos”. Mar Sánchez (8) pide “oportunidades para la juventud”. “Me estoy quedando sin amigos porque se van fuera de Jerez”, dice. Laura Castilla asegura que hay que tomar conciencia de que “Jerez como modelo de ciudad ha fracasado y no sirven parches”, y Estrella pide “transparencia”. “El cambio viene de nosotros, que aunque seamos pequeñitos somos la mayoría… Por muy grande que sea un oso las avispas le pican seguro”, añade.
Ellas dicen que ejercen una política “de realismo” y que hacen un “trabajo de hormiguita” que no se les ve recompensado. “Tienes que hacer 10.000 cosas bien hechas por una mal para que te reconozcan algo, eso da mucha rabia porque nos partimos la espalda”, dice Fátima. “Mi padre me dice que los comunistas quemaban iglesias… ¿pero qué se cree que voy con un mechero y un bidón de gasolina?”, dice entre risas Estrella. “A la gente le cuesta decantarse por un partido tradicionalmente de izquierdas como IU y tenemos que hacer autocrítica y pensar la manera de llegar a esos que no somos capaces de convencer”, añade Ana Fernández. “Nos sacan la peor parte para desgastarnos”, pero aseguran que “no podrán con nosotras”.
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